Peso argentino: por qué las casas de cambio de Uruguay, Brasil, Paraguay y Chile le ponen un precio muy bajo cuando venden dólares
En Uruguay, comprar un dólar puede llegar a costar más de $800; qué pasa en Brasil, Paraguay y Chile
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Inflación, devaluación y malas políticas cambiarias. Por esas razones, los pesos argentinos son considerados “papelitos de colores” para los países vecinos. El cierre de fronteras y la falta de turistas hacen que el valor del peso caiga más todavía en el exterior y, en algunas casas de cambio, el precio de compra de la moneda es irrisorio.
“La frontera está cerrada y bajó casi a cero la operativa de la moneda argentina. Por lo tanto, ninguna casa de cambio va a querer pagar demasiado por ella, porque no sabe cuándo la podrá vender y a cuánto estará el dólar en ese momento en la Argentina”, explicó Carlos Bofill, de Cambios Salto Grande en la ciudad de Salto (Uruguay).
Además del avance diario del blue, la inflación local es otro de los grandes miedos que tienen las casas de cambio a la hora de aceptar pesos. En la Argentina, en los primeros siete meses del mes hubo un aumento de los precios del 29,1%. En comparación, en el mismo período Uruguay registró un alza del 5,3%; Brasil, del 4,76%; Chile, del 2,8%; y Paraguay, del 2,7%.
“El nivel de inflación que tiene su economía va del 40% al 50% desde hace años. En Bacacay nos hemos caracterizado en cotizar los pesos argentinos lo más ajustado posible, hoy estamos pagando cuatro veces más que otras instituciones bancarias. Pero la realidad es que hemos sufrido varias veces la devaluación y eso nos ha generado grandes pérdidas. Lo bueno es que el turista argentino es el más fiel que tenemos, al menos en la zona del Este; por eso intentamos recibir la moneda a un precio razonable”, aseguró Felipe Lanza, de Bacacay Servicios Financieros en Maldonado (Uruguay).
En conversación con media docena de casas de cambio fronterizas, LA NACION hizo un relevamiento para determinar cómo cotiza el peso argentino en los países vecinos y qué mirada hay sobre la moneda local.
En Uruguay, se necesitan $890 para comprar un dólar
Si un argentino viaja a Uruguay con pesos locales e intenta comprar un dólar (comprando uruguayos mediante), la cotización más barata que encontraría es de $222,25 en la casa de cambio Bacay, mientras que la más cara alcanza los $890, en Cambilex, según cotizaciones vigentes al lunes 23 de agosto.
Las diferencias en el tipo de cambio suceden por el valor de referencia que se toma para hacer la conversión del peso argentino al uruguayo. La cotización más alta del mercado fronterizo es un peso argentino por $0,20 uruguayos, aunque en algunos lugares la conversión que se ofrece es por cinco centavos de uruguayo.
En caso de ir al Banco República Oriental del Uruguay (BROU), la entidad financiera oficial del país vecino, el resultado daría un dólar a $887. “Eso sucede porque el Banco República es el único que maneja la compra venta de monedas extranjeras (exceptuando el dólar, que todos los bancos comercializan), y por lo tanto, se cubre un poco con los precios también”, indicó Bofill.
En el exterior, el cambio oficial no es una referencia. Para medir el valor del peso, la cotización que se usa es la del dólar blue. “El tipo de cambio oficial, que vale la mitad que el blue, para nosotros no existe. Y tampoco para la mayoría de los argentinos, que no puede comprar dólares a ese precio. Por lo tanto, el precio de referencia para el dólar, es el blue”, explicaron desde Cambios Salto Grande. El viernes de la semana pasada el tipo de cambio paralelo cerró en los $182, una de las cotizaciones más altas del año.
En el mismo sentido apuntó Lanza, quien remarcó que la valoración que tienen sobre el peso argentino es “directamente proporcional a la estabilidad del mismo y la posibilidad o no de cobertura”. La experiencia los obligó a desconfiar.
“Por ejemplo, en la época del 1 a 1 nuestras cotizaciones del peso argentino eran prácticamente el mismo precio que el dólar y el motivo fue que, más allá del tiempo que duró la convertibilidad, se podía exportar los pesos hacia la Argentina al hacer una transacción con un banco o casa de cambio en ese país. De esa manera, se conseguía una cobertura semanal que minimizaba los riesgos de que la moneda devaluara. Pero después de la crisis de 2001, eso ya no se pudo hacer más”, agregó Lanza.
La relación entre las casas de cambio de Uruguay-Argentina nace del turismo. Habitualmente, cuando se aproxima la temporada de verano, los argentinos cruzan ‘el charco’ para disfrutar de las playas y “traen los pesos para acá por la dificultad que tienen de obtener algunos dólares allá”. Durante esas fechas, las casas de cambio uruguayas se ven “atoradas” de pesos argentinos, pero “al no poder remesarlos y cubrirnos del dólar, tenemos que cotizarlos a un precio un poco más bajo”.
La única vía que tienen las casas de cambio para “salir de esos pesos”, es mediante los propios uruguayos que vienen a la Argentina a hacer turismo. Mientras que los argentinos viajan para allá en las vacaciones de verano, los uruguayos hacen el recorrido inverso en Semana Santa y en la temporada de invierno.
“En ese lapso entre diciembre y julio hemos sufrido muchas devaluaciones del peso argentino. Por dicho motivo, siempre estamos ‘con el Jesús en la boca’, como se dice cuando tenemos posición de pesos”, agregaron.
El freno del turismo brasileño
Si se cruza la frontera con Brasil para comprar un dólar, la cotización más barata del mercado que se conseguiría es de $190 en Fortur Câmbio & Turismo, unos ocho pesos arriba del dólar blue. De todas formas, los valores promedios rondan los $240 y hasta superan los $340 en SP Mundi Câmbio.
“El mercado siempre está muy desconfiado de los gobiernos que no logran reducir el gasto público, mantener un equilibrio fiscal. Además, las últimas emisiones de papel moneda en la Argentina generaron mucha desconfianza. Naturalmente, la moneda se estaba quedando sin demanda y entró en descrédito”, consideró Francisco Paula de Lima, sociólogo y director de Star Câmbio.
Para el comerciante, cuando Mauricio Macri asumió la presidencia el mercado “creyó que podría organizar mejor las cuentas de la economía”. Pero al final, “se mostró incapaz de tomar acciones que reflejaran dicha mejora” y el optimismo se evaporó. Del lado brasileño, en los últimos años la población “se empobreció y se empezó a viajar menos, generando un enorme superávit de divisas en el mercado, lo que provocó una caída mayor en el valor de la moneda”.
El gasto público que obligó la pandemia de coronavirus y una “política más social de Alberto Fernández”, tampoco valora al peso. “En definitiva, los brasileños vemos que la devaluación del peso argentino es el resultado de una situación económica embarazosa en ambos países que afecta la vida cotidiana, especialmente del pueblo argentino, que el Covid-19 llegó a entorpecer aún más los planes de reconstrucción económica y social. Estamos muy interesados en la recuperación de ambas economías”, analizó.
Paraguay y Chile, dos casos aparte
Contrario a lo que sucedía con el BROU, donde la cotización era una de las más altas de todo el mercado, en el Banco Central de Chile el precio de conversión que aparece en pantallas es el más económico, incluso si se considera a la plaza argentina. Al 23 de agosto, por un peso argentino se pagan $8,10 chilenos. Al convertirlo en dólares, da una cotización de $97,09.
Pero este fenómeno no se replica en las casas de cambio. En general, se toma la moneda argentina a mitad de precio, por $4 chilenos. En caso de ir en la búsqueda de un dólar, los valores rondan entre los $178,89 (Cambios Suiza) y los $271,67 (Guiñazu- sucursal Independencia).
“Hoy influye mucho la pandemia. Con fronteras cerradas y sin vuelos, la lógica operativa -tanto en pesos argentinos como en otras monedas regionales- se vio muy reducida y poco fluida. Las cotizaciones que se manejan no son representativas”, resaltó una casa de cambio que prefirió el anonimato.
En tanto, en Paraguay la lógica es completamente diferente. Las casas de cambio ofrecen una conversión directa de peso argentino a dólar a un valor similar al blue. En La Moneda Cambios S.A. se hace la conversión por $180 (más barato que los $182 del paralelo el viernes), mientras que en la sucursal de Norte Cambios de Ciudad del Este cotiza a $200.
El Banco Nacional Fomento es un caso aparte, ya que no se puede hacer esta maniobra y, por los diferentes tipos de cambio, el resultado final es que un dólar estadounidense cuesta $278,80 argentinos.
En tiempos normales, el flujo migratorio es muy fuerte entre ambos países e incluso algunos argentinos cambian sus pesos a dólares allá. Pero, con las fronteras cerradas, ese intercambio desapareció. “Se sabe que la Argentina suele tener grandes procesos devaluatorios. Ahora, sin turismo, no nos podemos sacar los pesos de encima, ¿a quién se los vendés? De acá a seis meses significa muchísimo riesgo, y más en un año electoral en la Argentina”, cerró una casa de cambio local.
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