El dólar en el mundo, ¿un puerto menos seguro?
La divisa perdió valor este año frente a otras monedas; los planes y las declaraciones de Trump hacen reaccionar a los inversores
LONDRES - Es lo más cercano a una certeza en la economía global. Cuando hay problemas y crece la ansiedad, la gente que maneja dinero tradicionalmente se lo confía a un refugio aparentemente indomable: el dólar estadounidense.
Pero en las horas posteriores a la amenaza del presidente Donald Trump de descargar "fuego y furia" contra Corea del Norte si seguía amenazando a EE.UU. los inversores globales vendieron dólares. Igual dinámica se había dado en junio, cuando Arabia Saudita y otras naciones árabes impusieron un embargo a Qatar, creando una crisis complicada en el golfo Pérsico rico en petróleo. Y el dólar bajó en julio después que el presidente de Rusia, Vladimir V. Putin, expulsó a 755 diplomáticos, aumentando la tensión entre las dos potencias.
Desde inicios del año, el dólar ha retrocedido casi 8% frente a una importante canasta de divisas.
El dólar sigue siendo el instrumento dominante para el comercio global, rol que es improbable que ceda pronto. Pero quienes operan con divisas ven señales tentativas de que el dólar puede estar perdiendo algo de su estatus, al vérselas los mercados con acciones no ortodoxas del hombre que lidera la nación que emite la moneda.
La presidencia de Trump ha estado tan cargada de actitudes alejadas de las normas de las relaciones internacionales que la incertidumbre se ha infiltrado en los planes.
En algún sentido, el dólar se ha vuelto un medio de expresión internacional del ambiente político estadounidense. Su valor ofrece una medida del sentimiento respecto de las perspectivas de Trump de lograr sus metas económicas, y de las preocupaciones por declaraciones impulsivas.
"Marginalmente, los inversores pueden mostrarse un poco más cautos en tratar al dólar como el puerto seguro", dijo Jeremy Cook, jefe de economistas de World First, una compañía con sede en Londres que maneja transacciones de divisas. "El sentimiento hacia la viabilidad de la administración Trump no ayuda. Está el riesgo de que a las 3 de la madrugada Trump ponga algo en Twitter y eso afecte al dólar".
Antes de la asunción presidencial, muchos inversores apostaban que el plan de rebaja de impuestos, desregulación y fuerte gasto en infraestructura impulsaría el crecimiento económico. Esta formulación tuvo apoyo en la bolsa. Durante la gestión Trump las acciones estadounidenses alcanzaron nuevos picos, impulsados por el optimismo y las fuertes ganancias corporativas.
Pero ese "negocio Trump" era también una apuesta a que el dólar treparía, por una supuesta inundación de inversiones en EE.UU. para explotar nuevas oportunidades de crecimiento.
Esas expectativas se han visto abrumadas por la turbulencia de la gestión presidencial. Se han contratado y echado altos funcionarios oficiales al ritmo de un reality show televisivo. Una multitud de trascendidos intensificaron los interrogantes respecto de si el entorno de Trump entró en colusión con Rusia para influenciar las elecciones estadounidenses. Grandes tramos de la agenda se han visto trabados.
Mientras tanto, Trump crea confusión cuando lanza sus tuits. En las estimaciones de muchos economistas, la caída del dólar refleja el supuesto de que su gestión estará en dificultades para cumplir con metas claves.
"Es improbable que se concrete el serio potencial de inversiones y reforma impositiva y crecimiento económico", afirmó Ian Goldin, ex vicepresidente del Banco Mundial y ahora profesor de Globalización y Desarrollo en la Universidad de Oxford. "Hay un estado de ánimo que se amplifica cada vez que hay un desastre en la Casa Blanca o un nuevo tuit".
Las iniciativas pro crecimiento de Trump han sido dejadas de lado en el momento que la Reserva Federal elevó los tipos de interés, limitando la expansión. Al mismo tiempo, Europa ha dado señales alentadoras de vigor.
España ha visto su economía volver al tamaño de la precrisis. Francia eligió un presidente, Emmanuel Macron, que engendra esperanzas de crecimiento. Incluso Grecia, aún cargando deudas enormes, ha dado señales recientes de mejora.
Y los inversores se inclinaron por vender sus tenencias en dólares pasando las ganancias a euros. Desde enero el dólar perdió más de 11% respecto del euro.
"Los mercados de divisas persistentemente incorporan la fortaleza de Europa a sus cuentas", analizó Adam S. Posen, ex funcionario del Banco de Inglaterra y ahora presidente del Instituto para la Economía Internacional de Washington. "Están jugando a alcanzar a Estados Unidos".
Pero el dólar ha bajado incluso respecto de divisas de naciones en situaciones precarias. Desde enero perdió más del 6% comparado con la divisa japonesa, el yen. La fortaleza es quizás indicio de las recientes señales de reactivación económica en Japón.
Incluso, la libra esterlina ganó más de un 7% frente al dólar desde enero, tras haberse hundido en 2016, como una repercusión de la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea.
Comercio internacional
Para los exportadores estadounidenses, un dólar más débil hace más baratos sus productos en el mercado mundial. No es casualidad que las compañías multinacionales con sede en Estados Unidos hayan visto irse por las nubes sus ganancias.
El dólar más débil también hace más barato vacacionar en EE.UU., algo que atrae a turistas internacionales y aumenta el empleo en el sector hotelero.
Pero, dado que Estados Unidos importa más de lo que exporta, el dólar barato hace subir los precios de productos que consumen los estadounidenses, desde la ropa hasta los artículos electrónicos y maquinarias.
Un dólar más débil puede ser algo que agrade a Trump. Anteriormente reclamó un dólar más barato para facilitar a las compañías estadounidenses vender sus bienes en el extranjero. Ha lanzado diatribas contra países que tienen grandes superávits comerciales con Estados Unidos, como China y Alemania, acusándolos de beneficiarse de sus divisas subvaluadas.
Pero si un dólar más débil es parte de los programas de la administración, no parece congeniar con otros elementos de sus planes. Desde enero, el dólar cayó casi 4% respecto de la divisa china, el renminbi. Y al mismo tiempo, funcionarios de Trump han preparado una demanda que apunta a castigar a China por prácticas comerciales desleales.
Hay evidencias contradictorias respecto de si el dólar es en estos tiempos un puerto menos seguro. Aunque el valor de la divisa estadounidense ha caído, también lo ha hecho otro refugio tradicional, el franco suizo.
Lo cierto es que la reacción a la más reciente tensión en la península coreana fortaleció la noción de que el dólar está funcionando de modo diferente. El yen y el oro, ambos refugios también, subieron su valor. Y el dólar bajó.
Traducción de Gabriel Zadunaisky
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