Matías Kulfas: "El sector productivo va a tener los dólares que necesita"
El ministro no duda. Matías Kulfas admite que la Argentina necesita una profunda reforma estructural para volver a crecer, venderle lo que produce al mundo y evitar crisis en el futuro. Pero su reforma no se centrará en el sistema previsional, según advierte, o en el mercado laboral -aunque reconoce en este punto que hay cosas por revisar en el futuro cercano- sino en lo que el país fabrica. "Necesitamos una reforma estructural que permita cambiar la matriz productiva", sentencia el ministro de Desarrollo Productivo de la Nación.
En una entrevista exclusiva con LA NACION, el hombre encargado de marcar el pulso de la economía real dice que "el sector productivo va a tener los dólares que necesita para producir", que el Gobierno logró "reducir la inflación" sin atrasar el tipo de cambio (al que considera "competitivo"), y que no ve en el horizonte un realineamiento de las diferentes cotizaciones de dólar mediante una devaluación brusca. Sin embargo, el economista reconoce que la brecha cambiaria es un problema a la hora de impulsar el comercio exterior.
Kulfas habla además de todos los precios: de las tarifas de servicios públicos (gas y luz), que seguirán congeladas; de la incertidumbre por la nafta y de los precios máximos, que recibieron amentos menores a los reclamados por las empresas.
La reactivación del consumo; la construcción como actividad multiplicadora; la federalización industrial; el financiamiento con tasas subsidiadas para capital de trabajo; un programa para incentivar inversiones, y un plan exportador con agregado de valor, conocimiento y tecnología en origen son las bisagras del plan de 60 medidas que el Presidente presentará en las próximas semanas, según el ministro, quien confirma que seguirá hasta fin de año el ATP para sectores en crisis.
"No tenemos nada que ver, con todo respeto, con Venezuela", afirma cuando se lo consulta sobre el intento de intervención y expropiación de Vicentin y dice que, pese a que hay matices entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el Presidente está al frente de las decisiones.
-¿Por qué desde el Gobierno hablan de objetivos o estrategia económica y el sector privado sigue pidiendo un plan? ¿Ese bache no genera un problema de horizonte?
-La estrategia fue marcada desde el primer día. Después, la pandemia alteró los planes iniciales. Hay una discusión semántica. Nuestra principal crítica es a la concepción de una parte de nuestra profesión, que ha quedado marcada en el gobierno de Mauricio Macri. Allí se plantea que una serie de proyecciones macroeconómicas en las que la supuesta credibilidad del equipo, por amigabilidad (sic) con el mercado de capitales, basta para generar credibilidad y que se cumplan las proyecciones. Ese esquema tiene debilidades conceptuales. Ha quedado claro. Determinadas premisas mal planteadas generan expectativas que se frustran. La población esta cansada de ese tipo de escenarios que generan espejitos de colores. Nosotros buscamos generar un conjunto de reglas y objetivos e ir trabajando con diferentes medidas. El rumbo esta muy claro. Empezamos con la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva. Encontramos una economía muy desordenada. Nos planteamos reducir la inflación y el costo financiero. Se redujo la tasa de inflación, pero no con política monetaria sino con acuerdos de precios. Trabajamos en una dirección distinta y algo fundamental fue la discusión de la deuda externa. El rumbo está claro. Lo que nos encontramos en el medio es la pandemia. Esto nos obligó a reestructurar las herramientas del corto plazo, con el IFE, los créditos a monotributistas y autónomos y el ATP. Cubrimos todos los segmentos con un paquete de ayuda que llegó a 1,4 billones de pesos, un 5,2% del PBI. Ahora viene el desafío de la reactivación. Vemos los primeros incipientes datos de recuperación con mucha cautela, somos optimistas. Y de ahí vamos al ordenamiento de la macro y a impulsar incentivos micro y planes sectoriales para encender la economía.
-¿Por dónde van a ir las 60 medidas que anunciará el Gobierno?
-Las medidas las va a anunciar el Presidente. Puedo contar los andariveles. Tienen que ver con reactivar el consumo; hay un componente de consumo postergado por la pandemia que se puede incentivar. Además, tiene que ver con recuperar la industria de la construcción, que tiene un efecto multiplicador grande. Para la industria pensamos en una reactivación de carácter federal con paquetes de incentivos y medidas que tengan anclajes con proyectos e infraestructura de las provincias. Tenemos un crédito de US$500 millones para hacer frente al capítulo financiero, con fondeo para subsidios de tasas y garantías para empresas. Vamos a trabajar en incentivar nuevos proyectos de inversión. Luego vienen los planes sectoriales, con la mirada en un desarrollo exportador. La Argentina necesita incrementar fuerte sus exportaciones. El principal factor que genera las crisis recurrentes es el sector externo. Se nos acaban los dólares y tenemos crisis. Tenemos que transformar la matriz productiva, hay que agregar valor en origen, impulsar un desarrollo más general incorporando tecnología y conocimiento y lograr que se incrementen las exportaciones.
-¿Cómo se van a financiar, considerando que se espera un rojo fiscal de más de 6 puntos del PBI?
-Hay un equipo económico muy articulado. Es un activo relevante. Venimos de períodos con muchas disputas y se notaba descoordinación. Estamos todo el tiempo balanceando estas cuestiones. Este ministerio no va a proponer una medida que vaya en contra de los programas fiscales del ministro de Economía.
-Usted habla de coordinación del equipo económico, pero aparecen diferencias en el Gobierno, incluso entre el Presidente y la vicepresidenta
-Veo un Presidente que está claramente al frente y una vicepresidenta que acompaña y da sus puntos de vista, que es imposible no tener en cuenta dado el caudal político y el volumen de su persona. Fue presidenta dos veces. Hay matices, pero pasa en cualquier gobierno. Tenemos un debate interno importante pero tiramos para el mismo lado.
-¿Le preocupa la inflación?
-La inflación anualizada de estos siete meses es la mitad de la que había el año pasado.
-Pero hay tarifas congeladas, un dólar que sube pocos centavos por mes...
-El dólar crece por arriba de la inflación. Hemos logrado bajar la inflación sin apreciar el tipo de cambio real. Históricamente se pisa el tipo de cambio nominal para frenar la inflación, pero el dólar subió 22% y la inflación, 15,8%. Es un tipo de cambio competitivo, que genera incentivos y es favorable para las exportaciones.
-Pero está el plan de Precios Máximos hace 4 meses, hay tarifas pisadas, no hay paritarias...
-Nos hemos propuesto una estrategia antiinflacionaria con varias aristas. No se basa solo en la fórmula monetaria. Quedó demostrado que no funcionó. La inflación argentina muestra un fenómeno multicausal y hay que tratarla con varias herramientas. Es fundamental el acuerdo económico y social.
-Pero eso se anuncia desde que empezó el Gobierno y no aparece
-Nos agarró el coronavirus. En diciembre empezamos los primeros diálogos y en febrero avanzamos más activamente. Luego nos agarró la pandemia. Ahora, lo hemos retomado y estamos avanzando. Se produjo una reducción importante [de la inflación] y nuestro abordaje será integral. Acuerdos de precios y salarios y programa monetario y fiscal. Sabemos que eso tiene incidencia y también lo analizamos.
-Las empresas piden recomponer rentabilidad sobre la base de la suba de costos, después de mantener 4 meses los precios congelados ¿Va a haber mayor descongelamiento?
-La política de Precios Máximos fue una herramienta aplicada ante la emergencia por la pandemia. No es nuestra política para proyectar hacia adelante. La nuestra es de acuerdo. Nuestro objetivo es ir normalizando la situación. Nos dijeron que hubo incrementos de costos y hubo aumentos en Precios Máximos y Precios Cuidados. Esta posibilidad sigue abierta. Tenemos un diálogo cotidiano y es probable que haya modificaciones a futuro.
-Pero, ¿piensa en sostener Precios Máximos con actualizaciones o darlo de baja?
-Hoy hay una actualización controlada; lo vamos administrando. Hasta cuándo, no lo sabemos. Lo vamos monitoreando semana a semana.
-Un litro de nafta sale más o menos lo mismo que un litro de leche. ¿Cuánto se atrasó el precio? ¿Se va a actualizar?
-El precio de la nafta no está regulado. Lo establece el sector. Obviamente, al ser YPF mixta hay diálogo. Se dialoga con todos los operadores. Es una decisión que va a tomar YPF.
-¿Pero está atrasado el precio?
-Es el mismo desde diciembre de 2019. YPF sostiene que tiene un problema; se verá en las próximas semanas.
-¿Cómo prevé que vaya a ser a ser el rebote de la economía? ¿Qué pasará si hay un aislamiento más restrictivo?
-Hay dos factores. Uno es de incertidumbre, la pandemia. No está todo en nuestras manos, lamentablemente. En el aspecto local, vemos muchos factores que van a impulsar una recuperación y en la industria ya la estamos viendo. Hay una recuperación paulatina del financiamiento, una percepción del cambio de rumbo y de un marco para crecer bajo las reglas que fija el Gobierno. Hay recuperación de consumo. Por ejemplo, la venta de muebles creció mucho con el Ahora 12. Hay oferta productiva y, por ejemplo, la ropa o los electrodomésticos están funcionando muy bien. El campo ha tenido una buena campaña. Los proyectos productivos en carne y cerdo entusiasman, el sector energético se está recuperando y vuelve a poner en valor Vaca Muerta. Para adelante, apuntamos a un desarrollo exportador que se ancle en todo el entramado productivo local. Que exportemos no solo un recurso natural procesado, sino todo un entramado tecnológico. Pensamos en un enfoque orientado al desarrollo del cluster sumando además iniciativas Green New Deal o la electromovilidad. Es nuestra mirada para cambiar la matriz productiva.
-Pero, ¿cree que la economía tendrá el nivel previo a la pandemia en el corto plazo?
-Estamos en condiciones de mejorar en un plazo no muy largo. Va a ser clave la relevancia de la construcción, cuando la podamos normalizar; es un sector clave. Construcción, manufacturas, actividades primarias, tecnologías. Todo puede ser puesto en valor para reactivar a corto plazo, pero lo que de verdad necesitamos es crecer toda la década. Tenemos un rezago importante.
-¿Los dólares de hoy alcanzan para que se reactive la economía o vamos a un cuello de botella?
-Dos ejemplos de la economía real. ¿Cuáles son dos sectores que históricamente han tenido esa dificultad? Autos y energía. Crecemos y crece la demanda de autos. Ahora cerramos un acuerdo con el sector en el que todas las terminales van a tener una balanza comercial equilibrada. Producimos unidades de valor importante y el objetivo es generar una balanza superavitaria. Buscamos fomentar el desarrollo de proveedores locales de autopartes. En energía, cuando crecemos mucho hay más hogares conectados, mas industrias consumiendo y un cuello de botella. El esquema del gas va generar abastecimiento seguro, confiable y a precios bajos con inversiones en Vaca Muerta.
-Ese parece bueno para el mediano plazo, pero ¿faltan dólares para rebotar el corto plazo? Hay denuncias de los sectores por trabas a las importaciones.
-No lo vemos de esa manera. Hay espacio para crecer. La situación que heredamos es complicada. El nivel de reservas que dejó el gobierno anterior no es el óptimo. Se sumó la incertidumbre por la discusión de la deuda. Hay una administración en este período hasta que se reestablezcan las condiciones de confianza. En importaciones no hay restricciones. El 91% ingresa sin dificultad; no somos ingenuos. Se revisa que no haya prácticas predatorias. Han habido medidas cambiarias que tomó el Banco Central que en un primer momento generaron dudas en los sectores productivos. Hoy funcionan de forma correcta. El sector productivo va a tener los dólares que necesita para producir.
-¿Cómo piensan motorizar las exportaciones? ¿falta competitividad?
-Hay muchos sectores altamente competitivos y eso no quiere decir que no haya que trabajar mas. Hay en desarrollo proyectos exportadores, como los de la carne y la energía o los vinculados a la economía del conocimiento, cuyo nuevo proyecto en el Congreso plantea incorporar nuevos sectores. Va a ser una etapa muy importante que va a incluir nuevos sectores que están en el foco de nuestra mirada del desarrollo. Eso va a dar resultados en el corto plazo. Creo que conocimiento, energía, industria y algunos sectores manufactureros son competitivos, incluso el vino argentino. Hay una mirada integradora. La competitividad no está asociada solo a la cuestión impositiva. La vemos, pero incluso no creo que sea la mas importante. Desarrollo de la productividad y de nuevos sectores es clave, como la promoción externa.
-¿No son un problema los diferentes tipos de cambio existentes? ¿No retraen la liquidación oficial y empujan las compras en el exterior?
-La brecha cambiaria es un problema. No esta en discusión. Esta brecha la vamos a ir normalizando y reduciendo en la medida en que se normalice la economía, se restablezca la sostenibilidad de la deuda, que es un tema clave, y que buena parte de los dólares ahorrados se vuelquen a la producción, a la construcción y a otros proyectos. Vamos a lograr resultados importantes
-La actualización del dólar, ¿será a través de una devaluación mensual controlada, y no a través de un salto devaluatorio?
Los que critican la brecha, que coincidimos en que es un problema, dicen que con una devaluación se arregla todo, pero lo que genera es un salto de la inflación y una caída de los ingresos. No es el camino. No piden a gritos normalidad, volver a producir y consumir con normalidad. Tenemos una política cambiaria creíble y razonable sin recurrir a la apreciación del tipo de cambio, generando condiciones para la reactivación sostenida con un buen set de precios relativos. Vamos a normalizar la situación, incluso la problemática de las brechas.
-¿Pueden bajar las retenciones u otros impuestos para fomentar exportaciones?
-Las retenciones están en el nivel fijado por la ley de Solidaridad. Lo que dije está más vinculado al sector industrial y de servicios, en términos más generales. El nivel de retenciones y reintegros son variables dentro de un proceso económico de largo plazo y hay que ir administrándolos en función de objetivos fiscales y de agregación de valor. En la medida en que haya posibilidad de generar más exportaciones se puede jugar con las estructuras de reintegro. Pero no hay ningún anuncio de baja de retenciones. No tenemos problema en discutir estas cuestiones. Macri eliminó el mecanismo que incentivaba a generar valor y desfinanció al fisco. Después reimpuso las retenciones y dejo reintegros bien bajos. Hay un desfasaje ahí y lo estamos analizando de un punto de vista sectorial.
-¿Hasta cuándo estarán congeladas las tarifas de luz y gas?
-En principio, hasta fin de año. En plena pandemia nos pareció necesario prorrogarlo. Ahora están trabajando los entes reguladores en la revisión de los esquemas tarifarios y sobre esa base habrá una propuesta.
-¿Se va a ir a un descongelamiento escalonado?
-Es prematuro hablar del tema.
-Se viene negociación con el FMI, ¿cree que deben implementar reformas estructurales?
-La discusión es qué entendemos por reformas estructurales. ¿La Argentina tiene que modificar su estructura productiva? Si, sin duda. Tenemos que agregar más valor en origen, exportar mas, incorporar tecnología en la producción. Necesitamos en esta década dar un verdadero salto productivo, que duplique las exportaciones, que se sostenga en un sector con mayor intensidad tecnológico, que incorpore la dimensión verde, la agenda de género, todo eso es central. Hay que hacerlo. Es la base del crecimiento. Luego está la discusión del cómo. ¿Pagarle menos a los jubilados y echar a los trabajadores con más facilidad? No. Nuestra visión es que tenemos que cuidar los ingresos de los jubilados. Desde el punto de vista laboral hay muchas cosas para revisar y muy buena voluntad de diálogo en el sector productivo, y los sindicatos. Hay convenios muy viejos.
-¿Se pueden cambiar temas laborales vía convenios y por actividad?
-En el acuerdo económico y social puede haber pactos más horizontales. Pero hay que salir de las soluciones mágicas. Hay algunos que dicen que cortando el gasto previsional a la mitad y eliminando el costo del despido la Argentina despega. Es todo lo contrario. Necesitamos una reforma que permita cambiar su matriz productiva.
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