Economía del conocimiento. El talento argentino ya genera exportaciones por US$6300 millones
Shows de artistas argentinos en Tahití, videoclips para niños producidos localmente que se ven en Rusia, asesoramiento a distancia de profesionales del país. Estas son solo algunas de las oportunidades que abre la economía del conocimiento para la cual hay buena materia prima argentina por la calidad y la resiliencia del talento local. Sin embargo, también hay trabas que vencer, como el contexto macro, las burocracia y la falta de visión global.
Sobre esto se habló en la tercera jornada de la sexta edición de Management 2020que se tituló "Economía del conocimiento" y que contó con la presencia de distintos referentes. Uno de ellos fue Roberto Daniel "Kuky" Pumar, CEO de Leader Entertainment Group, quien tuvo dos vidas: la primera como productor de cantantes tropicales y, la segunda, como hacedor de videoclips con canciones para chicos.
"Corría 2006 y nos dimos cuenta de que no existía un MTV de música infantil. Eran fuertes las canciones, pero sin clips, con lo cual buscamos unir los dos mundos: el de la música con la animación", contó. La apuesta dio sus frutos, porque fueron un boom a nivel mundial, al punto que el 90% de su facturación proviene del exterior.
Otro que supo leer lo que se venía fue Fernando Moya, CEO y fundador de Ozono Producciones, que se apalancó primero en HBO y luego en YouTube, Facebook e Instagram para hacer que los shows de Fuerza Bruta fueran conocidos en el mundo para después poder vender tickets.
También supo aprovechar el conocimiento de las telenovelas argentinas en el mundo para vender entradas en destinos impensados. "Con Natalia (Oreiro) fuimos a Rusia, Finlandia, Tahití, Bora Bora, porque sus novelas se daban en países exóticos y la gente conocía las canciones. Todos cantaban en castellano y lo mismo pasó con Violeta, que vendió entre 4 y 5 millones de entradas en el mundo por el conocimiento que tenía gracias a la plataforma de Disney y todo el empuje que se le dio vía redes", explicó.
En este sentido, el presidente de Accenture Argentina y de la región Sudamérica Hispana, Sergio Kaufman, reconoció la importancia de la ley de economía del conocimiento que se trata en el Congreso (ya tuvo media sanción en Diputados) que no solo incluye al software sino a otras industrias del sector como el audiovisual y la producción de videojuegos, por nombrar algunos.
"Estamos hablando de un sector que exporta US$6300 millones y la idea es que en los próximos años llegue a los US$11.000 millones o US$12.000 millones y supere al complejo sojero. Este es un proyecto de país que va desde Juan Grabois hasta Marcos Galperin. A la economía popular le puede servir exportar al mundo. La ley de software asfaltó la grieta", afirmó.
Y el senior country officer de J.P. Morgan, Facundo Gómez Minujín, destacó que la Argentina atrajo a empresas mundiales como Accenture y el J.P. Morgan por el talento. "Hay países que se organizaron para que se radiquen empresas grandes reduciendo impuestos y fracasaron. Y acá, sin eso, muchos nos establecimos igual, pero necesitamos tener previsibilidad de cara al futuro, que no se cambien las reglas del juego y se deje a las empresas trabajar", sostuvo.
Pero un limitante puede ser que los perfiles techies no crecen como la media mundial. Según Victoria Cole, gerente general de Wunderman Buenos Aires, mientras que en el mundo crecen al 7% aquí lo hacen al 0,7%. ¿Y qué es lo que aportan este tipo de profesionales? De acuerdo con Alicia Caballero, decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA, la ecuación es simple: estos trabajos traen dinero.
"Con el conocimiento tecnológico, científico y artístico extendés las fronteras de posibilidades de producción. Y hay una capacidad que tiene el intangible para producir riqueza con menos recursos físicos. Esta riqueza que parte del talento, de las neuronas, es algo que hace crecer la economía con menos restricciones que otras industrias. La tasa de retorno es en general altísima", concluyó.