El karma de Massa: llega a la elección con el dólar de Guzmán
El contado con liquidación, que llegó a $1100 ayer, presenta también valores históricamente altos en términos reales
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Cuando Sergio Massa asumió como ministro de Economía, a comienzos de agosto del año pasado, el dólar contado con liquidación (CCL) intentaba dejar atrás los “valores de pánico”. Tras la renuncia de Martín Guzmán, había llegado a tocar un máximo de $333, cotización históricamente alta tanto en términos nominales como reales (descontada la inflación). Sin embargo, un año y dos meses después, el ministro-candidato enfrentará las urnas con un dólar que se encuentra en una situación incluso peor.
Ayer, en la última rueda de cara a las elecciones presidenciales, el contado con liqui “libre” se negoció a $1110,59 en el mercado de capitales. Significó un salto de $154 frente al cierre anterior (16,1%) y marcó la cotización nominal más alta que se tenga registro.
En términos reales, también se encontró en máximos. Al ajustar por inflación, los $333 por dólar que dejó su antecesor tras pegar un portazo en el Palacio de Hacienda, equivaldrían a $952 de hoy, según Portfolio Personal de Inversiones (PPI). Incluso dejó atrás los $195 de octubre de 2020, que serían unos $1054 actuales.
Si se amplía el espacio de tiempo un poco más, otros “valores de pánico” que atravesó la Argentina fueron durante la Guerra de Malvinas, cuando el dólar paralelo tocó los $1495, de acuerdo con un análisis de Fernando Marull, economista de FMyA. Más arriba se encuentran la híper del 1989 ($2410) y el Rodrigazo de 1975 ($3018).
“Tanto el CCL como la brecha [alcanzó el 217%] van a la elección del domingo en niveles críticos. Lo que sucederá a partir del lunes dependerá del resultado político, habiendo caminos muy divergentes dependiendo quién sea el ganador o cuáles sean las fuerzas políticas que pasen al eventual ballottage”, advirtió PPI.
Los valores actuales se dieron pese a los distintos controles e incentivos que aplicó el Gobierno en las últimas semanas. Por un lado, se estableció el Programa de Incremento Exportador (PIE) para media docena de sectores, para que los exportadores vendan un 25% de las liquidaciones al tipo de cambio CCL. La iniciativa buscó sumar oferta a la plaza y, así, intentar hacer caer el precio.
Pero, por el otro, también se establecieron múltiples restricciones y la Comisión Nacional de Valores (CNV) endureció el cepo cambiario. Estrategia que se complementó con intervenciones del Banco Central (BCRA) a través del mercado de bonos y allanamientos y llamados a algunas sociedades de bolsa.
“Las elecciones presidenciales del domingo tienen todavía un final abierto. En la previa reina un nivel de incertidumbre que no se veía desde hace mucho tiempo. Quedó plasmado en el desprendimiento de pesos y en la toma de cobertura de las últimas semanas. Estos días solo se adormecieron a fuerza de mayores controles, intervenciones y regulaciones del Gobierno, pero podrían no haber terminado. Dependerá de cómo resulte la transición hasta el balotaje y, luego, hasta el cambio de gobierno”, advirtieron desde la consultora económica LCG.
Dólar ficción
Las operaciones de dólar blue estuvieron prácticamente paralizadas los últimos dos días de la semana. Desde ayer al mediodía, las principales cuevas de la City porteña dejaron de reportarle al monitor de Reuters, y la cotización quedó congelada en los $900. Un valor que solo los grandes compradores, que desembolsan más de US$50.000 por operación, pudieron acceder. En las calles, los precios que consiguieron los ahorristas minoristas fueron mucho más elevados, si bien se registraron pocas operaciones.
Así, en las contadas casas de cambio informales que permanecieron abiertas al público, el tipo de cambio paralelo fue muy dispar. Hubo lugares donde se encontró a $960, en otras promedió los $1100, pero en algunas cuevas alcanzó los $1250. Dejó de haber un precio de referencia y cada vendedor puso su propia cotización, en tanto continuaron los allanamientos del Gobierno.
Incluso, muchas financieras permanecieron sin operaciones, a la espera de los resultados electorales. “Fin de semana cerrado: viernes, sábado y domingo”, aclararon. Otras tantas, solo compraron los billetes verdes, con brechas entre punta y punta que superaron los $100. Una distorsión pocas veces vista.
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