El dólar fuerte realínea ganadoresy perdedores en el comercio global
El dólar no deja de subir y eso está llevando a las empresas estadounidenses y europeas a reconfigurar sus estrategias.
Los exportadores estadounidenses se preparan para tiempos difíciles. Sus productos se han encarecido bruscamente en muchos mercados y las ganancias que obtienen en el exterior disminuyen cuando son convertidas en dólares.
En el caso de los exportadores europeos, en cambio, el alza del dólar genera oportunidades. La divisa estadounidense se ha apreciado 4,3% desde la elección presidencial del 8 de noviembre y alcanzó recientemente su mayor nivel de los últimos 14 años.
Los movimientos en los mercados de divisas suelen ser veleidosos, por lo que tratar de contrarrestarlos presenta riesgos. En esta ocasión, no obstante, los fundamentos parecen inclinarse decididamente en favor del continuo fortalecimiento de la moneda estadounidense.
“Nos dirigimos hacia la paridad, la pregunta es cuándo llegará”, dice en referencia a la relación dólar-euro Bob Kunze-Concewitz, presidente ejecutivo del fabricante de bebidas italiano Davide Campari-Milano SpA.
El euro se transaba recientemente en US$1,0718. La libra esterlina, mientras tanto, ha caído pronunciadamente frente al dólar tras la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea, un proceso conocido como brexit.
En general, un alza de 10% en el valor del dólar eleva en 3% la ganancia operativa de Campari. En una entrevista, Kunze-Concewitz reconoció que la empresa está en busca de adquisiciones que podrían aumentar esa exposición.
Campari adquirió hace algunos meses Grand Marnier, un fabricante francés de licor de naranja que genera más de la mitad de sus ventas en el mercado estadounidense.
La mayoría de los economistas prevé que la Reserva Federal de Estados Unidos suba las tasas de interés de corto plazo a mediados de diciembre y sume dos nuevas alzas el próximo año. La Fed podría acelerar el alza de los intereses si las promesas de estímulo fiscal del presidente electo, Donald Trump, desatan presiones inflacionarias. Los aumentos de tasas tienden a apuntalar el valor de una moneda al aumentar el atractivo de invertir en activos denominados en ella.
Otra razón que favorece al dólar es que el futuro gobierno republicano contempla incentivos tributarios destinados a estimular la repatriación de ganancias por parte de las empresas estadounidenses. Si las compañías reinvierten una parte importante de esos dólares, la economía de EE.UU. podría recibir una inyección de adrenalina, lo que aumentaría la presión para elevar las tasas de interés.
Eso, sin embargo, se está volviendo un gran dolor de cabeza para las empresas estadounidenses con una alta exposición internacional. Cerca de 60% de las ventas de las empresas de tecnología que forman parte del índice S&P 500 proviene del exterior, según la firma de datos FactSet. En el caso de las compañías de materiales básicos, la cifra asciende a cerca de la mitad y en el de las energéticas e industriales a más de un tercio.
Para algunas empresas, la exposición es mucho más alta. Molson Coors Brewing Co., Qualcomm Inc., Texas Instruments Inc., Priceline Group Inc., Intel Corp. y Yum Brands Inc. indicaron que tres cuartas partes de su facturación o más provienen de fuera de EE.UU., según FactSet.
De todos modos, la exposición internacional de las compañías estadounidenses es matizada. Las petroleras, los fabricantes de aviones y los fabricantes de maquinaria pesada, por ejemplo, habitualmente venden sus productos en dólares en el resto del mundo.
No obstante, numerosas empresas estadounidenses han recibido golpes significativos y evalúan formas de mitigar el daño. El fabricante de productos de consumo masivo Procter & Gamble Co. informó que las fluctuaciones cambiarias redujeron en siete puntos porcentuales una medida de sus ganancias ajustadas del trimestre terminado el 30 de septiembre. Cisco Systems Inc. advirtió en noviembre que los movimientos de divisas habían llevado a algunos clientes fuera de EE.UU. a detener sus gastos de capital hasta obtener una mayor claridad sobre el tipo de cambio.
Los ejecutivos de Procter & Gamble advirtieron el mes pasado que no hay una solución fácil para contrarrestar la persistente alza del dólar y que estrategias como la reducción de costos y cambios de precios de productos y de líneas de artículos demoran tiempo.
“No son aspectos que probablemente podamos atacar en el trimestre”, dice Jon Moeller, director financiero de P&G. “No contemplamos reducir inversiones como una manera de abordar estos acontecimientos, de modo que tendremos que ver cómo evoluciona la situación” durante el año.
Hewlett-Packard Enterprise Co. indicó que la caída del euro de US$1,10 a US$1,06 en noviembre mermó sus resultados, aunque la empresa tiene coberturas y ha redoblado sus esfuerzos para mantener a raya los costos.
“Tomando en cuenta nuestra presencia global, hay algo de presión sobre las operaciones”, reconoció el director financiero, Tim Stonesifer, ante un grupo de inversionistas el mes pasado. “Seguimos muy de cerca las monedas. Al mismo tiempo, también estamos implementando acciones operativas para ayudar a mitigar cualquier presión”.
La fortaleza del dólar ha afectado con particular dureza al euro. El Banco Central Europeo aún está muy lejos de considerar un aumento de tasas. De hecho, se espera que en los próximos días haga lo opuesto y extienda el programa de compra de bonos orientado a mantener bajas las tasas.
Esto ha sido una gran noticia para los exportadores de la región a EE.UU., como la automotriz Fiat Chrysler Automobiles NV, que genera dos tercios de sus ventas en ese país, pero mantiene su contabilidad en euros.
“Esperemos que dure la mayor cantidad de tiempo posible”, dijo recientemente su presidente ejecutivo, Sergio Marchionne.
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