Expertos consultados por LA NACION analizaron los instrumentos más atractivos para este año; las negociaciones con el FMI, la pandemia y las luchas geopolíticas, algunas de las variables determinantes
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Incertidumbre y volatilidad. Esas son las dos palabras que utilizaron los economistas para definir 2022, un año que trae novedades por todos los frentes. En la Argentina, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) serán un driver fundamental para las inversiones locales en los próximos meses. A nivel global, el avance de la pandemia, las luchas geopolíticas, la inflación y el cambio de políticas monetarias figuran entre los temas que se deberán seguir de cerca.
Ante tal escenario, a la hora de armar una cartera de inversiones tiene que primar la prudencia. Consultados con LA NACION, distintos especialistas evaluaron cuáles son los instrumentos más atractivos para los diversos contextos, sus riesgos y oportunidades. “En 2020 voló todo por la llegada del Covid y la inyección de dinero. El año pasado fue de gran incertidumbre, donde empezó la volatilidad, pero los índices afuera siguieron en zonas de máximos. Este año, la volatilidad aumentará y habrá una gran incertidumbre, esto está clarísimo”, afirmó Fernando Camusso, director de Rafaela Capital.
Una primera advertencia: en un año que se verá marcado por noticias clave para el mercado, el inversor deberá armar su cartera pensando en el primer trimestre. Marzo, ya podría ser otra historia.
Cedears: una inversión atada al dólar (y a la volatilidad internacional)
Los Certificados de Depósitos Argentinos, más conocidos como cedears, se convirtieron en los últimos dos años en uno de los activos preferidos de los argentinos: en 2021, representaron aproximadamente el 70% de las operaciones en renta variable. Esta herramienta permite invertir en pesos en las grandes compañías del mundo -como Coca-Cola, Apple o Disney-, aunque la cotización está atada a las variaciones del dólar contado con liquidación (CCL). Es decir, una manera indirecta de dolarizarse.
A esto se sumó que el viernes pasado, la Comisión Nacional de Valores (CNV) dio a conocer una gran noticia para el mercado local: a través de los cedears también se podrán adquirir los llamados ETFs -exchange-traded fund, en inglés, o fondo de inversión cotizado-. Estos instrumentos replican el rendimiento de otro activo, que puede ser un índice (S&P500), un sector (como el tecnológico) o un commodity (oro). En un principio, desde el país se podrán operar en pesos nueve ETFs internacionales.
Los cedears, sea a través de la compra de la acción de una firma o mediante ETFs, son una manera de correrse del riesgo argentino. Sin embargo, los economistas convocados señalaron que 2022 tampoco será un año tranquilo para el mercado internacional.
De acuerdo con la encuesta Markets Live Global de Bloomberg, la inflación será el tema central que atravesará todo el año. Según Nery Persichini, estratega de GMA Capital, esta fuente de incertidumbre está relacionada con la política monetaria que adoptarán los diferentes países. “Como será necesaria sintonía fina y equilibrio para moverse sobre el filo de una navaja, el proceso desarme de los estímulos monetarios de los grandes bancos centrales ante picos de inflación no vistos en 30 años será todo lo contrario al ‘viento de cola’ para el mundo. En particular para los emergentes, dependientes tanto de flujos de capitales como de ingresos comerciales a través de commodities”, analizó.
En ese contexto, la atención estará puesta en la decisión que tome la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) respecto a la reducción de compras de los bonos del Tesoro (tapering) y la suba de las tasas de interés. “Habrá que esperar un poco para la compra de cedears, porque hay que ver con qué agresividad retirará la Fed los estímulos sobre la economía. En caso de invertir, habría que inclinarse por las compañías que menos deudas tienen, menos dependencia del capital de terceros. En un escenario de aumento de tasas, las mayores rentabilidades estarán en las empresas que no tienen financiamiento”, sostuvo Walter Morales, presidente de Wise Capital.
Otros riesgos internacionales de 2022 son la pandemia, con la llegada de nuevas variantes y eventuales restricciones, y las tensiones geopolíticas. Persichini remarcó que no se trata de riesgos “inocuos” ya que en el pasado mostraron capacidad de daño sobre la economía y los mercados.
“Los cedears son activos de riesgo, por eso, en un año de volatilidad, hay que tener en cuenta el escenario que se presenta. En 2022 es recomendable realizar una inversión selectiva. Por ejemplo, buscaría empresas del sector energía, utilities, empresas cíclicas. Esas me gustan para tener como inversión. En cambio, es probable que las tecnológicas sean las que más sufran”, indicó Camusso.
Badlar, CER y dollar-linked: cobertura ante tres grandes factores
Durante el año habrá tres variables que seguir de cerca en la Argentina: el movimiento del tipo de cambio oficial, la inflación y la suba de tasas del Banco Central (BCRA). Y dentro del universo de deuda en pesos, hay opciones para cubrirse o sacarle ventaja a cada uno de ellos.
En primer lugar, todos los economistas coincidieron en incluir en la cartera una parte en bonos Badlar (que ajusta por la referencia de la tasa de los plazos fijos). Sobre todo teniendo en cuenta que la semana pasada el Banco Central aumentó la tasa de interés en dos puntos, hasta un 40%. “Esos fondos van a preservar bastante bien el valor, por lo que se vuelven un buen refugio”, argumentó José Echagüe, head de Estrategia en Consultatio Investment.
En tanto, los activos que ajustan por CER (inflación) siguen siendo atractivos, tras haber sido la inversión estrella en 2021 (el Boncer acumuló una suba del 71,5%). “Si uno piensa que la inflación se encontrará entre un 58% y 70%, entonces tiene que pensar en bonos CER. Pero hay que tener en cuenta la inflación de noviembre [desaceleró a un 2,5%], ya que eso podría dejarlos por debajo de las expectativas”, añadió Morales.
La última alternativa son los activos dollar-linked, que se suscriben y se pagan en pesos, pero su valor está anclado a la variación del tipo de cambio oficial. En definitiva, una manera de cubrirse ante un posible salto devaluatorio. Si el objetivo es percibir ganancias de un potencial aceleramiento del crawling-peg (devaluación diaria) o salto cambiario, este año podrían ser una opción.
“Es necesario considerar un posible cambio en el régimen de tipo de cambio y una muy probable aceleración de la inflación durante los próximos meses, impulsada por el rezago del altísimo ritmo de asistencia monetaria del BCRA al Tesoro durante el 2021, que representó el 4,6% del PBI. La situación actual de extrema escasez de reservas netas nos obliga a cuestionar cuánto tiempo el Banco Central podrá estirar esta situación sin un sinceramiento de tipo de cambio”, señaló Pedro Siaba Serrate, gerente de research de Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
No obstante, el experto advirtió que es probable que “se repita el error” de Axel Kicillof en 2014, cuando era ministro de Economía. En ese entonces, intentó revertir el atraso cambiario vía aceleración del tipo de cambio acorde a la inflación. “Sin un plan económico razonable, el éxito de este camino fue efímero. Tras la devaluación de 2014, el nivel de precios había incorporado el 65% del movimiento de tipo de cambio en los primeros 6 meses y al año había absorbido el 98%. Como no es posible saber el momento ni la magnitud del movimiento del tipo de cambio ni la velocidad de transmisión de la devaluación a la inflación, creemos prudente mantener diversificada la cartera en pesos”, indicó.
Bonos del canje de deuda: para los arriesgados, el acuerdo con el FMI como apuesta
Un acuerdo con el FMI podría ser una “ventana de oportunidad” para aquellos inversores que tienen un perfil más agresivo. La semana pasada, el ministro Martín Guzmán admitió que las negociaciones están trabadas por desacuerdos sobre el sendero fiscal que deberá llevar adelante el país, algo que repercutió especialmente en los bonos del último canje de deuda.
No obstante, los economistas consultados consideraron que, a pesar de las dilataciones, se alcanzará un acuerdo para marzo y, como consecuencia, los títulos soberanos se verán impulsados al alza. Apostando a este escenario, Casmusso opinó que la estrategia sería entrar con los actuales precios de subsuelos y salir cuando se anuncie un acuerdo definitivo, ponderando los bonos que operan bajo ley extranjera y con vencimientos a 2038.
“La novela con el FMI y la presentación de un plan económico consistente son los drivers más claros para desbloquear un escenario de subas, incluso cuando globalmente sopla un viento de frente. Por supuesto que los inversores deberán considerar otros riesgos a la hora de inclinarse por los bonos”, observaron desde GMA Capital.
Finalmente, Siaba Serrate hizo hincapié en que los títulos soberanos solo se recomiendan para las carteras más arriesgadas. “Es muy difícil que la Argentina pueda evitar una nueva reestructuración entre 2024/25 (cuando el perfil de vencimientos se hace más abultado), pero los precios actuales ya están descontando una reestructuración extremadamente agresiva. Dicho esto, ante un cambio de expectativas, que puede despertarse recién en 2023, consideramos que los instrumentos pueden tener un upside considerable. Por eso, preferimos la exposición de baja paridad en el Global 2035″, cerró.
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