Economía y felicidad, una relación complicada
Si bien el estado de la economía importa y puede hacer la vida más fácil, parece claro que no es el único factor con peso para ser feliz. El informe Global Advisory de IPSOS refleja los resultados de encuestas hechas en 25 países sobre la percepción de la situación económica en cada uno de ellos. En los últimos tres años Arabia Saudita, Alemania, India, China y Suecia han estado regularmente en los primeros cinco puestos de países con más opiniones positivas. En el otro extremo Francia, Italia, España y Hungría han ocupado los últimos lugares.
Por otro lado, el WorldHapinessReport 2013 compiló un ranking de felicidad que abarca un total de 156 países. Previsiblemente, lo que surge de comparar ambos informes confirma que el estado de la economía no es lo único que importa para ser feliz. En efecto, de los cinco países con opiniones más positivas sobre el estado de la economía sólo Suecia y Alemania se encuentran en el pelotón de los más felices según este segundo informe. China e India, por el contrario, están sólidamente instalados en la mitad de la tabla de la felicidad.
En el otro extremo, de los cinco países en los que ha habido opiniones consistentemente negativas sobre el estado de la economía, sólo Hungría se encuentra realmente mal en la escala de la felicidad (ocupa el lugar 110). En efecto, a pesar de su precaria situación económica Francia, España e Italia están ligeramente por debajo de Alemania en el índice de felicidad. ¿La crisis económica estará consumiendo su capital de felicidad?
La Argentina, como es habitual, es un caso interesante: a pesar del marcado deterioro en las opiniones sobre el estado de la economía en los últimos tres años (la Argentina es el país que experimentó el mayor deterioro en las opiniones sobre el estado de la economía en los últimos tres años), no estamos tan mal ubicados en el ranking de la felicidad, donde ocupamos una situación sustancialmente mejor que otros países de buen desempeño económico como la India, China o Arabia Saudita. De hecho, en el ranking de felicidad nos encontramos apenas por debajo de Alemania. ¿Estaremos como España, Francia o Italia consumiendo nuestro capital de felicidad, o será que nos hace felices el vértigo de la inestabilidad?
El autor es profesor plenario, Vicerrector Académico y Director Académico de la Maestría en Política y Economía Internacionales de la Universidad de San Andrés