El peso argentino sufre por reducción de la reservas internacionales
Las reservas de la Argentina están empezando a bajar después de su segunda cesación de pagos en casi 13 años, lo que aumenta la presión sobre el peso y una economía que se cree está en recesión
BUENOS AIRES-. Las reservas internacionales de Argentina están empezando a bajar después de su segunda cesación de pagos en casi 13 años, lo que aumenta la presión sobre el peso y una economía que se cree está en recesión.
La cesación de pagos ha golpeado a un país ya afectado por la estanflación, una combinación tóxica de crecimiento económico débil e inflación alta. La reservas argentinas están disminuyendo debido a la fuga de capitales, pagos de deuda y la intervención en el mercado de divisas, lo que ha generado temores de que el país se quedará a la larga sin el efectivo que necesita para pagar a sus acreedores y comprar importaciones, una situación que podría paralizar la economía.
En el mercado oficial, el peso ha pasado de 8,20 por dólar antes del default del 30 de julio a 8,404 al cierre del miércoles, su mayor descenso desde una devaluación a principio de año. El declive se produjo pese a que las reservas de divisas y oro del Banco Central se redujeron en US$353 millones en la última semana, a un mínimo de dos meses de US$28.600 millones.
La depreciación del peso en el mercado paralelo no regulado ha sido más pronunciada, de 12,30 por dólar a fines de julio a 14,40 el miércoles, según sitios web locales. La creciente brecha entre la tasa oficial y la del mercado negro normalmente es una indicación de que los argentinos prevén una mayor devaluación del tipo de cambio oficial.
Los argentinos bromean con que el peso ha pasado del "dólar Messi" al "dólar Mascherano", en referencia a los números de las camisetas de los futbolistas Lionel Messi y Javier Mascherano, 10 y 14, respectivamente.
La situación, que ha puesto bajo presión a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al oficialismo, pone de manifiesto las decisiones políticas cada vez más difíciles que afronta su gobierno antes de las elecciones presidenciales del próximo año. La Constitución le prohíbe postularse para un otro período.
El jefe de gabinete de Kirchner, Jorge Capitanich , atribuyó la reciente caída de las reservas a pagos de deuda, incluyendo US$642 millones al Club de París , un grupo de países acreedores, así como a un descenso de los precios de la soya y el oro, y las importaciones de combustible.
No obstante, los analistas dicen que al menos parte de la disminución de las reservas se debe a la venta de dólares por parte del Banco Central para intentar apuntalar el peso. La entidad ha indicado que vendió dólares en tres de las últimas cinco jornadas.
La mayoría de los analistas proyecta que la presión sobre las reservas aumentará a medida que avanza el año debido a los pagos de deuda y los menguantes ingresos de dólares de la temporada de exportaciones de soya, que usualmente alcanzan su máximo durante el segundo y tercer trimestres. El banco de inversión Jefferies LLC considera que las reservas de Argentina terminarán el año en entre US$22.000 millones y US$25.000 millones, en tanto que el banco francés BNP Paribas hace poco redujo su previsión de US$23.600 millones a US$21.600 millones.
El Banco Central también aumentó la incertidumbre al rebajar una de sus tasas de interés de referencia en un punto porcentual a 26% -muy por debajo de la tasa de inflación estimada de 40%- apenas dos semanas después del default . La medida intensificó la presión bajista sobre el peso al sugerir a los argentinos que el gobierno estaba más interesado en impulsar la economía que en controlar la inflación o su moneda.
El martes, el banco revirtió su curso y volvió a elevar la tasa a 27%. En su intento por proteger las reservas internacionales, la entidad también limitó la cantidad de dólares que provee a los importadores, según fuentes al tanto. El banco no pudo ser contactado de inmediato para que hiciera comentarios.
"Verá más controles (...) sobre las importaciones y flujos (de capital) para mantener las reservas. Eso obviamente tiene un impacto sobre el crecimiento. En esencia, lo que ve es un gobierno que está dispuesto a cambiar crecimiento por reservas", dice Sebastián Vargas, economista de Barclays Capital.
En el último mes, más argentinos han intentado cambiar sus pesos por dólares, sacando provecho de normas que permiten a los contribuyentes comprar cantidades limitadas de la moneda estadounidense. Esas compras ascienden a US$239 millones en lo que va del mes, por encima de los US$205 millones de todo julio.
"El Banco Central necesita hallar una combinación de un tipo de cambio [oficial] más débil y tasas internas más altas para quitarle presión a la demanda de dólares", dice Alejo Costa, jefe de estrategia en renta fija de la firma de corretaje e inversión Puente, en Buenos Aires.
Las tasas de interés de referencia tendrían que estar al menos tres puntos porcentuales por debajo de la inflación para darles a los ahorradores suficiente incentivo para mantener su dinero en pesos en lugar de en dólares, afirma Costa.
Hasta el default -que se produjo debido a una batalla judicial entre el gobierno argentino y acreedores que no aceptaron canjes de deuda después de la cesación de pagos de 2001— los inversionistas eran optimistas sobre la perspectiva de que Argentina resolviera sus disputas con los acreedores para conseguir en los mercados de crédito internacionales el dinero que necesita para estabilizar la economía. El Producto Interno Bruto de Argentina se contrajo ligeramente en el primer trimestre frente a un año antes, según cifras del gobierno. Los economistas prevén que la economía se contraiga en alrededor de 1% en todo 2014.
Hace unos meses, Argentina acordó pagar US$9.700 millones al Club de París y le dio cerca de US$5.000 millones en bonos a la petrolera española Repsol SA como compensación por la expropiación de su filial YPF . Muchos creían que el gobierno de Kirchner no tardaría en hacer lo mismo con un pequeño grupo de fondos de cobertura que habían demandado a Argentina en los tribunales de Estados Unidos para cobrar una deuda que data de 2001.
Sin embargo, Argentina entró en cesación de pagos sobre US$539 millones en intereses que vencieron el 30 de julio, cuando el juez a cargo de la disputa bloqueó la distribución de ese dinero a tenedores de bonos reestructurados después de que el gobierno se negó a pagar US$1.600 millones a los fondos de cobertura que no aceptaron los canjes.
Argentina ahora enfrenta reclamos adicionales sobre sus menguantes reservas de dólares por parte del Club de París y Repsol, pero aún no puede pedir prestado en el exterior para aumentar sus reservas debido al default.
"Los desequilibrios macroeconómicos/default probablemente frenarán la inversión directa extranjera, restringirán nuevas emisiones (de deuda) y alentarán la fuga de capitales", escribió en una nota a clientes Siobhan Morden, estratega de renta fija de Jefferies.
La pregunta ahora es cómo Argentina eludirá una crisis de su balanza de pagos antes de que Kirchner termine su mandato en diciembre de 2015, dice Morden.
(The Wall Street Journal Americas)
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