Repunte de los financieros: por qué volvieron a los $300 y qué les deparará esta semana
Los analistas esperan que los tipos de cambios paralelo continúen presionados hacia el alza en los próximos días, pese a la suba de tasas y la acumulación de reservas que viene realizando el Banco Central por el “dólar soja”
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En las últimas tres ruedas, los dólares financieros interrumpieron la pax cambiaria que reinaba hacía un mes y medio. Si bien una racha de buenas noticias le había permitido al mercado cambiario estabilizarse tras la crisis político-económica de julio, cuando todas las cotizaciones libres tocaron récords nominales históricos, el miércoles pasado los tipos de cambio paralelos volvieron a despertarse y cerraron la semana con subas mayores a los $20. Inflación, emisión, más demanda por los dólares y temores internacionales son algunos de los factores que presionaron al alza y que continuarán presentes en el mediano plazo, según distintos analistas.
El viernes el dólar MEP o “Bolsa” apareció en pantallas a $293,38. Esa cotización representó un avance diario de $6,50 (+2,3%) y de $22 a lo largo de la semana (+8%). Lo mismo sucedió con el dólar contado con liquidación (CCL) o “cable”, ya que volvió a traspasar la barrera de los $300, cifra que no se veía desde fines de agosto. Cerró la rueda en los $301,15, $6 más que el día anterior (+2%) y $20 frente al viernes de la semana anterior (+7,2%).
“La dinámica alcista de los dólares financieros fue empujada por dolarización de productores agropecuarios y un entorno financiero externo más complicado por el dato de inflación en Estados Unidos. La fuerte suba de tasas que realizó el Banco Central (BCRA) y la acumulación de reservas son elementos locales positivos para moderar expectativas, pero el clima externo sigue siendo bastante determinante”, señaló el economista Jorge Neyro. Ante el mal dato de inflación norteamericana los analistas esperan que la Reserva Federal (Fed) continúe respondiendo con una política monetaria más agresiva, situación que pega de lleno en los países emergentes (como la Argentina).
La inflación local también afectó. Tras conocerse el 7% de agosto, una cifra que estuvo por encima de lo que esperaba el mercado, el CCL marcó la mayor suba diaria desde que Sergio Massa asumió en el Ministerio de Economía. En Portfolio Personal de Inversiones (PPI) remarcaron que “el efecto ‘dólar soja’ pareciera esfumarse por completo”, y agregaron que la emisión monetaria sin respaldo “comenzó a canalizarse a los dólares financieros”.
Por más que la iniciativa le permitió al Banco Central comprar US$1955 millones en ocho ruedas, el dólar soja no es negocio para la entidad monetaria. Compra dólares a $200 y se los vende a los importadores a $140. Esa diferencia de $60 se financia con emisión. Según cálculos de PPI, hasta el momento el Central realizó una emisión neta de Base Monetaria o incremento de pasivos por $462.568 millones o 0,6% del PBI (resultante de la diferencia entre US$3186 millones que liquidaron los sojeros al dólar “soja” y las ventas al dólar oficial por US$1232 millones).
“De este monto emitido, sólo $277.289 millones tuvieron una contrapartida en el activo del Central (suba de reservas), que en definitiva es la liquidez que puede absorber la autoridad monetaria. En consecuencia, la emisión monetaria sin respaldo (diferencia entre el aumento del activo y el pasivo del BCRA) fue de $185.279 millones o 0,2% del PBI. Es decir, el BCRA sólo puede retirar 70% de lo emitido al dólar oficial. Un detalle no menor es que habrá nuevos flujos de pesos por esta vía dado que el dólar ‘soja’ caduca el 30 de septiembre, por lo que por fundamentos monetarios el CCL podría tener recorrido”, advirtieron. Al contrastar con los pesos que circulan en la economía (M3 privado), hoy el valor teórico del contado con liqui es de $328.
Para Santiago Manoukian, economista de Ecolatina, el “dólar soja” contribuyó a descomprimir las tensiones cambiarias en el corto plazo. Los contratos de dólar futuro indican que se redujeron las expectativas de una brusca devaluación para este año, aunque crecieron para los meses posteriores al segundo trimestre de 2023. En otras palabras, el Gobierno ganó tiempo, pero los riesgos siguen presentes en el horizonte.
“Es racional que, suponiendo el alivio temporal que significó el dólar soja, a partir de octubre la dinámica del mercado cambiario ponga en jaque esta relativa calma cambiaria y la meta de reservas para el cuarto trimestre. ¿Por qué? Porque las presiones provenientes del exceso de demanda de divisas, producto de la menor oferta estacional que vamos a tener, puede volver a surgir. Si bien la brecha bajó, continúa en niveles incompatibles con un escenario de estabilidad económica y surgen demandas de otros sectores exportadores para tener un tipo de cambio similar”, explicó Manoukian.
A esto se suma que el jueves el Banco Central volvió a subir las tasas de interés, en un intento por alcanzar tasas reales positivas (que le ganen a la inflación), en línea con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo es que los ahorristas se inclinen por el plazo fijo y no por el dólar, mantener así “a raya” las cotizaciones financieras, reducir la brecha cambiaria y así contener las expectativas de inflación y de devaluación.
Sin embargo, para Manoukian, los esfuerzos todavía se quedan cortos. “En un contexto donde el ritmo de devaluación se viene acelerando, en un 6,5% promedio, este nivel de tasas todavía no es suficiente para desincentivar contundentemente el adelantamiento de compras por parte de los importadores o incentivar la venta de los exportadores, excluyendo al complejo sojero. Además, asumiendo una inflación en la zona del 6,5% para septiembre, la tasa no sería positiva en el corto plazo [la tasa es de un 6,2%]. El Central sigue en la carrera de precios-tasas-dólar, que se va a ir recalentando”, completó.
Sobre si la tendencia alcista podría continuar esta semana, Yanina Skiba, team leader comercial de Liebre Capital, hizo hincapié en tres factores claves que podrían influir en la dinámica. Por un lado, si la suba de las tasas de interés logra desviar flujos de fondos hacia los depósitos en pesos y atenuar presiones sobre los dólares financieros. Por el otro, la convalidación del “nuevo” dólar turista y el efecto de adelantar compras.
“Y por último, la entrada en vigencia del nuevo cepo sobre los usuarios que solicitaron los subsidios; puede verse un aluvión de usuarios que renuncien a dicho beneficio en pos de poder continuar operando en el mercado cambiario”, advirtió.
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