Dos aliados dispares buscan una fusión
Hace dos años, cuando Tom Enders, presidente ejecutivo de European Aeronautic Defence & Space Co., quiso promover un avión militar de la compañía, el Airbus A400M, se lanzó en paracaídas desde uno de ellos.
Ian King, presidente ejecutivo de la empresa británica de defensa BAE Systems PLC, evita esta clase de acrobacias, la publicidad y los riesgos en general, aseguran colegas que lo conocen desde hace tiempo. Ex ejecutivo financiero de una empresa que fue absorbida por BAE, King se creó una reputación por contener los excesos de presupuesto en el sector mili-tar. Asumió el mando de BAE en 2008, en medio de un escándalo de corrupción, desarmó la crisis y desde entonces ha permanecido en gran medida fuera del foco de atención.
Ahora, Enders y King intentan crear la mayor compañía aeroespacial y de defensa del mundo. Una unión de EADS y BAE combinaría dos empresas diferentes dirigidas por dos hombres igualmente dispares. Fuentes cercanas a las compañías aseguran que sus operaciones y líderes se complementan entre sí, y no sólo en que a King le gusta el golf y Enders lo detesta.
Enders, un alemán de 53 años que estudió en la Universidad de California, en Los Ángeles, adora el oeste estadounidense y es visto por muchos como una especie de vaquero corporativo. Tiene poca paciencia con las sutilezas políticas y le auspicia la polémica: por ejemplo, en repertidas ocasiones pidió a los accionistas gubernamentales de EADS y expertos políticos en Francia y Alemania que dejaran de meterse en las decisiones de negocios del grupo.
Enders asumió la presidencia ejecutiva de EADS en junio, después de operar durante cinco años la división de Airbus. Una de sus primeras medidas irritó a las autoridades alemanas; anunció planes para acabar con la ineficiente doble sede de EADS, en París y Munich, y establecer una sola en Toulouse, Francia, cerca de Airbus, el mayor negocio de EADS.
Con Enders, "lo que ves es lo que hay", dice Nick Witney, ex presidente ejecutivo de la Agencia de Defensa Europea, el brazo de política militar de la Unión Europea. "Es muy recto y trabajador", añadió.
Por su parte, King, de 56 años, "es deliberadamente discreto", dice Howard Wheeldon, director de política de ADS, asociación de la industria de defensa británica. Wheeldon, que conoce a King desde hace muchos años, sostiene que "no es el tipo de empresario que hace crecer empresas" a base de adquisiciones espectaculares. En su lugar, King se concentra en costos y rentabilidad, incluso a expensas del crecimiento, dice Wheeldon.
Si la fusión sale adelante, es probable que Enders asuma la presidencia ejecutiva y King se encargue de la división militar, de acuerdo con fuentes al tanto de las negociaciones. Ninguno de los dos ejecutivos estuvo disponible para una entrevista.
En las próximas semanas, ambos esperan obtener el respaldo político europeo para la fusión y presentar una oferta a los inversionistas, de acuerdo con fuentes cercanas. Las acciones de ambas empresas han caído desde que quedaron reveladas las negociaciones, el 12 de septiembre, debido a que los accionistas consideran que la idea plantea sus problemas. Hasta que no se anuncie formalmente una propuesta, tienen prohibido promocionar la combinación.
En el caso de que se concrete el acuerdo, los dos presidentes ejecutivos dirían a los inversionistas que la fusión les permitirá reducir costos, por ejemplo. Además, con dos ciclos de negocios distintos —el de la industria aeroespacial civil y el de la militar—, uno compensaría el otro. Y la nueva empresa combinaría tecnologías tal como ya hizo su rival estadounidense Boeing Co. con sus divisiones comercial, militar y espacial.
Otra de sus misiones sería convencer a los inversionistas de que tienen las habilidades necesarias para ejercer el liderazgo. Enders, ex oficial del ejército de reserva alemán que acumula más de 1.000 saltos en paracaídas y cuenta con una licencia de piloto para helicópteros, habla con desenvoltura sobre asuntos tanto de aviación militar como de civil.
Algunos críticos apuntan a que los ingresos y el precio de la acción de BAE se han estancado bajo la batuta de King. Sus parti-darios señalan que cada división de BAE es altamente rentable, registrando rendimientos de cerca de 10%. Ambas partes atribuyen eso a la obstinada atención que King pone en la eficiencia.
La voluntad de Enders para ceder su antigua jurisdicción ilustra su pragmatismo, señalan quienes lo conocen.
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