Miguel Pesce. Cuántos dólares billete tienen los argentinos en el país, según el presidente del Banco Central
"El tipo de cambio que tiene Argentina es competitivo y no requiere devaluaciones adicionales". En su segunda aparición pública esta semana, el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, insistió en su mensaje y rechazó que el nivel del dólar esté atrasado. No obstante, reconoció la dificultad y dijo que la Argentina "debe ser uno de los países con mayor cantidad de dólares billete per cápita del mundo".
Esta vez en el Consejo de las Américas, el economista enfatizó lo que había planteado días atrás en el Congreso Anual del IAEF: pese a la creciente demanda de dólares por parte de ahorristas y a que el Banco Central no logra frenar su caída en las reservas pese al cepo, no hay necesidad de un ajuste cambiario. Tampoco habló de endurecer las restricciones para la compra de divisas.
Con un video grabado de 24 minutos, Pesce ratificó que uno de los principios que impuso para su gestión en el BCRA es la de mantener "un tipo de cambio que se sostuviera en términos reales". Así, defendió la estrategia de pequeñas devaluaciones de entre seis y nueve centavos por día ('crawling peg') sostenida por el organismo. El tipo de cambio mayorista registra una suba del 23,4% en el año y cotiza a $73,88.
Al mismo tiempo, sin embargo, la brecha con los tipos de cambio paralelos creció hasta superar el 70%. Hoy, el dólar MEP, que se utiliza mediante la compra venta de instrumentos financieros, cotiza a $124, mientras que el dólar 'contado con liquidación', que surge de la operación con acciones de empresas que cotizan en el exterior, opera en $128. En tanto, el dólar ilegal o 'blue'se vende a $137.
En ese contexto, la demanda de divisas no cede. Sin datos oficiales, se estima que en julio y agosto fueron cuatro millones los argentinos que compraron dólares billete y esto presiona al BCRA. En lo que va de agosto, según datos oficiales, la entidad vendió US$847 millones, y su nivel de reservas cayó esta semana por debajo de US$43.000 millones.
Según Pesce, la inestabilidad macroeconómica argentina, la recesión que se inició en 2018 y la caída en las exportaciones en la última década son factores que alimentan esa dolarización. "La Argentina tiene dentro de su territorio dólares billete por US$170.000 millones", dijo Pesce, quien detalló que la formación de activos externos fue de US$23.000 millones en 2019, US$19.000 millones en 2018 y US$16.000 millones en 2017.
Los datos del Banco Central reflejan que la dolarización cruza gobiernos y gestiones. Según los registros del organismo, la formación de activos externos entre 2016 y 2019, durante la gestión de Mauricio Macri, fue de US$86.198 millones.
En tanto, entre 2008 y 2015, en las dos presidencias de Cristina Kirchner, el monto acumulado fue de US$84.909 millones. Entre 2003 y 2007, con Néstor Kirchner en la Casa Rosada, fueron US$17.250 millones.
"La Argentina tiene un problema de debilidad de su moneda, que ha llevado a un proceso de dolarización muy importante. Debe ser uno de los países con mayor cantidad de dólares billete per cápita y en términos del producto del mundo. Debemos superar a unos cuantos estados norteamericanos en esta relación. Y la forma de solucionar el problema es fortaleciendo nuestra moneda y estabilizándola", dijo Pesce.
El presidente del BCRA insistió en que una de las claves para resolver "el problema del sector externo" y revertir el estancamiento económico que registra desde 2011 pasa por incrementar las exportaciones. "Ese año la Argentina exportó US$83.000 millones y hoy estamos exportando en el orden de los US$60.000 millones", planteó, y dijo que el potencial de crecimiento está en los sectores de las proteínas, los hidrocarburos y sus derivados y los servicios.
A su vez, Pesce se refirió a la inflación, proceso que definió como "un problema crónico que tiene que ver con la inestabilidad de nuestra moneda". "Sólo lo pudo enfrentar en un período corto de tiempo, entre 1991 y 2001, con una salida muy gravosa, porque el proceso del fin de la Convertibilidad, que fue cuando los precios y la moneda se portaron apropiadamente, terminó en una crisis social y económica muy fuerte. Pero es un desafío estabilizar la moneda y los precios".
En ese sentido, analizó el impacto de la pandemia de coronavirus sobre la economía, y describió que el Gobierno "ha tenido éxito" en su estrategia. "La Argentina tiene una de las caídas del empleo más bajas del mundo", planteó, en referencia a iniciativas como el pago del IFE, el programa ATP para el pago de salarios o los programas de créditos a tasas subsidiadas para pymes.
Sin acceso al mercado financiero, por la reestructuración de la deuda, el Tesoro debió financiar ese incremento del gasto con emisión por parte del Banco Central, que volcó a la economía $1,5 billones en lo que va del año. "El gran riesgo que teníamos es que esa mayor emisión se tradujera en mayor inflación pero eso no se ha producido porque la mayor parte de la emisión monetaria ha vuelto a los bancos como depósitos y ha habido una fuerte respuesta del mercado de capitales", dijo Pesce.
Paralelamente a la emisión, creció el stock de pasivos remunerados del BCRA, que suman $2,6 billones, según los últimos datos oficiales, entre Leliq (letras a siete días) y pases (instrumentos a un día).
Mirar la recuperación
La crisis derivada de la pandemia de coronavirus generó un impacto económico histórico a nivel global, y para muchas economías latinoamericanas, profundizí problemas preexistentes. Informalidad laboral, endeudamiento, pobreza y desigualdad son algunos de esos factores que condicionarán la recuperación de la región.
"Latinoamérica se verá desproporcionadamente impactada por esta crisis. Un indicador es que tenemos el 8% de la población mundial y 40% de las muertes por coronavirus", precisó James Scriven, CEO de IDB Invest, en diálogo con Susan Segal.
"Una clave es la urbanización. 80% de las personas en la región vive en centros urbanos, y eso es radicalmente diferente a otros lugares del mundo. Eso es un indicador, porque como sabemos, la pandemia genera su efecto por la proximidad", dijo el ejecutivo, y agregó: "Un quinto de todos los latinoamericanos viven en seis mega-ciudades, que tienen alrededor de 10 millones de personas. Eso habilita la expansión de la pandemia".
"La segunda cuestión es dónde vive la gente pobre. En África, por ejemplo, viven en áreas rurales. En Latinoamérica y el Caribe, son población urbana. La proximidad los afecta. Y la informalidad que tenemos, con gente trabajando en el sector no registrado, acentúa ese efecto, y hace que la pandemia impacte de forma desproporcionada", apuntó.
Esto afectará al desempeño económico de corto y mediano plazo de la región. "Este año esperamos en la economía global una caída del 4% y una recuperación en 2021, aunque en conjunto estará por debajo de los niveles pre-pandemia. Y eso es un desafío para Latinoamérica, porque venía creciendo por debajo de su potencial en los últimos seis años antes de que esta crisis se disparara. Y las muertes acumuladas tendrán un impacto en el crecimiento", dijo Joyce Chang, managing director y chair of global research de JP Morgan.
En esa línea coincidió Scriven: "Los resultados van a variar entre países, pero estimamos que habrá una contracción del 10% en el PBI en la región. En Chile, una de las economías más sofisticadas de toda Latinoamérica, los indicadores sociales retrocederán 10 años. Y si eso ocurre en este país, hay que imaginar lo que ocurrirá en otros países. Eso muestra cuán grande será el problema y cuán difícil será la recuperación".
No obstante, el ejecutivo destacó factores positivos. "El sector financiero en la región está en una posición muy fuerte. Nosotros tenemos inversiones en cerca de 100 bancos en la región y vemos que están muy protegidos, con bajo nivel de activos de riesgo, con mucha liquidez", dijo.
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