EE.UU. se lanza contra la FIFA y pone en jaque su negocio millonario
El ente regulador del fútbol mundial ha generado grandes ingresos de la Copa del Mundo y otros populares torneos que organiza, vendiendo los derechos de transmisión por televisión y de marketing para financiar ligas en todos los rincones del mundo.
En lugar de eso, fiscales estadounidenses afirmaron el miércoles que altos dirigentes de la FIFA recibieron más de US$150 millones en sobornos y pagos ilícitos como parte de un extenso fraude que funcionaba como una organización delictiva. Se trata del mayor escándalo de corrupción en la historia de los deportes modernos, que involucra maletines llenos de efectivo y acusaciones de compras de votos antes de la selección de Sudáfrica como organizador del Mundial de 2010 y la elección presidencial de la FIFA en 2011.
La acusación de 161 páginas detalló lo que la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, calificó como corrupción "rampante, sistémica y profundamente arraigada" en una organización que generó ingresos por cerca de US$10.000 millones entre 2007 y 2014.
El fraude se prolongó durante más de dos décadas e involucró una red de empresas de marketing e intermediarios que usaron la popularidad del fútbol para enriquecerse, afirman los fiscales. Su investigación continúa, lo que podría resultar en cargos penales contra otros dirigentes actuales y anteriores de la FIFA.
Los arrestos del miércoles de siete dirigentes de la FIFA por la policía suiza es el golpe más reciente que ha recibido el deporte más popular del mundo. Los dirigentes europeos están retirando reglas que buscaban restringir los gastos ilimitados e irresponsables de los clubes. En Italia, la policía detuvo este mes a más de 50 personas sospechosas de arreglar decenas de partidos en las divisiones tercera y cuarta.
Sin embargo, nada en la historia del fútbol se compara con las acusaciones presentadas por fiscales federales en Brooklyn, Nueva York. Las autoridades suizas señalaron que abrieron una investigación penal separada relacionada específicamente con la elección de Rusia y Qatar como los próximos anfitriones de la Copa del Mundo.
Entre los arrestados están dos actuales vicepresidentes de la FIFA, incluidos el presidente de la Concacaf, el presidente de la Federación Venezolana de Fútbol y el ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol. EE.UU. busca la extradición de siete dirigentes de la FIFA.
La FIFA pareció verse sorprendida por las investigaciones y los arrestos. La policía realizó las detenciones en el hotel de cinco estrellas Baur au Lac, en el centro de Zúrich, apenas dos días antes de que miembros de la FIFA probablemente reelijan a su presidente Joseph "Sepp" Blatter. El dirigente, que ha encabezado la Federación por 17 años, no fue nombrado en la acusación de 47 cargos de EE.UU. o en la investigación suiza. Lynch dijo que los acusados habían "corrompido el negocio del fútbol mundial para servir sus intereses y enriquecerse ellos mismos".
Los cargos penales y a las investigaciones son un gran dolor de cabeza para los anunciantes que han gastado cientos de millones de dólares para asociar sus marcas con la FIFA. Esos auspiciadores incluyen a gigantes multinacionales de indumentaria, alimentos y servicios financieros.
EIG, una firma de investigación de Chicago propiedad de WPP, estima que los seis "socios" de marketing oficiales de la FIFA gastaron cerca de US$190 millones por derechos de patrocinio en 2014. Esas empresas incluyen a Adidas, Coca-Cola Co., Emirates, Hyundai-Kia Motors, Sony Corp. y Visa. Un segundo grupo de patrocinadores específicos de la Copa del Mundo gastó US$171 millones en el campeonato del año pasado.
Las compañías expresaron preocupaciones acerca de las acusaciones el miércoles, pero por ahora ninguna ha anunciado planes de retirar sus acuerdos de patrocinio. McDonald’s Corp. dijo en un comunicado que "toma las cuestiones de ética y corrupción muy seriamente y la noticia del Departamento de Justicia de EE.UU. es extremadamente preocupante".
Hace 30 años, organizaciones globales como la FIFA y el Comité Olímpico Internacional eran en gran parte entes reguladores de los deportes enfocados en organizar competencias que generaban poco efectivo. El COI estuvo prácticamente en bancarrota en los años 70, mientras que la FIFA era esencialmente dirigida desde una casa en Suiza.
Desde entonces, han evolucionado hasta generar miles de millones de dólares en ingresos anuales a través de la venta de derechos para medios y de propiedad intelectual. Desde 2011 a 2014, la FIFA reportó US$5.700 millones en ingresos, 70% de los cuales provinieron de la venta de derechos de transmisión en televisión y marketing para el Mundial de 2014 en Brasil.
A medida que crecieron los ingresos, los contratos con las principales organizaciones deportivas se volvieron cada vez más valiosos, y aptos para los presuntos arreglos ilícitos delineados el miércoles.
Los fiscales afirman que ejecutivos de marketing deportivo de EE.UU. y Sudamérica pagaron más de US$150 millones en sobornos y pagos ilícitos a dirigentes de la FIFA para obtener derechos de transmisión y publicidad para torneos internacionales.
Algunas de las acusaciones describen tácticas usadas por narcotraficantes y financistas de terrorismo. De acuerdo a los fiscales, los conspiradores usaron cuentas bancarias en paraísos fiscales, contrabando de efectivo en bolsas, cajas de seguridad, intermediarios y comerciantes de divisas para encubrir los pagos ilegales.
El ex presidente de la Concacaf, Jack Warner, uno de los acusados por el Departamento de Justicia, le habría dicho a una fuente no identificada que viajara a un hotel de París y aceptara un maletín con fajos de US$10.000 provenientes del comité sudafricano. Los fiscales indicaron que la persona tomó el vuelo de regreso en horas y le trajo el maletín a Warner que se encontraba en Trinidad y Tobago.
Antes de la votación para elegir al país sede, un representante del comité de Marruecos, ofreció comprar el voto de Warner por US$1 millón, según la acusación.
El Departamento de Justicia de EE.UU. también resaltó el papel de las empresas de marketing deportivo, que obtienen contratos para la difusión y marketing de los campeonatos de fútbol, incluyendo la transmisión de los partidos y los derechos de patrocinio. De las 12 presuntas conspiraciones que aparecen en la formulación de cargos, nueve envuelven a estas compa-ñías, dicen los fiscales.
Una de las mayores empresas es Traffic Group, una multinacional de marketing deportivo domiciliada en Brasil que cuenta con dos subsidiarias en EE.UU.
José Hawilla, propietario y fundador de la compañía, se declaró culpable en relación al caso en diciembre y acordó dejar de percibir US$151 millones. Dos subsidiarias de Traffic también se declararon culpables este mes.
Aruna Viswanatha, Christopher M. Matthews y Matthew Futterman
The Wall Street Journal