“Inexorable extinción”: las casas de cambio le pidieron al Gobierno que se eliminen restricciones cambiarias
La Cámara Argentina de Casas y Agencias de Cambio le envió una carta a las autoridades del Banco Central y al Ministerio de Economía para alertar sobre la situación que atraviesa el sector
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La salida del cepo cambiario todavía no tiene una fecha en el calendario, una situación que las casas y agencias de cambio reguladas por el Banco Central (BCRA) consideran que las condena “a su inexorable extinción”. Sin ahorristas a quienes venderles dólares, ni compradores que quieran deshacerse de los billetes extranjeros en el mercado oficial, desde el sector le enviaron una carta a las autoridades del Gobierno para pedirles que se avance hacia una desregulación del sistema cambiario que les permita llevar adelante su actividad.
Desde la vuelta de las restricciones cambiarias, a finales de 2019, el negocio entró en una crisis histórica y muchos comercios tuvieron que cerrar sus puertas. De acuerdo con información del Central, actualmente quedan en pie 68 agencias de cambio (nueve de ellas tienen la autorización suspendida) y 11 casas de cambio en toda la Argentina, número muy lejano a las 245 entidades que operaban antes de que asumiera Alberto Fernández.
“La maraña de regulaciones sobre la actividad ha crecido hasta el punto de sofocarla y afectar seriamente su sostenibilidad, en lo que constituye un caso de retroceso de la libertad de comercio sin justificación legal ni económica”, apuntó una carta que le envió la Cámara Argentina de Casas y Agencias de Cambio (Cadecac) al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y al ministro de Economía, Luis Caputo.
En diciembre, las autoridades de la entidad se reunieron con las figuras del nuevo Gobierno. Pero, a siete meses de dicho encuentro, insistieron en que todavía no tuvieron una respuesta concreta.
Uno de los grandes reclamos del sector es que en la actualidad se mantiene vigente la obligación de que los operadores de cambios cumplan con un umbral mínimo de 120 operaciones por trimestre, cuando el marco normativo y reglamentario “gira alrededor de restringir las mismas”. Se trata de una norma creada por la gestión anterior, que llevó a la revocación de licencia de los negocios que no lograron cumplir con ese piso indispensable de transacciones.
“Se presenta, por tanto, el incongruente panorama de una autoridad que restringe al máximo la posibilidad de operar de las Casas y Agencias de Cambio, pero mantiene la obligación de alcanzar niveles mínimos de operación, con el particular agravante de que se han dispuesto medidas de cancelación de autorizaciones para operar en cambios a entidades que no han podido alcanzar esos niveles de operación”, insistieron.
En esta ocasión, desde la Cadecac apuntaron a la Justicia. En la carta, expresaron que el conjunto de las restricciones regulatorias que afecta a la actividad llegó “al punto de poner en riesgo los derechos constitucionales de propiedad, de trabajar y de ejercer una industria lícita”, que se reconoce en el artículo 14 de la Constitución Nacional. Y enumeraron la decena de trabas.
Al día de hoy, únicamente pueden vender un cupo US$200 mensuales para atesoramiento, viajes o ayuda familiar, aunque pocos argentinos tienen permitida su compra. Tampoco conviene: al sumarle al tipo de cambio oficial, a $934,50, un 30% de impuesto PAIS y un 30% a cuenta de Ganancias, la cotización asciende a $1495,20, el valor más alto del mercado de cambios.
“No se puede competir en iguales condiciones frente a los precios ofrecidos por las firmas que operan en el marco de la CNV [Comisión Nacional de Valores] en los denominados dólares financieros ni con el cambio ofrecido por operadores ilegales”, apuntaron. Este viernes, el blue se vende en la informalidad a $1420 (es decir, $75 menos que las casas de cambio). El MEP, que es legal y no tiene el cupo de US$200, cotiza a $1395 (es $100 más barato).
Hay más restricciones que se crearon durante el Gobierno anterior, pero que hoy siguen vigentes. Por ejemplo, si una persona operó en el mercado de cambios, no puede comprar dólares financieros por un plazo de 90 días. Asimismo, las agencias de cambio tienen imposibilitado hacer uso de su posición en moneda extranjera para afrontar erogaciones “esenciales” como el pago de sueldos a empleados. Y apuntaron que tampoco hay quienes quieran vender sus dólares en la plaza oficial (a $934), puesto que el precio no es competitivo con el dólar informal o el MEP.
“Con la idea de amortiguar tan nefasto escenario operativo, y con el objetivo de dar sustento genuino a las Casas y Agencias de Cambio, se solicitó, -enmarcado además en un camino a la mayor libertad comercial y libertad general-, eliminar las prohibiciones o limitaciones imperantes -debido a la normativa vigente emitida por ese BCRA-, respecto al posible desarrollo de actividades complementarias por las referidas entidades”, pidieron.
Por último, desde la Cámara Argentina de Casas y Agencias de Cambio recriminaron que atraviesan “un particular sacrificio al fulminar su actividad” y amenaza el cierre de nuevos negocios, “en pos de determinados objetivos de política económica”. Y aunque agregaron que “comprenden” la agenda, prioridades y objetivos del BCRA, alertaron que la situación convierten a la actividad “inviable en el corto plazo”.
“En definitiva, el panorama descrito revela una actividad reglamentaria del Estado, y en particular del BCRA que, sin prohibir la actividad en forma expresa, la condena a su inexorable extinción”, alertó la Cadecac.
La salida del cepo cambiario está en la agenda del Gobierno. Se trató de una de las grandes promesas de campaña, aunque en reiteradas ocasiones las autoridades agregaron que primero se deberá sanear el balance del Banco Central. Es más, el viernes pasado Caputo adelantó que el fin de las restricciones serán parte de la “tercera etapa” del plan de estabilización que tiene el oficialismo, que llegaría en forma de capas. Mientras tanto, esta semana empezó la “segunda fase”, con la migración de la deuda del BCRA al Tesoro.
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