EE.UU. seduce a los inversionistas
Pese al mal día del Dow Jones, el fortalecimiento del dólar actúa como un imán para los mercados del país
El resurgimiento del dólar está reconfigurando el panorama de las inversiones en momentos en que la Reserva Federal pone punto final a sus programas de estímulo. Muchos proyectan que el cambio impulsará las acciones de Estados Unidos a nuevos máximos y mantendrá el vigor del mercado de bonos.
El optimismo que ha reinado en los últimos meses, sin embargo, perdió fuerza el miércoles.
El Promedio Industrial Dow Jones cayó 238,19 puntos, o 1,4%, y retrocedió a los niveles de mediados de agosto. El índice de 30 empresas líderes de EE.UU. cerró la jornada en 16.804,71 unidades. En medio de las dudas acerca del creci-miento de la economía global, los inversionistas se abalanzaron sobre los bonos del Tesoro estadounidense. El rendimiento de la deuda a 10 años, que se mueve en dirección opuesta a los precios, descendió de 2,509% el martes a 2,405%, su mayor declive en una jornada desde enero.
Más allá del derrumbe bursátil del miércoles, se prevé que el banco central estadounidense concluya en octubre las compras de bonos a las que muchos atribuyen los recientes récords alcanzados por el Promedio Industrial Dow Jones. En cambio, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón hacen frente a un debilitamiento de sus economías y han indicado que podrían poner en marcha nuevas medidas de estímulo.
Los inversionistas, asimismo, tratan de evaluar la reacción en los mercados emergentes a un alza de las tasas de interés en EE.UU.
Candidatos con una agenda más de libre mercado han llegado a la presidencia en India e Indonesia. En Brasil, la des-aceleración de la economía y un brote inflacionario son el telón de fondo de la que se espera sea una reñida contienda electoral entre la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores y quien busca su reelección, y la candidata socialista Marina Silva.
Algunos inversionistas consideran que la divergencia en las políticas de los bancos centrales de los países desarrollados presagia un círculo virtuoso en la economía y los mercados estadounidenses, semejante a la poderosa expansión expe-rimentada a inicios de los años 80 y en los 90.
La posibilidad de que se produzca un repunte generalizado de la economía ha dejado en segundo plano las dudas acerca de la fortaleza de la recuperación y las altas valuaciones de las acciones de las empresas en relación a sus ganancias.
Los inversionistas estiman que siempre y cuando el fortalecimiento de la economía y el empleo le permitan a la Fed elevar las tasas de interés de corto plazo en forma paulatina, lo más probable es que el dólar se siga apreciando en relación al yen y el euro.
Muchos inversionistas opinan que la fortaleza del dólar será un ingrediente clave del panorama financiero dentro de los próximos meses y años. La divisa estadounidense acumuló un alza de 8% frente al euro y el yen en el tercer trimestre, lo que fue acompañado de un aumento de 1,3% del Promedio Industrial Dow Jones y de 0,6% del índice S&P 500. A su vez, el rendimiento del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años cayó a 2,509% al cierre del período, una señal del aumento en los precios de la renta fija.
"La conclusión más importante es que después de años de debilidad, estamos entrando en un mercado alcista (de largo plazo) para el dólar", señala Michael Novogratz, principal de Fortress Investment Group, que gestiona cerca de US$64.000 millones. El WSJ Dollar Index, que mide el desempeño del dólar frente a una canasta de monedas, registra un incremento de 8,6% desde su mínimo más reciente, alcanzado en octubre del año pasado, y terminó el tercer trimestre en un máximo de cuatro años.
Scott Migliori, director de inversiones de renta variable de EE.UU. en Allianz Global Investors, que administra unos US$511.000 millones en activos, afirma que los inversionistas "quieren orientarse hacia los beneficiarios de un dólar fuerte". Ese grupo incluiría a las cadenas minoristas o las aerolíneas que puedan aprovechar el abaratamiento del combustible, añade.
Una posible repercusión del cambio de postura de la Fed es que en las últimas semanas ha aumentado la volatilidad en los precios de las acciones y los bonos estadounidenses.
La tendencia se podría acentuar conforme se acerca el momento en que el banco central suba las tasas, agrega Migliore, quien de todos modos reconoce que en un entorno caracterizado por un crecimiento moderado y baja inflación, un aumento de la volatilidad "no es necesariamente negativo".
No todos creen que el fortalecimiento del dólar proveerá un viento a favor de las acciones y los bonos de EE.UU.
Brian Singer, gestor de portafolio del fondo Blair Macro Allocation, que administra unos US$863 millones, sostiene que el impacto de los senderos divergentes será limitado fuera de los mercados de divisas. Ello se debe, en parte, a que las acciones de empresas estadounidenses "están un poco sobrevaluadas", señala. Añade que su fondo tiene una mayor proporción de acciones europeas y una apuesta "muy grande" a una caída del euro y del franco suizo frente al dólar.
La moneda estadounidense podría hacer una pausa, advierte Novogratz, de Fortress Investment Goup, antes de reanudar su trayectoria alcista y acumular un incremento de hasta 20% frente al euro y el yen a medida que la Fed empieza a subir las tasas de interés.
El gestor advierte, no obstante, que los inversionistas no deben perder de vista la inflación. Si los precios al consumidor empiezan a repuntar, "el ADN de los bancos centrales que los impele a combatir la inflación entrará en acción y las tasas subirán en forma más acelerada, y esto cambiaría todo el panorama", señala.