Pagos en dólares: los avances que se dieron hacia la competencia de monedas y qué falta
Desde el Banco Central confirman que el sistema financiero está trabajando para implementar las tarjetas de débito en moneda dura, entre otros desarrollos que están en agenda y que buscan facilitar las compras en billetes verdes dentro de la Argentina; el cepo es el principal obstáculo
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Hace tiempo que el Presidente, Javier Milei, dejó de utilizar la palabra “dolarización” para referirse a una Argentina donde toda la economía gire alrededor del billete estadounidense. En cambio, en los últimos meses el discurso cambió hacia una competencia de monedas —o dolarización endógena, como lo llamaron dentro del oficialismo—, donde la población tenga la libertad de elegir si pagar en pesos o en moneda extranjera. Aunque todavía poco popularizado, algunos comercios ya empezaron a promocionar las ventas en dólares. Pero el Gobierno busca acelerar este proceso aún más, con el sistema de pagos como protagonista.
Antes de fin de año, las autoridades del Banco Central (BCRA) esperan que estén operativas las tarjetas de débito en dólares. El Ejecutivo adelantó que se podrán vincular con las Cuentas Especiales de Regularización de Activos (CERA), para poder utilizar el dinero del blanqueo en los comercios sin tener que pagar la alícuota del 5% (para montos mayores a US$100.000) y así intentar reactivar la economía, tal como reglamentó la autoridad monetaria semanas atrás. Esta función estaría operativa entre noviembre y diciembre, según adelantó el director del BCRA, Pedro Inchauspe.
“Estamos coordinando y trabajando con las tarjetas, los adquirentes y los bancos para que estén disponibles lo antes posible. Normativamente, está todo listo, la implementación requiere sistemas y seguridad que se están desarrollando”, afirmó este fin de semana el presidente del Banco Central, Santiago Bausili. Sin embargo, para las empresas que conforman el ecosistema de pagos, el desarrollo irá mucho más allá del blanqueo, ya que también se podrá vincular la tarjeta con la caja de ahorro en dólares.
La visión que se tiene internamente es que empiece a funcionar con compras grandes, para las que previamente se tuvo que ahorrar (probablemente en moneda dura): unas vacaciones, un electrodoméstico o un automóvil, por mencionar algunos ejemplos. Las tarjetas y las procesadoras de pago tiene de referencia el bimonetarismo uruguayo, donde los comercios tienen una cuenta en pesos y otra en dólares, un sistema que se busca replicar a nivel local.
“Siempre reforzamos la idea de que el comercio tiene que estar preparado para recibir el medio de pago que el usuario elija. Por este motivo, trabajamos activamente en nuestra habilidad de adoptar soluciones y experiencias que ya funcionan en otros países, especialmente en la región, y adaptarlas a nivel local para satisfacer esta necesidad de nuestros clientes. Para avanzar con esta implementación en la Argentina, será fundamental el acompañamiento de estos nuevos hábitos por parte del sector público, como también de las instituciones financieras y bancarias”, dijeron desde la procesadora de pagos Fiserv.
Sin embargo, algunas empresas decidieron adelantarse a la economía que se viene. Uno de los primeros impulsores fue el supermercado mayorista Diarco, que a finales de agosto anunció que se podrían pagar las compras con cualquier tipo de dólar: cara chica, cara grande, billetes manchados, rayados o viejos. A los pocos días, otras cadenas decidieron imitar la estrategia para intentar impulsar el consumo. La campaña duró unos 50 días y finalizó el 6 de octubre.
Patagonia Flooring también tiene una promoción similar hace años, donde aceptan pagos con billetes estadounidenses con cara chica o manchados. Mientras que la sociedad de bolsa Cocos Capital lanzó el mes pasado una función para pagar en los comercios mediante código QR, tanto con pesos como con dólares MEP en cuenta, a elección del cliente (aunque el comercio recibe el pago en moneda local).
Incluso, hay números del Banco Central que afirman que los pagos en dólares ganan terreno en la Argentina. De acuerdo con el último Informe de Pagos Minoristas, en agosto se registraron 2,5 millones de operaciones de envío de dinero en moneda extranjera, un aumento del 267,7% con respecto al año anterior. En total, se movieron US$3301 millones entre cuentas (+108,3%).
Desde que Milei asumió como presidente a mediados de diciembre último, hubo algunas normativas que buscaron allanar la cancha para la llegada de la competencia de monedas. Apenas llegó a la Casa Rosada, envió un mega DNU para desregular distintos aspectos de la economía, entre los que se incluyó que los contratos en moneda dura tendrían que cumplirse de acuerdo a lo pactado. Anteriormente, el deudor podía liberarse de la obligación dando el equivalente en moneda de curso legal (es decir, pesos).
A finales de mayo, el Banco Central equiparó las condiciones que los bancos deben cumplir para abrirle a un cliente una caja de ahorro en dólares con las que ya estaban establecidas para la apertura de caja de ahorro en pesos. Un mes después, la Comisión Nacional de Valores (CNV) eliminó casi todas las restricciones que había para operar dólares financieros (MEP y CCL). Y de cara al futuro, las billeteras digitales buscan que la autoridad monetaria habilite los CVU (Clave Virtual Uniforme) en dólares. “Está en agenda, pero nada inmediato”, dicen fuentes oficiales.
“Lo que vamos a hacer es que empiecen a competir las monedas. Vamos a dejar que los argentinos, como no va a existir más el cepo, puedan hacer sus transacciones en otras monedas. Entonces esos dólares que ingresen al sistema, en lugar de estar emitiendo dinero para comprarlos, van a poder usarse para hacer las transacciones”, explicó Milei a mediados de agosto, durante la Expo Real Estate.
No obstante, el discurso del Presidente incluyó una palabra clave, que para los economistas dificulta que por el momento realmente haya una competencia de monedas real en la Argentina: el cepo. Para Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Financieros, actualmente existe una multiplicidad de tipos de cambio (blue, MEP, oficial o tarjeta, por mencionar los más populares) que dificulta que este modelo fluya de manera natural.
“En una economía que no tuviera controles de capitales, de alguna forma la competencia de monedas es bastante directa, porque te podés pasar del peso al dólar indistintamente. Pero hoy en la Argentina tenemos cepo, por lo que la competencia de monedas estaría muy acotada, no podés comprar tan libremente dólares. Incluso ciertas transacciones naturalmente seguirían siendo en pesos, aunque pudieran hacerse en dólares, como ir a la verdulería. ¿A dónde apunta el Gobierno? Creo que en este sistema monetario, en el cual no emiten pesos, empieza a faltar dinero. Y como no quieren comprometer ese objetivo, para así bajar la inflación, lanzaron el blanqueo para poner el dinero a circular. Reactivar la economía con los dólares que estaban guardados”, agregó.
Para Horacio Tomás Liendo, uno de los padres intelectuales del esquema monetario de la convertibilidad, junto con el exministro de Economía Domingo Cavallo, todavía falta establecerse un régimen general de intercambiabilidad de pesos por dólares y de dólares por pesos. En cambio, ahora cada una de las monedas funciona bajo su propio circuito, en paralelo.
“Me parece que ni siquiera es suficiente salir del cepo, es más que eso lo que hay que hacer. Salir del cepo fue lo que hizo en su momento Mauricio Macri, pero cuando estuvo inseguro con el sistema de libertad cambiaria, volvieron a poner reglas de restricciones. Por eso creo que la Argentina tiene que cambiar el régimen monetario y eliminar los controles de cambios, pero iría más allá del levantamiento del cepo”, explicó.
Entre las reformas que se tendrían que llevar adelante para que el país entre en una verdadera competencia de monedas, mencionó que se debería eliminar la obligación de ingresos de divisas, que ya no exista el régimen penal cambiario y declarar al dólar como moneda de curso legal. También mencionó que se deberían realizar reformas financieras “importantes”, pero sin caer en el error de “crear argendólares”, sino que el sistema de dólares bancarios debería funcionar con encajes del 100% como fue de 2002 en delante.
“Hay que hacer reformas más profundas de las que se están insinuando. Estas ayudan, disminuyen el costo transaccional peso-dólar, pero todavía tenemos el impuesto PAIS, restricciones al ingreso y la salida de divisas, prohibición de comprar, obligación de liquidar. Pero hace falta más, para que el mercado entienda que una vez que el cepo se levante no se va a volver a restablecer. Si el dólar es moneda de curso legal, indirectamente se llegaría a ese resultado. Cuando sea igual que el peso, no tendrán más sentidos los controles de cambio”, cerró Liendo.
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