El dólar ahorro y la particular forma de hacer puré en la Argentina
Cómo se mueve el valor del billete verde a lo largo del mes y la intervención informal que hace el Gobierno en el mercado
Si hay que vender dólares para pagar gastos, ¿cuándo conviene hacerlo? ¿El día de vencimiento de la tarjeta de crédito? No. ¿Un par de semanas antes? Sí. ¿Paradójico? ¡También! La extraña respuesta resulta de la intervención informal que hace el Gobierno en el mercado cambiario a través del dólar ahorro.
Es que, desde que se implementó el dólar ahorro, en enero de 2014, el dólar blue bajó en la primera quincena del mes, especialmente en la segunda semana, comparado con su valor a inicio de mes. O sea, si se venden dólares mensualmente para pagar gastos conviene hacerlo a inicios de mes o en la última semana del mes anterior. Con eso se ahorrará, aproximadamente, 1% del gasto. No es mucho, pero todo ayuda.
Como muestra el gráfico, desde que se instaló el cepo cambiario, y hasta enero de 2014, la devaluación del blue fue de 4% mensual promedio, ya que el dólar pasó de un valor base de $ 100, el día uno, a $ 104, en la cuarta semana del mes. En febrero de 2014 se habilitó el dólar ahorro y, desde entonces, se moderó la devaluación: durante la última semana del mes cotizó a $ 102, contra $ 100 la primera jornada. La intervención en el mercado cambiario producto del dólar ahorro, junto con otras medidas, logró reducir la tasa de devaluación mensual a la mitad, comparado con el período con cepo anterior al dólar ahorro.
Analizando con mayor detalle, parte de la baja se da porque quienes antes compraban en el blue, ahora adquieren el dólar ahorro y lo guardan; o sea, hay menos compradores del paralelo. Y parte de la baja se da porque muchos de los que se hacían del dólar ahorro, lo venden enseguida en una cueva, o sea hay más vendedores de blue. Esta práctica es tan generalizada que hasta tiene un nombre: "hacer puré", porque "se hace más líquida la papa". Ambos factores ayudaron a reducir la tasa de devaluación mensual del blue desde 2014.
La baja del blue se concentra en la segunda semana del mes por dos motivos. Por un lado, la gente compra los dólares oficiales cuando cobra su sueldo, en la primera semana, y los liquida a poco de retirarlos del banco. A su vez, durante la segunda semana del mes vence la mayor parte de las tarjetas de crédito y algunos las pagan luego de vender sus dólares en el mercado del puré.
Los bonos también
O sea, en el contexto de un dólar que siempre se encarece se agacha en la segunda semana para tomar envión y seguir subiendo el resto del mes. Como muestra el gráfico, este comportamiento se contrapone con lo que pasaba entre 2011 y 2013, cuando el dólar subía uniformemente durante las cuatro semanas del mes. Dicho sea de paso, este mismo patrón de evolución dentro del mes se da en el mercado de bonos, que es totalmente legal y usan los inversores sofisticados, a diferencia del blue, que es ilegal y usan los gauchos de a pie.
Como notaron diversos analistas, desde 2011 el Gobierno está subsidiando a las clases medias y altas para que viajen al exterior, y desde 2014 les facilita que ahorren en dólares o que obtengan el beneficio de puretear con cargo al resto de la sociedad. El gráfico muestra a las claras que este subsidio es suficientemente importante como para afectar los precios del mercado informal.
El Gobierno podría intervenir en el mercado cambiario, cuidando mejor las arcas públicas: para ello, en lugar de vender sus dólares a $ 9,21, como hace ahora con el dólar ahorro, podría venderlos a $ 13,35 en el mercado de bonos, un precio 45% mayor. Lograría la misma moderación de la devaluación, pero cuidaría más el patrimonio de todos los argentinos.
Ventajas y desventajas
Vale reconocer, sin embargo, que el dólar ahorro es políticamente muy conveniente: anestesia el blue y genera sensación de bonanza en sectores urbanos. El costo es que daña las perspectivas de mediano plazo de la economía, lo cual es poco perceptible en el corto.
La Presidenta tiene razón cuando dice que los argentinos no podemos imprimir dólares. Pero podemos producirlos a través de las exportaciones. Hay distintas formas de repartir los billetes verdes que traen los exportadores. Una alternativa es dejar que ellos los vendan al precio que puedan. De este modo tendrán incentivos para generar aún más dólares que alivien la restricción externa de la economía.
El atraso cambiario redujo el importante aliciente a producir dólares y generó los puestos de trabajo en la Argentina que hubo en la primera etapa del kirchnerismo. Naturalmente, esto no puede hacerse sin antes convencer a la sociedad de la coherencia y razonabilidad de un plan integral que sea sostenible. Otra posibilidad es dárselos a los importadores para dinamizar el nivel de actividad. Y otra es guardarlos para tener munición con la cual hacer frente a shocks externos y a cambios de humor de los volátiles mercados.
En este contexto es preocupante el cálculo que publicó Miguel Bein en este diario el 14 de abril de 2015: según él, las reservas netas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) serán casi nulas al final del mandato de Cristina Kirchner. De ser así creo que malgastarlas en el dólar ahorro es un claro dislate.
El autor es Economista de la Universidad Torcuato Di Tella
Twitter: @jjcruces
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