EE.UU. seduce a las compañías alemanas
FRÁNCFORT—Las empresas alemanas salieron de compras y Estados Unidos es su principal destino.
La ola de adquisiciones en EE.UU. protagonizadas por empresas de la mayor economía de Europa se intensificó durante la última semana y consolidan el puesto de Alemania como el segundo comprador de compañías estadounidenses este año des-pués de Canadá, según la proveedora de datos Dealogic.
La tendencia proviene de una combinación de factores, como las bajas tasas de interés y el estancamiento de la economía europea, el crecimiento más dinámico y el abaratamiento de los precios de la energía en EE.UU., y la acumulación de efectivo que las empresas alemanas de primer nivel tienen a su disposición.
"Hay una especie de renacimiento en enfocarse en blancos de adquisición de EE.UU.", apunta Christian Kames, director de fusiones y adquisiciones alemanas de Citigroup Inc. en Fráncfort.
La farmacéutica Merck KGaA divulgó el lunes la compra de la estadounidense Sigma Aldrich Corp. por US$17.000 millones como parte de su campaña para expandir su portafolio de ciencias biológicas.
Horas antes del anuncio de Merck, el conglomerado industrial Siemens AG acordó adquirir el fabricante de equipos de energía Dresser-Rand Group Inc. por US$6.400 millones. Incluyendo la deuda, el valor del acuerdo asciende a los US$7.600 millones.
La semana pasada, el fabricante de partes para automóviles ZF Friedrichshafen AG acordó comprar la estadounidense TRW Automotive Holdings Corp. por alrededor de US$11.700 millones, y el fabricante de software SAP SE dijo que pagará US$8.300 millones por Concur Technologies Inc.
El conglomerado Bayer AG acordó en mayo comprar los negocios de medicamentos sin receta y de productos de consumo de la farmacéutica estadounidense Merck Sharpe & Dohme (MSD) por cerca de US$14.200 millones. MSD no tiene relación con Merck KGaA, aunque tenían raíces en común hace un siglo.
Siemens, asimismo, acordó en mayo la compra de las operaciones energéticas civiles del fabricante de turbinas Rolls-Royce Holdings PLC por US$1.300 millones. Aunque Rolls-Royce es británica, realiza muchas operaciones en EE.UU. y Siemens planea trasladar la sede de su división de energía a EE.UU.
"Las empresas alemanas quieren seguir a sus clientes", señala Dietmar Rieg, presidente de la Cámara de Comercio Alemana Estadounidense en Nueva York.
La avalancha de acuerdos llevó el valor total de adquisiciones alemanas en EE.UU. en lo que va de este año a casi US$70.000 millones, según Dealogic. La cifra coloca a Alemania detrás de Canadá, que suma US$77.000 millones en acuerdos, y muy por delante de Francia, el tercer mayor comprador extranjero en EE.UU. con transacciones cercanas a los US$40.000 millones.
No es la primera vez que las compañías alemanas abren la billetera en EE.UU., aunque a veces las inversiones no rindieron los frutos esperados. Cuando Daimler-Benz AG compró Chrysler Corp. por US$36.000 millones en 1998, su presidente ejecutivo, Juergen Schrempp, prometió crear "la automotriz más rentable del mundo". En 2007 Daimler AG vendió la mayor parte de su participación a la firma de private equity Cerberus en una operación que casi no le generó ingresos.
Ese mismo año, la aerolínea Deutsche Lufthansa AG anunció que compraría 19% de JetBlue Airways Corp. por US$300 millones. La participación disminuyó rápidamente de valor y Lufthansa redujo su valor contable y permitió que se diluyera a medida que JetBlue enfrentaba vientos en contra.
El fabricante de indumentaria deportiva Adidas AG ha advertido en tres ocasiones en los últimos 12 meses que sus ganancias estarán por debajo de lo proyectado, en parte debido a que Reebok, la filial estadounidense que compró por US$3.800 millones en 2005, ha perdido cuota de mercado frente a Nike Inc. Adidas intenta reposicionar a Reebok.
Sin embargo, otras inversiones alemanas han fructificado. El gigante de los medios Bertelsmann SE adquirió la editorial Random House en 1998 por un monto no revelado. El año pasado formó una empresa conjunta con Penguin para crear el mayor grupo editorial de libros del mundo.
La cadena de supermercados Trader Joe’s ha prosperado tras ser adquirida por la cadena minorista alemana Aldi Nord en 1979. Aldi no cotiza en bolsa.
Las inversiones de empresas alemanas en EE.UU. ponen de manifiesto un conjunto de tendencias económicas. La mayor es macroeconómica: EE.UU. se está expandiendo y los economistas prevén un mayor dinamismo.
Europa, en cambio, aún no se recupera del todo de la crisis financiera y la crisis de la deuda, afirman los analistas.
Yoel Zaoui, de la firma londinense Zaoui & Co., que asesoró a Dresser-Rand en su acuerdo con Siemens, afirmó que la ola de adquisiciones demuestra la popularidad que ha adquirido el mercado estadounidense. "Es un entorno marcado por mercados de capital abiertos y una economía en crecimiento", apuntó.
Otra razón por la que los fabricantes alemanes se están llevando la mano al bolsillo es el auge del gas de esquisto, que está reduciendo los precios de la energía de EE.UU. En Alemania, por contraste, los precios de la energía están entre los más alto de los países desarrollados debido a la iniciativa del gobierno de desarrollar energías renovables.
Íconos de la industria alemana como Siemens y BASF SE, la mayor empresa de químicos del mundo, han divulgado planes para expandirse en EE.UU. y otros países fuera de Europa, en lugar de Alemania, debido en gran parte a los costos energéticos.