El dólar físico ya fue
A nivel global el dólar viene devaluándose en el mundo desde el comienzo de la pandemia,pero en la Argentina la demanda por la divisa norteamericana es constante, al punto que el Gobierno decidió endurecer el cepo impuesto desde 2019 para que el Banco Central deje de perder reservas o, al menos, pierda menos que antes.
Lo cierto es que son pocos los países donde la población se aferra al uso de efectivo, más en tiempos donde el dinero electrónico promovido por bancos y fintech exhibe ventajas claras frente al dinero físico, pero en nuestro país la seguridad manda y muchas personas aún mantienen fresco el recuerdo del corralito de 2001, especulando con que la historia tarde o temprano se repetirá. Para esta gente, las cajas fuertes y las cajas de seguridad parecen ser los únicos refugios válidos, más allá de los costos de mantenimiento o los riesgos que conlleven.
¿Cuáles son las razones para que en la Argentina vayamos a contramano de las tendencias mundiales en lo que refiere al dinero? Mi opinión es que, más allá de la historia económicamente traumática que caracteriza al país, la falta de información y la desinformación juegan un papel fundamental.
Sobre este último punto hablaremos hoy. Presentaremos tres tipos distintos de "dólar sintético": el dólar nube, el criptodólar y dólar Amazon.
El sentido de la operatoria de "dólar sintético"
Cuando un argentino compra 100 dólares con sus ahorros, lo hace -en general- porque quiere cubrirse de las recurrentes devaluaciones del peso. Si miramos apenas 5 años hacia atrás, veremos cómo la divisa saltó de los 14 pesos de fines de 2015 a los más de 82 pesos actuales (sin contar el impuesto solidario y la retención por ganancias) o los 150 pesos del paralelo.
Los números constituyen un argumento muy fuerte a favor de los ahorristas obsesionados con el billete verde, pero esconden realidades que no pueden pasarse por alto: el comprador debe estar atento a las estafas con dólares falsos; los robos en la calle o el hogar; e incluso a que no le vendan billetes con "cabeza chiquita".
Gracias a las fintech y las nuevas tecnologías, hoy el inversor puede comprar de manera totalmente legal y sin restricciones los denominados dólares sintéticos, que estarán depositados y custodiados en cuentas bancarias de Estados Unidos. A cambio, recibirá un comprobante digital que lo identifica como tenedor de esos dólares. El comprobante digital, emitido por empresas estadunidenses bajo normas y controles estrictas de ese país, cotiza en la Argentina a un tipo de cambio muy cercano al paralelo y con gran liquidez, por lo que el ahorrista queda a salvo de eventuales devaluaciones.
Las ventajas no terminan ahí: los dólares sintéticos pueden ser invertidos a tasas muy interesantes para generar ingresos pasivos en moneda dura.
Analicemos las opciones más atractivas:
1) Dólar nube
En columnas anteriores, hablamos sobre este nuevo instrumento. El mecanismo es sencillo: se abre una cuenta en alguna de las plataformas multidivisas estadounidenses que lo ofrecen en nuestro país (Airtm y otras) y se envían los pesos desde nuestra cuenta bancaria. De manera automática, los pesos transferidos se convertirán en "dólar nube" y veremos el saldo en nuestra cuenta en ambas monedas: si giramos 16.400 pesos, tendremos 100 dólares nube disponibles (al momento de escribir esta nota).
El monto en dólares nube quedará fijo y el valor en pesos fluctuará al compás del movimiento del dólar paralelo.
Cuando queramos retirar el dinero, la opción más simple es solicitar la transferencia y nos llegarán los pesos a nuestra cuenta bancaria. Las plataformas multidivisas nos ofrecerán también retirar dólares en cuentas bancarias del exterior, criptomonedas, transferencias a PayPal y más.
2) Criptodólar
Al escuchar hablar de criptomonedas es común que una persona piense automáticamente en el Bitcoin y su volatilidad (fuerte variación en el precio), pero lo cierto es que en los últimos años han surgido criptomonedas mucho menos volátiles: los stablecoins (actualmente operan más de 36.000 millones de dólares a nivel global todos los días).
USDC es un stablecoin que se presenta como uno de los más seguros. Se encuentra respaldado por la empresa Circle y el exchange norteamericano Coinbase. Su funcionamiento es muy sencillo: por cada USDC que compremos existirá un dólar inmovilizado en una cuenta bancaria de Estados Unidos, lo que significa que su variación estará atada a la del billete verde en el mundo.
Para poder acceder a los USDC se debe abrir una cuenta en un exchange local o internacional y luego realizar la compra en pesos.
¿Cómo podemos comprar en pesos si el exchange es internacional? A través de Binance y las finanzas P2P, que nos permiten adquirir USDC de un particular que reciba nuestros pesos en su cuenta y, a cambio, nos transfiera los stablecoins. A no asustarse: se trata de una operatoria auditada y garantizada por el mismo exchange,con lo cual no hay riesgo de que nos estafen.
Los stablecoins pueden ser invertidos en el mismo exchange a tasas del 7% anual, generando ingresos pasivos en dólares que serían imposibles de obtener en nuestro país, salvo que optemos por el riesgo de comprar los nuevos bonos en dólares o deuda corporativa a través de una Sociedad de Bolsa o de un banco.
3) Dólar Amazon
El dólar Amazon es una opción que eligen muchos para dolarizarseal comprar tarjetas de regalo de la empresa Amazon emitidas en dólares para luego cambiarlas en plataformas multidivisas (Paxful, Airtm y otras) por moneda extranjera. Esta operatoria resulta un tanto más compleja que las anteriores, pero tiene la ventaja de que las tarjetas Amazon pueden incluso comprarse en su competidor Mercado Libre a usuarios de esta plataforma que las venden en cuotas fijas en pesos sin interés, con lo cual se le agrega un ingrediente financiero que puede aumentar la rentabilidad total.
Conclusión
El dólar físico ya fue. Aferrarse a él implica tanto riesgos de estafas y robos como la pérdida de jugosos retornos a través de intereses en moneda dura. ¿Prohibirá el Gobierno este tipo de operaciones? En principio no tiene incentivos para hacerlo, puesto que -quien compra estos sintéticos de dólar- no está demandando reservas del Banco Central, sino que respalda sus operaciones con dólares que ya se encuentran fuera del país.
Quedarse en la queja constante por el cepo o caer en las falsas alternativas dolarizadoras es sin duda la alternativa más sencilla, pero la menos fructífera.
Mi opinión es que el mercado de los dólares sintéticos llegó para quedarse. No preocupa a los políticos de turno y sirve para resguardar los ahorros. Como siempre, la tecnología juega a favor si sabemos aprovecharla.
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