Vuelve la alarma por el escaso nivel de reservas del Banco Central
Si bien el organismo informó que su tenencia bruta supera los US$43.000 millones, analistas advierten por la fragilidad del balance del BCRA; los vencimientos de corto plazo
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Es, quizás, el número clave de la economía argentina. Día a día, el Banco Central informa el dato de sus reservas brutas, una variable determinante para la estabilidad del tipo de cambio, el pago de deuda, las importaciones y el ahorro de los hogares argentinos. Pero detrás de esa cifra oficial, se esconde un escenario de fragilidad: entre préstamos, depósitos privados y otras deudas, la tenencia neta del organismo ronda los US$6500 millones.
El viernes, último dato disponible al cierre de esta edición, el Banco Central informó que sus reservas internacionales totalizaban US$43.530 millones. Son US$4339 millones más (11%) que el número total que el BCRA tenía un año atrás. Sin embargo, esa cifra integra elementos que en sentido estricto no pertenecen al organismo o que no están disponibles para su uso inmediato en el mercado de cambios. Y si bien no es un dato oficial, porque la entidad monetaria no informa la composición de las reservas, estimaciones privadas advierten que el nivel de las reservas netas enciende luces amarillas para los próximos meses.
Terminado el programa de estímulo a las exportaciones de soja, esperan al Gobierno tres meses desafiantes en materia cambiaria, hasta el ingreso fuerte de divisas por el inicio de las exportaciones de la cosecha gruesa 2023. Con un stock de reservas netas que cubre apenas más de un mes de importaciones (fueron US$5750 millones en noviembre, según los datos del Indec), el calendario aparece cargado de vencimientos de deuda, salida de divisas por servicios y turismo e importaciones.
En el Gobierno aspiran a mantener estabilidad en el tipo de cambio y evitar un impacto de la brecha sobre los precios, y apuestan por gestionar el flujo de dólares a través de la administración del cepo cambiario y las importaciones, mediante el sistema SIRA, que cosecha a su vez reclamos empresarios por la demora y la falta de acceso a insumos o bienes del exterior.
“Con esos US$6500 millones, el BCRA tiene que aguantar tres meses hasta abril, cuando empiecen a ingresar los dólares de la cosecha. Y obviamente, no va a querer vender divisas. Entonces, la variable calibre serán las importaciones. Hoy, el gran aliado de (Sergio) Massa para cuidar las reservas es el SIRA”, dice el economista Fernando Marull, director de la consultora FMyA, en referencia al stock de reservas y el sistema de administración de las importaciones que implementó el Gobierno para administrar el flujo de dólares.
Qué hay en el Banco Central
Dentro de sus reservas brutas, el BCRA considera unos US$19.181 millones correspondientes al swap de monedas con China (44% del total de las reservas). Se trata de un intercambio de monedas que comenzó en 2009, gestionado por el entonces presidente del BCRA, Martín Redrado, e implica que el organismo tiene atesorados yuanes, que pueden utilizarse para el comercio entre ambos países o bien convertirse a dólares (siempre que el Banco Popular de China lo autorice) para su venta en el mercado.
También se contemplan US$12.618 millones correspondientes a los encajes de los depósitos privados. Son los ahorros de los argentinos en el sistema financiero que los bancos están obligados a mantener inmovilizados en el BCRA.
A su vez, se cuentan dentro de las reservas brutas otros préstamos o pasivos por más de US$4500 millones. Esa suma incluye, entre otros elementos, pases con Sedesa, una firma que forma parte de la red de seguridad financiera argentina, cuya finalidad es garantizar los depósitos bancarios del sistema local, y otro con el BIS, el Banco de Pagos Internacionales de Basilea.
De esta forma, las reservas netas del BCRA rondan los US$6900 millones, de acuerdo con las estimaciones del estudio Eco Go. No obstante, ese total contempla rubros que, si bien son patrimonio del organismo, no están disponibles de forma inmediata para la intervención en el mercado. Se trata de una tenencia de alrededor de US$3600 millones de oro y el equivalente a US$4300 en Derechos Especiales de Giro (DEG), la moneda que creó y utiliza el FMI.
“Sin reservas líquidas, el escenario sigue mostrando una situación de fragilidad en el BCRA”, explica en diálogo con LA NACION Sebastián Menescaldi, director asociado de Eco Go y exjefe de análisis macroeconómico del BCRA.
Si bien la entidad monetaria logró cerrar diciembre con un saldo positivo de US$1987 millones para sus reservas, apuntalado por la implementación del dólar soja II, el saldo negativo de meses anteriores expone esa debilidad y abre interrogantes hacia el futuro. Sin ese ingreso de divisas expirado ese régimen de tipo de cambio diferencial para la exportación de soja, el corto plazo luce desafiante con la sequía que afecta a gran parte del país y que, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, implicará una merma de US$14.000 millones en exportaciones del sector, en comparación con las proyecciones iniciales que se manejaban en septiembre para la actual campaña.
Según Marull, el corto plazo trae desafíos para el BCRA: el acuerdo con el FMI establece que una meta de acumulación de reservas de US$7700 millones en marzo. “Si no la cumple, el FMI podrá bajar esa meta por la sequía o algún otro argumento, o se pide un waiver, y el tema se resuelve. Es cierto que de acá a abril Massa tiene mucha menos espalda, pero eso no implica que habrá caos o devaluación. La alternativa será endurecer o gestionar el cepo”, concluye el economista.
Vencimientos en el calendario
En menos de dos semanas, desde que comenzó 2023, las reservas brutas del BCRA registran una caía de US$1195 millones. Esa baja se vincula con los compromisos de pagos que el país debió afrontar, con acreedores privados y con el FMI.
El Tesoro canceló vencimientos por US$1018 millones con tenedores de títulos públicos en moneda extranjera emitidos tras la reestructuración de 2020. Y si bien el pago se efectuó en su totalidad, el impacto en las reservas fue menor (alrededor de US$400 millones).
“La mayor parte de ese pago quedó en el país, encajado en las cuentas de los titulares de los tenedores de esos bonos”, explica Menescaldi, al advertir que esas divisas todavía siguen siendo consideradas dentro de las reservas del BCRA.
Otro vencimiento que afectó a las reservas fue esta semana, con el pago de intereses correspondientes al acuerdo con el FMI. Fue el lunes, cuando las reservas registraron una caída de US$1057 millones por el giro de esos fondos (alrededor de US$1300 millones) al organismo multilateral.
El calendario de corto plazo, a su vez, incluye en lo que queda de enero dos desembolsos adicionales por alrededor de US$1340 millones. Serán US$653 millones el 16 y otros US$687 millones el 30. En efecto, el BCRA ya realizó el giro de los fondos correspondientes al primer vencimiento (de capital), que se concretará el lunes.
En cambio, el contexto internacional juega en este caso a favor del BCRA. En las últimas semanas, el dólar se devaluó, y se fortalecieron las cotizaciones de otras tenencias del organismo, como el yuan chino y el oro. Ese saldo contable positivo en alrededor de US$200 millones sirvió para compensar en parte las pérdidas de reservas por pagos al exterior.
“El swap con China no se amplió. La variación que hubo en las reservas fueron básicamente por la compra de divisas en el mercado, el ingreso de fondos de organismos internacionales y la variación de las cotizaciones”, confirman en el BCRA.
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