La explicación de Javier Milei sobre por qué no avanzó con su principal promesa de campaña
El presidente criticó a “la oposición” y “los políticos” que “en su deshonestidad intelectual, hubieran iniciado algún tipo de juicio político”; sus curiosas explicaciones para justificar por qué no llevó a cabo su plan de campaña
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Javier Milei culpó hoy a “la política” por no haberle permitido avanzar con su plan de “dolarizar”. “Nos hubieran mandado a la cárcel”, dijo el Presidente en una entrevista con Bloomberg, donde brindó detalles de su “estrategia para dolarizar” la economía, una de las banderas que levantó en campaña.
En esa charla, en la que también se refirió al valor de dólar, el ajuste y la evolución de la inflación, habló de una estrategia que, en rigor, había sido diseñada por el economista Emilio Ocampo, a quien había elegido inicialmente para liderar el Banco Central. “Emilio Ocampo va a ser el presidente del Banco Central. Lo va a cerrar, tiene la misión de cerrarlo”, dijo en septiembre del año pasado, aunque luego desistió del plan y designó en el cargo a Santiago Bausili.
Según Milei, el Banco Central es “el máximo acreedor del Tesoro”. En ese sentido, su “estrategia” consistía en “tomar los activos del Banco Central contra el Gobierno” para luego a “esos títulos pasarlos al mercado y de esa situación hacernos de dólares vendiendo esos títulos”.
Es, en síntesis, el esquema que le había diagramado y presentado Ocampo durante la campaña, e incluía crear un fideicomiso al cual transferirle bonos y letras en poder del BCRA y otros activos como los administrados por el FGS de la Anses, que eventualmente podrían ser cotizados a su valor nominal y luego cambiados por dólares para reemplazar los pesos circulando en la Argentina.
Ese mecanismo fue cuestionado por economistas, tanto por su impacto directo sobre la economía y el necesario salto cambiario que suponía como por su compleja implementación técnica. También recibió cuestionamientos jurídicos y legales por parte del presidente de la Corte Suprema, que calificó la idea de eliminar el peso como “inconstitucional”.
“No se puede [dolarizar]. El artículo 75, inciso 19 de la Constitución. Defensa del valor de la moneda. Hay un mensaje que está en nuestra norma fundamental”, dijo Horaio Rosatti, presidente del máximo tribunal, en mayo del año pasado. “¿Cuál es la moneda de un país? La que emite: puede ser peso o patacón o lo que sea. Si una dolarización elimina la moneda argentina es inconstitucional. Si abandono una moneda y me voy enteramente a la otra es un camino que, para mí, es inconstitucional”, amplió.
En campaña, Ocampo y Milei afirmaban que contaban con el apoyo de fondos y capitales del exterior que estaban dispuestos a desembolsar US$30.000 millones, la cifra que estimaban alcanzaba para implementar la dolarización. Pero finalmente, esa operación nunca se concretó, y desde el entorno del entonces candidato nunca compartieron precisiones o detalles de cómo se iba a conseguir ese dinero.
Tras su victoria en la segunda vuelta, y ante un amplio rechazo de académicos, economistas y políticos de diferentes espacios, Milei se desligó del plan, bajó el nombre de Ocampo y eligió a Bausili, quien se desempeñaba como socio de Luis Caputo, designado ministro de Economía, en la consultora financiera Anker.
“Mientras esté yo, (el Banco Central) no se cierra”, dijo el economista, un día antes de asumir formalmente en su puesto.
Ahora, Milei retomó su estrategia habitual de confrontar a sus adversarios y apuntó contra la oposición y sus colegas por el plan que no se implementó. “La estrategia hubiera funcionado a la perfección. Esos títulos (por los bonos de deuda argentinos) estaban a US$18 y hoy estaban a US$54, con lo cual hubiera sido una muy buena gestión, pero dada la construcción del sistema político argentino” no se hizo, dijo Milei, quien enfatizó en “lo intelectualmente deshonestos que son los políticos y los economistas” que criticaron su plan.
“Es probable que si hubiéramos hecho esa operación, a precios de mercado, la política seguramente hubiera dicho que había una estafa, nos hubieran acusado de algún negocio turbio y nos hubieran mandado a la cárcel”, se explayó Milei, quien omitió los cuestionamientos económicos y jurídicos que se plantearon a su plan.
“No es que no era factible en términos técnicos, pero nosotros inferimos que en términos políticos la política iba a jugar sucio y efectivamente es lo que hace. A nosotros la política directamente intenta bloquearnos permanentemente, y una maniobra de esas características (por la dolarización) imagino que la oposición, en su deshonestidad intelectual, hubiera iniciado algún tipo de juicio político y hoy la historia hubiera sido distinta”, dijo el exdiputado, al agregar que por ese escenario avanzó con “un ajuste fiscal sin precedentes en la historia de la humanidad”.
A su vez, Milei negó que su plan hubiera sido “dolarizar”, un concepto sobre el que se reiteró en la campaña. Fue una de las banderas en su actos y reuniones en diferentes puntos del país, donde incluso solía repartir billetes con diseño del dólar y su cara en el centro. “Nunca hablamos de dolarizar, sino de competencia de monedas”, dice ahora el Presidente sobre un plan que fue cuestionado por economistas.
“Para que la dolarización funcione, hay que hacer otras cosas antes, y en ese momento no tendría sentido. Hay que construir una moneda y eso se hace con disciplina fiscal”, dijo a LA NACION la economista María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos.
Por su parte, Sebastián Menescaldi, director asociado de Eco Go, afirmó que los planes de “dolarizar” de Milei en campaña eran “propaganda política”. “Ahora pasó a competencia de monedas, y la verdad es que si quiere progresar en el plan, la única forma es comprar dólares con pesos. La otra forma es que obtengas ingresos en dólares de inversiones, que va a tardar mucho, o endeudarse, y hoy no tiene la capacidad. La única forma es comprar dólares con pesos, entonces hoy por hoy no funciona, que fue lo que dijimos cuando lo planteó. Después, para que funcione habría que hacer un conjunto de cosas, y en ese momento ya estaría arreglada la economía”, completó el analista.
El “robo” del Banco Central
Milei también insistió en su plan de “cerrar” el Banco Central. Con una argumentación idéntica a la campaña, insistió en que “la discusión sobre el BCRA es una cuestión de índole moral”, porque “robar está mal” y eso es lo que hace el ente monetario.
El Presidente insistió en que “lo que hace el BCRA cuando imprime dinero es una estafa”. “Por lo tanto, persiste el objetivo de largo plazo de cerrarlo”, dijo el exdiputado, sin advertir que una eventual dolarización no eliminará este entuerto: en vez del ser el BCRA el que imprime los billetes, esa facultad quedaría en poder de la Reserva Federal estadounidense.
Más allá del fuerte ajuste fiscal impulsado por el Gobierno, también se aplicó un cambio en el plan monetario que implicó, entre otras cosas, el fin de la emisión monetaria para asistir al Tesoro, que a su vez mostró superávit financiero en los dos primeros meses del año.
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