Dudas entre los economistas por el frente fiscal tras la evaluación del FMI
Hay, por lo menos, dos grandes visiones en pugna. Para el Gobierno, la evaluación del Fondo Monetario Internacional (FMI), y su comunicado de anteayer, no reclamó un mayor ajuste fiscal, sino el mismo compromiso que estaba estipulado en el Stand-By Agreement (SBA) firmado el año pasado. Además, descartan un pedido de mayor flexibilidad en las metas fiscales y alegan que la recaudación "se está encaminando". Para los economistas privados, el panorama es distinto. Con la suba admitida del 0,1% del PBI para gasto social, el oficialismo no solo logró un mayor apoyo político, sino que consiguió ampliar -informalmente- el rojo posible para este año, en un contexto en el que tanto la actividad económica como los ingresos previstos por retenciones no suben al ritmo esperado.
En este último grupo también existen divisiones en cuanto al cumplimiento o no del objetivo planificado con el Fondo: el déficit cero. Allí están quienes confían en que el rojo fiscal primario podría ser hasta del doble del previsto y, por otro lado, están aquellos que, segundo trimestre mediante y licuación de gastos por inflación en el camino, creen que el Gobierno logrará cumplir la meta.
Lo que está claro es que la evaluación del FMI, que pidió "una mayor restricción en el gasto" y que al mismo tiempo avaló desembolsos en el frente social en plena campaña, revitalizó el debate sobre el presente y futuro del frente fiscal.
Flexibilización
"El déficit cero tenía dos ajustadores, un 0,2% del PBI para el gasto social y un 0,2% del PBI para gasto de capital. En total, un 0,4% del PBI de déficit primario", explicó Daniel Artana, economista jefe de FIEL. "Ahora es de 0,3% del PBI para gasto social. Por lo tanto, puede haber un déficit fiscal primario de 0,5% del PBI", agregó el especialista. "Al mismo tiempo, como tenés falencias con la recaudación, para cumplir con el programa corregido piden recortar con gasto que no esté ajustado por inflación", explicó el experto, que habló de una "flexibilización" del programa fiscal.
"Esto demostró que hubo negociaciones [con el FMI] sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo para cumplir una meta fiscal, que es muy estricta", dijo Guido Lorenzo, director de la consultora LCG, sobre la ampliación del gasto social. "La recaudación no está viniendo como se esperaba, sino por debajo", estimó el experto, que afirmó que la primer meta trimestral con el FMI está en duda, pese al superávit del primer bimestre (de $23.000 millones). En marzo, el gasto subirá fuertemente, por las erogaciones previstas en jubilaciones y asignaciones, entre otras. El primer trimestre tiene una meta de superávit de $6000 millones. Pero lo que más preocupa es que los malos resultados de estos meses podrían generar ruidos a la hora de proyectar anualmente.
"Te dan un permiso para gastar más, pero te exigen seguir disminuyendo otros gastos, probablemente operativos. Deben ver que todavía hay margen para cortar y piden que el Gobierno muestre que hace austeridad", agregó Lorenzo. En ese mismo camino, el FMI ya había alertado en su segundo informe sobre la posibilidad de que el Gobierno se tentara con atrasar subas de tarifas (implicaría más subsidios) o aumentar los salarios. "Será importante resistir las presiones de mantener los subsidios a la energía e incrementar los salarios", escribió el equipo de Roberto Cardarelli.
La caída de la actividad económica, pero también las retenciones a las exportaciones son, entre otros, parte del motivo de la caída de la recaudación. Dos economistas consultados coincidieron en que el Ministerio de Hacienda cometió errores en los cálculos de las previsiones de lo que se recaudaría con el impuesto.
"Prevemos un déficit en torno al 0,4% del PBI dentro del margen del acuerdo con el FMI", señaló Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina. "Creo que hubo cierta confusión con lo que expresó el comunicado del FMI. En el mismo se dice que para alcanzar el equilibrio primario en 2019 se va a tener que seguir haciendo un recorte del gasto público. Eso es obvio. El gasto público como porcentaje del PBI en 2019 tiene que bajar y, al tiempo, deben subir un poco los ingresos para lograr reducir el déficit primario a cero", dijo.
El economista afirmó que la recaudación viene cayendo en términos reales por debajo de lo esperado. "Pero la inflación es un aliado. La recaudación se indexa a la inflación por definición, más allá de la recesión. Los gastos tienden a seguir a la inflación, pero al ser más elevada se pueden licuar. Un aumento de la inflación sube la base imponible, hace crecer nominalmente la recaudación y el traslado a los gastos no suele ser tan automático", agregó.
Recalculando
"Nuestra proyección de actividad para 2019, de una caída del PBI de 2,5%, arrojaba un resultado fiscal de -1,2%, tomando los gastos discrecionales estipulados en el presupuesto", afirmó Santiago Gambaro, economista de la consultora Analytica. Afirmó que esa cifras se sustentan en menores ingresos por caída de actividad y más egresos por inflación (más gasto social). "En ese contexto, estábamos a la expectativa de definiciones del Gobierno y del FMI en función de una meta a la que, así las cosas, no se iba a arribar", completó.
Gambaro señaló que por algunos buenos datos de la actividad y de la cosecha ya estaban en un proceso de revisión al alza del escenario de actividad, pero que la mayor contracción fiscal esperada ahora puso ese proceso en suspenso.
"Desde el punto de vista de la composición de la demanda -describió el especialista de Analytica-, la holgura para el gasto se realiza sobre sectores que tienen una propensión marginal a consumir elevada, mientras que los ajustes provendrán seguramente del gasto de capital y de transferencias a provincias".
La clave, dijo un experto cuyas proyecciones no avalan los resultados oficiales y que se queja del "explosivo" gasto previsional, será lo que pase con la recaudación en abril, mayo y junio, durante el segundo trimestre y en tiempos de cosecha. El Gobierno y el FMI ya lo saben, agregó: un mal resultado en esos meses hará visible un agujero fiscal en el último trimestre, en plenas elecciones presidenciales.
Números del frente fiscal
-0,5%
Déficit primario
Es el porcentaje del PBI de rojo primario aceptado desde anteayer por el FMI, gracias al aumento del gasto social
23.000
Millones de pesos
Es el superávit que el Gobierno logró mostrar en el primer bimestre del año. Las cosas cambiarían en marzo
6000
Millones de pesos
Es la meta de superávit fiscal que el Gobierno y el FMI acordaron para el primer trimestre de este año
20.000
Millones de pesos
Es el monto extra que el Gobierno podrá volcar a ayuda social tras la ampliación anunciada por el Fondo
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