Efecto Milei-Espert: el macrismo convoca a Roberto Cachanosky para armar una línea libertaria y atraer jóvenes
Paula Bertol tuvo como profesor a Roberto Cachanosky y es amiga de su hermana Angélica. Todo comenzó cuando la dirigente del PRO, que milita al lado de su presidenta, Patricia Bullrich, advirtió que su viejo docente estaba sin filiación política.
La ecuación de Bertol fue sencilla: el partido político referenciado en Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta tiene poco asidero entre los jóvenes, un terreno sin embargo fértil para el Frente de Todos y donde son populares figuras como José Luis Espert y, en especial, Javier Milei. Cachanosky, pensó, tiene la claridad explicativa que dan las horas frente al aula, un respetable nivel de conocimiento público y la foja limpia en términos políticos.
Bertol llamó a Cachanosky y le propuso reunirse con Bullrich. El encuentro fue en el Dandy de Martínez. Hubo ofrecimientos, pero el economista los rechazó. Mientras ambos lados de la mesa piensan en alternativas, comenzaron exploratoriamente a trabajar juntos.
Bullrich cuenta con el visto bueno de Mauricio Macri para sumar a los libertarios a Juntos por el Cambio, que en los últimos días le abrió la puerta a incorporar más figuras de esa extracción ideológica y académica, según informó LA NACION.
El expresidente maduró la idea, entre otras cosas, a partir del diálogo con dirigentes políticos de su espacio, muchos provenientes de las provincias. Casi todos le hacen referencia a que en su tierra está germinando un movimiento liberal que cae especialmente bien entre los jóvenes y prolifera en el ámbito hasta ahora refractario de las universidades.
Una encuesta de Giacobbe & Asociados de mediados de septiembre pasado le da a Cachanosky un 20,7% de aceptación entre candidatos "conservadores". Tiene baja imagen negativa y un amplio desconocimiento. En los términos a veces eufemísticos de la política, eso significa alto potencial.Hay una grieta al interior del liberalismo que quedó en evidencia en julio de 2019. En la antesala de una PASO que parecía más reñida de lo que fue, el presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso, Alberto Benegas Lynch, le pidió a Espert que bajara su candidatura para no favorecer al Frente de Todos quitándole votos a la fórmula Macri-Pichetto.
La imagen de Cachanosky se sumaría a otras que ya están trabajando en Juntos por el Cambio/PRO: Juan Curutchet (expresidente del Banco Provincia), Carlos Pirovano, Héctor Huici (ambos fueron funcionarios) y Pablo Walter, que vienen trabajando una línea liberal desde hace más tiempo y con menos difusión.
-La idea es no dejar libre ese espacio-, reconoció Bullrich ante la consulta de LA NACION.
-¿En términos de votos?
-En términos de votos y de ideas. También lo estamos haciendo con un grupo de jóvenes liberales. Hay muchísimos. Los estamos trayendo al PRO. Están organizándose en torno al concepto de que ellos tienen que defender sus ideas, pero en el marco de una coalición con posibilidad de Gobierno.
Los encuestadores comenzaron a medir desde hace algún tiempo a varios personajes liberales. Milei, quizás el de mayor popularidad, rechazaba el funcionamiento de la política, pero el año próximo se presentará como candidato a diputado por el partido de Espert.
Al economista de peinado caracterizado lo entusiasmaron sus mediciones en la Ciudad de Buenos Aires y la convocatoria en el espacio público. El 22 de octubre pasado cumplió años y lo celebró dos días después con una convocatoria en Plaza Holanda, donde habló 20 minutos. Dice que fueron más de 4000 personas para escucharlo.
Al menos por ahora, Milei y Espert aseguran que nunca formarían parte del espacio macrista. Entre sus fans le dieron un sobrenombre estigmatizante a la principal fuerza de oposición: le dicen "Juntos por el Cargo".
El PRO ya tiene varios economistas de referencia. Sólo para mencionar algunos ejemplos entre los más visibles, están Hernán Lacunza, que dejó una buena imagen como conductor de la tormenta para el macrismo tras las elecciones presidenciales del año pasado y el cambio de mando, y Luciano Laspina, el interlocutor frecuente entre los diputados.
La cúpula del partido cree que la convivencia del ala liberal con el grupo más establecido sería posible porque pese a eventuales diferencias hay acuerdo en los fundamentos más importantes: presupuesto ordenado, no tener déficit fiscal, un funcionamiento razonable el Estado -en sus términos-, un pacto fiscal con las provincias, que el gasto sea para cuestiones productivas, apertura al mundo, "bancar" la iniciativa privada y dar previsibilidad a las inversiones.
La convocatoria liberal está en línea con la cosmovisión macrista del terreno político argentino. En su diseño perfecto, sueñan con polarizar la oferta electoral en dos coaliciones bien demarcadas: una peronista/kirchnerista y otra "republicana" capaz de absorber a peronistas desencantados, desarrollistas, liberales y otras formas de expresión que se alejen de los márgenes.
El ejemplo es Miguel Angel Pichetto y su definición canónica que se hizo lema en la mesa chica de Macri: un espacio político donde el capitalismo se exprese con claridad. El excandidato a vicepresidente también trabaja en una línea interna peronista que engrose a Juntos por el Cambio.
Los liberales que acepten dar la discusión al interior de la mayor coalición opositora deberán también hacer concesiones. En su versión de libro, sostienen en el PRO, esas ideas no sea aplican en ninguna parte del mundo. Es algo que ya charlaron, en otros términos, con el propio Cahanosky, quien también tiene exigencias mínimas programáticas.
Del lado del macrismo hablan de una economía social de mercado, con consideración de aspectos sociales y con la idea de que la oferta y la demanda no ordenan todo, como la salud y la educación.
Los liberales están por ahora lejos de ser una fuerza gravitante, pero en el poroteo de los votos, los que caen por ese lado pueden ser los que le falten a la oposición.
Pichetto fue uno de los primeros en advertir los juegos de la balanza. Antes de las elecciones convenció a Alberto Asseff de pasar a su nuevo espacio político a cambio de una silla en Diputados. El recién llegado presidía el partido UNIR, con el que competía Espert, quien debió buscar otro sello para correr en las elecciones.
El laboratorio liberal del PRO hizo uno de sus primeros experimentos el viernes pasado a las 16.30. Con la presentación de Bullrich, Cachanosky les habló a 200 jóvenes por zoom sobre sus ideas. Los organizadores dicen que fue un éxito.
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