Economía del conocimiento: oportunidades y desafíos de un sector clave para el desarrollo
Ejecutivos de empresas y referentes de ámbitos como el académico y el gubernamental compartieron, en un encuentro organizado por LA NACION, sus visiones sobre la actividad basada en darle valor a la información
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Bajo el lema que indica que el talento es clave para lograr un crecimiento sustentable en la Argentina, ejecutivos, emprendedores, funcionarios y referentes del mundo académico y del ámbito artístico expusieron en el encuentro sobre Economía del conocimiento organizado por LA NACION.
La capacitación constante, el necesario impulso a la creatividad y la necesidad de dar buen uso a los avances tecnológicos fueron algunos de los ejes temáticos destacados durante la jornada.
1. El desafío de atraer y darle impulso a los talentosos
“De la economía del conocimiento se derivan temas asociados, como el talento, que es lo más importante. Es la clave de lo que se entregue como producto, de la proactividad y del valor agregado”, sintetizó Juan Pablo Jurado, CEO de Wunderman Thompson Latam, una red de consultoría, e-commerce, publicidad y desarrollo expandida en América Latina, en un diálogo que mantuvo con José Del Rio, secretario general de Redacción de LA NACION, en la apertura del encuentro.
La motivación más importante para que “el talento” quiera permanecer en una organización es el salario, pero también se debe considerar el “salario emocional”, que incluye todo lo que no es dinero, como la posibilidad de trabajar de forma remota y la capacitación continua, según puntualizó el ejecutivo.
Antes, trabajar para el exterior implicaba irse del país; hoy, ya no. “Se genera la oportunidad de trabajar desde tu casa, pero ganando en dólares”, ahondó Jurado, admitiendo que para las empresas locales eso constituye un problema, ya que, dada la coyuntura de la Argentina, es difícil competir contra eso. Por lo tanto, es un nuevo desafío es buscar desde lo emocional cómo hacer frente a esas posibilidades que surgen desde el exterior.
“Una de las trampas es creer que el futuro implica irse del país. Se puede construir futuro desde ahora y con muchos mecanismos. Nosotros analizamos el conocimiento de científicos y lo llevamos a lo concreto a través de startups”, explicó Francisco Buchara, cofounder and managing partner de SF500 Bioceres Group, una compañía que ayuda a equipos científicos al desarrollo de iniciativas. En la firma buscan talentos en el área de la ciencia, que estén haciendo cosas únicas, y les ofrecen convertirlos en un proyecto concreto. “Si le brillan los ojos porque entiende que ese es su camino, iniciamos un proceso para entender cómo armar ese equipo. Sucede que la mayoría de las veces al que estudia ciencia le falta la pata de una mirada de negocios; entonces, ahí estamos nosotros”, dijo el emprendedor, en referencia al apoyo y al dinero que le aportan –entre US$250.000, US$300.000 o US$500.000–, para que en un recorrido de 18 meses muestren resultados.
Según Buchara, la buena noticia es que la Argentina está muy bien posicionada en el medallero olímpico de la biotecnología global.
El talento, clave para lograr un crecimiento sustentable, es la premisa que mueve las discusiones cuando de economía del conocimiento se habla. Y los expertos coinciden en que el talento es algo que se entrena, para que se vaya desarrollando con la práctica.
2. Tener una estrategia clara y con horizonte de largo plazo
Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, se refirió a la ley de economía del conocimiento y dijo que es necesaria, pero no suficiente. “Tiene que haber una visión de estrategia clara, con una perspectiva de largo plazo. Tiene que haber condiciones para que se generen recursos básicos, como la capacitación. Esto tiene que estar en la política pública de manera permanente, no con beneficios, sino con la posibilidad de competir con la economía global”, apuntó.
Países como Uruguay y Colombia ofrecen zonas francas donde no se pagan impuestos, hay condiciones favorables para la radicación y hasta espacios en las universidades para captar personal calificado, con el objetivo que empresas y personas que se dedican a esta actividad se instalen en sus territorios. Según dijo Galeazzi, los países se pelean por lograr que se radiquen estas empresas y los gobiernos no tienen esa meta porque sí, sino porque se generan recursos genuinos para el financiamiento del Estado.
La “Agencia de aprendizaje a lo largo de la vida”, del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se creó en diciembre de 2019 con el objetivo de lograr un cambio de visión, sabiendo que la educación tiene mucho que ver con la demanda de talento. Su programa “Codo a codo”, que tenía como meta, en su origen, alfabetizar en informática, se reconvirtió para formar programadores. “Así, generamos que nuestro egresado quede en la puerta del sector laboral, con una base sólida, y después pueda seguir creciendo”, manifestó Eugenia Cortona, subsecretaria de la agencia.
“Desde el Estado entendemos que la política pública tiene que estar sí o sí mirando y conversando de forma permanente con el sector productivo allí donde esté parado, tiene que ver cuáles son sus demandas mirando el corto, el mediano y el largo plazo, porque la formación también demanda tiempo”, puntualizó la funcionaria.
3. Generar respuestas ágiles desde las instituciones
Hoy hay una nueva ola de oportunidades para el bienestar humano y para el progreso generalizado de las sociedades. “Nosotros nos hacemos cargo de ese debate y creemos que la educación está ya programada para tener respuestas más ágiles, que tienen que ver con la tecnología, pero también con todo lo que hay detrás: pedagogos, docentes, contenido, herramientas, etcétera”, explicó Andrés Pallaro, director del Observatorio del Futuro de la Universidad Siglo 21, advirtiendo que el estudiante tiene que sentir que está desarrollando competencias y habilidades para hacer algo en lo cual se pueda sentir protagonista.
Para eso, la institución va camino a generar las respuestas que se necesitan, según afirmó, y entonces se van incorporando a la cartilla carreras vinculadas con la ciencia de datos, la robótica, la innovación y el desarrollo, la ciberseguridad y la animación digital.
4. La aceleración de lo digital en el cambio tecnológico
“Hablar de transformación digital, más que de tecnológica, es lo que está pasando ya”, dijo Cecilia Cuff, directora de Marketing de Microsoft para Latinoamérica. Entonces, ¿qué es lo que sigue? “Ahora hay que buscar algo más. El concepto que surge es el de aceleración digital, ya no el de transformar, sino el de acelerar eso que ya reconocí que tiene un valor y que genera una diferencia”, alertó.
La clave es ver cómo optimizar todo lo vinculado con el trabajo híbrido, con equipos distribuidos globalmente, y reconocer la innovación. “Hay un nuevo concepto de intensidad tecnológica, que indica que en los próximos años todas las compañías van a ser empresas de tecnología, y eso es un cambio de paradigma cultural muy grande. Es responsabilidad de todos los actores que formamos parte de este país ver cómo logramos que la Argentina logre su aceleración digital y pueda beneficiarse de eso”, concluyó Cuff.
En cuanto al desarrollo de la Web3, hay compañías que buscan darle capacidad de ejecución e inteligencia a la red, lo que significa transparencia.
“La internet que pensamos a futuro está diseñada como una red de pares, centrada en las personas. Además, la nueva internet va a identificar a los objetos y a las instituciones, y esos vínculos que hoy existen en la sociedad física se van a trasladar a un mundo digital más democrático y menos concentrado”, afirmó Diego Schargorodsky, managing director de Globant Sudamérica, que indicó que lo que mantiene vigente a la firma es su capacidad de reinventarse permanentemente.
“Es más fácil crear una nueva compañía que seguir creciendo después de 20 años, como Globant. Continuar reinventándonos, mantenernos y escalar hace que nos demos valor a nosotros mismos para, así, darle valor a otros”, consideró.
5. Ser creativos para hacer crecer el talento
“Confiamos muchísimo en el talento argentino, lo conocemos de primera mano, tenemos científicos con una formación muy importante”, expresó Nicolás Kirchuk, médico y emprendedor en el ámbito de la ciencia, con más de 20 años de experiencia en el terreno del desarrollo de drogas para combatir el cáncer, y cofundador de Biomakers, compañía de medicina genómica de precisión y tecnología que hoy lidera el testeo genético y molecular de pacientes oncológicos en toda América Latina.
Kirchuk se refirió al desafío que presenta retener el talento en la compañía y también en el país. “Hemos desarrollado diversas estrategias para poder lograrlo”, señaló. Y agregó que las dificultades en el país no solo son macroeconómicas, sino también normativas. “Hacernos creativos para poder sostener el talento en el país ha sido una de nuestras grandes fortalezas”, cerró Kirchuk, al tiempo que mencionó que ese conocimiento también puede ser exportado.
A la hora de herramientas para retener el talento, el emprendedor se refirió a la flexibilidad que poseen las startups para adaptar ciertos procesos a las personas que resultan fundamentales para el proyecto. “Vivimos en un mundo global, todas las políticas que van en contra de eso provocan fuga de talentos”, ilustró. Y contó que es una realidad que, en su sector, científicos y también recursos de tecnología se van por la oferta global.
Es en este contexto en el cual la ley de Economía del conocimiento va en sintonía, pero se considera que es “apenas el inicio de muchas medidas que hay que tomar para que la retención sea real”, según Kirchuk.
Yuyo Llamazares, CEO de Stämm, una empresa que cofundó junto a Federico D’Alvia con el objetivo de descentralizar la biomanufactura para la producción de bioterapéuticos, ahondó en cómo los emprendedores sortean los cimbronazos macroeconómicos del país para no desmotivarse, y se refirió al diseño en la cultura de la compañía y su importancia para que la persona se sienta contenida.
“La forma que entendemos es reconocerlo como una variable y buscamos acompañar a las personas en su crecimiento profesional y personal”, contó. Y dio como ejemplo la transmisión de la importancia de decir que no, o de comunicarle a otra persona que algo molesta, para contribuir así a una mejor convivencia.
Georgina Sposetti, médica investigadora, fundadora y CEO de “Un Ensayo para Mí”, el primer buscador de ensayos clínicos de América Latina, que vincula a los pacientes con los investigadores, contó que su proyecto tuvo una expansión exponencial pospandemia en toda la región y que eso se mantiene hasta hoy. La presencia llega a nueve países, entre ellos, Estados Unidos. “Tenemos 30 empleados, y para fin de año esperamos tener muchos recursos humanos más”, contó con satisfacción, al participar en el encuentro.
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