Préstamos en dólares: las oportunidades y los riesgos de una idea que toma fuerza en el Gobierno
El ministro Luis Caputo adelantó la intención en una exposición en la Bolsa de Comercio; los analistas advierten por el posible descalce de monedas en el sistema financiero
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Es parte del sendero hacia la “dolarización endógena” y la “competencia de monedas”. Luego del millonario ingreso de divisas en los bancos por el blanqueo, el Gobierno analiza flexibilizar las condiciones para ampliar el crédito en dólares a empresas e individuos locales. Se trata de una decisión controversial, que mientras busca incrementar el nivel de préstamos para potenciar la economía, abre cuestionamientos entre economistas por los riesgos que introduciría en el sistema, con la memoria todavía cercana de la crisis de 2001.
La decisión está en estudio dentro del equipo económico. Anteayer lo confirmó el ministro de Economía, Luis Caputo, en una exposición en la Bolsa de Comercio cerrada a la prensa, donde, según pudo saber este medio, insistió en su idea de que los bancos locales tengan menos restricciones para entregar créditos en dólares. La idea fue ratificada en el mismo evento, y con algunos matices, por Federico Furiase, director del BCRA y uno de sus asesores más cercanos.
La idea que avanza en el Gobierno, aun sin precisiones sobre su implementación, tiene como límite el esquema regulatorio que se estableció tras la crisis de 2001, que sacudió al sistema financiero local por el descalce de monedas entre acreedores y deudores. Desde entonces, entre otras medidas “macroprudenciales”, se estableció que los bancos solo pueden hacer préstamos en dólares a empresas o individuos que demuestren ingresos en moneda extranjera (típicamente, exportadores o actores de esas cadenas).
La vigencia de ese esquema hasta hoy, en la práctica limita el margen de préstamos para los bancos locales, en una coyuntura de fuerte abundancia de dólares en las entidades, que propició un boom de financiamiento vía créditos o emisiones de deudas privadas (ON). La expectativa oficial es que, al flexibilizar estas condiciones, se amplíen las posibilidades de que esos créditos se destinen a inversiones productivas que dinamicen el crecimiento. Entre otros números, plantean que el crédito hoy representa el 8% del PBI, mientras que en otros países de América Latina supera el 60%.
La idea es respaldada por los bancos, que hoy se encuentran con dólares en su activo y limitadas opciones para hacerlos rendir. En otras palabras, quieren prestarlos para obtener así una rentabilidad. “Los préstamos en dólares a empresas es un tema que debe ser discutido en los próximos meses, a fin de aumentar la competitividad de la economía; siempre teniendo en cuenta la estabilidad del sistema. El enfoque debe ser la correcta gestión de riesgos de acuerdo a los estándares internacionales y no la prohibición”, dijo Javier Bolzico, titular de Adeba, una de las cámaras bancarias del país.
La “estabilidad” del sistema y los riesgos asociados a irregularidades son algunos de los puntos sobre los que alertan economistas y expertos en el sistema financiero. “El Gobierno quiere seguir ampliando el esquema de dolarización endógena. Se amplió la cantidad de dólares que hay en el mercado y lo que faltaría es cómo retribuir esos dólares”, plantea Sebastián Menescaldi, director asociado de Eco Go y exjefe de Análisis Macroeconómico en el BCRA (2008-2012).
“La idea es que si no se retribuyen los dólares en el sistema, tampoco se generan incentivos para mantenerlos depositados. Pero avanzar en este camino sería romper un consenso al cual llegamos después de la crisis de la convertibilidad, al cual llegaste porque casi rompiste el sistema financiero por crear ‘argendólares’”, sostiene el analista.
Nicolás Gadano fue gerente general del BCRA (2018-2019), y también advierte por los posibles problemas que se abrirían por desarmar las medidas “preventivas” que restringen el universo de quienes pueden tomar un crédito en dólares. El economista jefe de Empiria pone especialmente el foco en la actual coyuntura, con reservas netas negativas en el ente monetario.
“Hacia adelante, si vas a una economía más dolarizada, que es lo que aparentemente quiere Milei, aunque no sabemos, porque todavía ni salimos del cepo, tendría sentido discutir que no sea tan restringida la operatoria en dólares de los bancos, en un contexto de remonetización en dólares y cantidad de pesos congelada. Pero esa es una situación de largo plazo, y me preocupa el corto”, dice el analista.
En la dinámica actual, con la vigencia del cepo, quienes toman créditos en dólares reciben pesos tras liquidarlos en el mercado oficial, lo cual permite al BCRA sumar reservas netas. De esta manera, facilitar las condiciones de estos préstamos tendría un efecto positivo al ente monetario, para poder sumar más divisas en su activo.
Ese esquema es el que, según Gadano, profundiza las amenazas sobre la estabilidad del sistema financiero. “En este contexto de cepo, estás forzando a todo aquel que recibe un préstamo en dólares a venderlos al tipo de cambio oficial y recibir pesos. Y así te aparece un riesgo enorme, porque ya no es el riesgo del banco prestando a una empresa, sino de si el BCRA tiene los dólares al momento de cancelar el préstamo. Si al deudor lo obligaste a ir al oficial, al final del préstamo va a volver con pesos. La protección que recibía el depositante ya está horadada, porque desde el Gobierno anterior se están usando los dólares de los encajes, pero esto implicaría otro riesgo”, completa el economista.
Según cifras oficiales, el BCRA cuenta con reservas líquidas por US$32.255 millones, potenciadas por el crecimiento de los depósitos tras el blanqueo, que tocaron un máximo de US$34.611 millones a fines de octubre (luego se redujeron por algo más de US$3000 millones). Su tenencia neta (excluyendo pasivos como el swap con china, los encajes de los depósitos y otras variables) es negativa en más de US$5000 millones.
Otro de los que advierten por posibles riesgos al sistema financiero es el economista Gabriel Caamaño, titular de Outlier, quien de todas maneras avisa que, en caso de avanzar en su idea, el Gobierno debería introducir medidas precautorias o condiciones más duras para el acceso a los préstamos. “Sería mejor no estar teniendo esta discusión, pero si quieren darla, hay que minimizar los riesgos a mediano plazo. El corazón del problema es entregar préstamos en dólares mientras el BCRA interviene sobre el tipo de cambio, y de esa manera le da un seguro de cambio encubierto al deudor”, plantea el analista, sobre la necesidad de introducir variables que hagan que “quien toma el crédito internalice el riesgo” asociado a ese préstamo.
En su visión, podría ampliarse el crédito en dólares a más empresas o individuos si se incorporan seguros de cambio privados o se limita el monto prestable a un porcentaje menor del ingreso o facturación de la firma. “Si se arma bien, con algún mecanismo de este estilo, limitando el tamaño de la deuda, ante un problema, será más chico, el deudor se va a ajustar, pero es menos riesgo de insolvencia. El tema es que el Gobierno necesita que la actividad económica se recupere fuerte, y los bancos están llenos de dólares. Esto es correr más riesgos a mediano y largo plazo para que en el corto plazo funcione”, concluye.
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