EE.UU. brindó una señal de respaldo al plan económico de Milei, pero pidió proteger a la población más vulnerable del ajuste
El gobierno de Joe Biden le dio la bienvenida a los esfuerzos para restaurar la estabilidad de la economía luego del nuevo acuerdo con el FMI
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WASHINGTON.- El gobierno de Joe Biden brindó una primera señal de respaldo al plan económico de Javier Milei, aunque remarcó la importancia de proteger a la población más vulnerable del fuerte ajuste orquestado por la Casa Rosada para intentar estabilizar la economía y bajar la inflación.
“Le damos la bienvenida a los esfuerzos del gobierno de la Argentina que apuntan a restaurar la estabilidad económica y continuamos discutiendo la importancia de enfocarse en mantener el apoyo a los argentinos más vulnerables durante el difícil proceso de ajuste”, indicó a LA NACION un vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca ante una consulta sobre el nuevo acuerdo entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Continuaremos trabajando con nuestros socios argentinos y apoyando sus esfuerzos para sentar las bases del crecimiento económico para crear oportunidades para las familias trabajadoras y, al mismo tiempo, aumentar nuestra cooperación en inversiones en energía y tecnología limpias”, agregó.
El respaldo del gobierno de Estados Unidos es crucial para lograr la aprobación final del último acuerdo con el staff del Fondo. Estados Unidos es el principal accionista del organismo multilateral, y la voz de la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro tiene un peso decisivo en las decisiones finales que se toman en el board, que tiene previsto reunirse en las próximas semanas para d el caso argentino.
El gobierno de Biden ya había mostrado claramente su intención de ayudar al nuevo gobierno argentino a pesar de las diferencias ideológicas inocultables con Milei. La postura de la administración demócrata esta arraigada en una política férrea de la Casa Blanca de buscar las mejores relaciones posibles con los gobiernos democráticos de la región, más allá de las distancias políticas. Pero en Washington también miran con interés el papel que puede jugar la Argentina como un proveedor de alimentos y energía en un momento en el que las guerras en Ucrania y la Franja de Gaza han elevado las tensiones globales y trastocado los hilos geopolíticos, y la lucha contra el cambio climático –una de las prioridades de Biden– cobra urgencia. A eso se suma el férreo alineamiento de Milei a favor de Ucrania e Israel, dos aliados de Estados Unidos, y su defensa indeclinable de las democracias liberales y su distanciamiento de las autocracias, quizá uno de los puntos de sintonía más francos con la administración de Biden.
El Gobierno y el Fondo alcanzaron esta semana un nuevo acuerdo técnico para reflotar el programa firmado durante la administración de Alberto Fernández, despejar el camino para liberar un nuevo giro por US$4700 millones para la Argentina y apuntalar el plan del Presidente Milei para intentar encarrilar la economía, que en 2023 tuvo una inflación del 211,4%, una de las más altas del mundo y la más alta de la región.
El nuevo acuerdo contempla un ajuste “ambicioso”, en las palabras del FMI, para llegar a un superávit fiscal primario del 2% para este año –que llevaría al equilibrio fiscal, o déficit fiscal cero, una vez computados los gastos de la deuda– junto con una acumulación de reservas netas de 10.000 millones de dólares.
El plan de “shock” de Milei enfrenta enormes desafíos de implementación, y el Gobierno todavía debe reunir el respaldo necesario en el Congreso para aprobar la ley ómnibus, que incluye varias medidas claves para alcanzar el equilibrio fiscal. El plan ya ha cosechado duras críticas de la oposición, los sindicatos y organizaciones sociales que se preparan para llevar su rechazo al ajuste a las calles. Los mensajes que dejaron el FMI y el gobierno de Biden revelan también la inquietud que existe en Estados Unidos por la situación social de la Argentina, y el costo que acarreará el ajuste sobre la gente.
El Fondo reclama desde hace tiempo un programa económico sólido con un amplio respaldo político que brinde garantías de una implementación exitosa.
La última señal de la Casa Blanca llega luego de la visita de altos funcionarios del gobierno norteamericano a Buenos Aires, que tuvieron encuentros en los que las negociaciones con el FMI fueron el tema central. Mike Pyle, asesor Adjunto de Seguridad Nacional para Economía Internacional del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, y Jay Shambaugh, subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacional, el asesor de la secretaria Janet Yellen que maneja el vínculo con los organismos internacionales –incluido el FMI– y sirve de enlace con foros como el G7 o el G20, estuvieron en la Argentina antes de que se cerrara el nuevo pacto con el Fondo. Pyle y Shambaugh se reunieron con el tridente que manejó las discusiones con el organismo: el jefe de gabinete, Nicolás Posse, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
“El apoyo nuestro es con el pueblo argentino. La crisis económica es seria. La decisión final son conversaciones entre la Argentina y el Fondo. Nosotros como miembros del board queremos jugar un rol constructivo como hemos hecho por bastante tiempo y lo seguiremos haciendo”, había dicho en diciembre, en Buenos Aires, el principal asesor de Biden para América Latina, Juan González, en una entrevista con TN, luego de la asunción de Milei.
“El interés nuestro es que Milei tenga éxito, que cualquier gobierno argentino tenga éxito”, afirmó.
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