El avance del dólar siembra una ola deansiedad en las economías emergentes
El dólar sigue su poderosa alza, lo que ha llevado a los bancos centrales de los países en desarrollo a tomar cartas en el asunto para estabilizar sus monedas en una tendencia que amenaza con generar vientos en contra para el crecimiento en Estados Unidos.
La moneda estadounidense se acercó a la paridad con el euro luego de subir el viernes por décima jornada consecutiva, su repunte más prolongado desde la creación de la moneda única europea en 1999. La divisa verde también subió frente al yen, que cayó a su nivel más bajo contra el dólar desde el 30 de mayo.
Las ganancias son incluso mayores contra las monedas de los mercados emergentes, lo que llevó a los bancos centrales de varios países a intervenir. El peso mexicano ha descendido 11% contra el dólar y ha tocado niveles mínimos desde las elecciones presidenciales en EE.UU., mientras que el real brasileño ha caído 6,3%.
El fortalecimiento del dólar abarata los bienes de otros países y los viajes para los estadounidenses y podrían otorgar un impulso a las exportaciones de Japón y Europa. Pero también ha reanudado temores de que la apreciación desacelere las ganancias de las compañías estadounidenses e intensifique la fuga de capitales del mundo en desarrollo, lo cual podría complicar las perspectivas de crecimiento económico.
“El dólar fuerte está desestabilizando los mercados, para activos extranjeros, para países de mercados emergentes que pagan su deuda en dólares”, dijo Jonathan Lewis, jefe de inversión de Fiera Capital Inc. El alza del dólar ha sido impulsada por apuestas a que el gasto fiscal y el recorte de impuestos propuesto por el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, estimularán el crecimiento económico y, al mismo tiempo, elevarán las probabilidades de que la Reserva Federal suba las tasas de interés en diciembre. La presidenta del banco central, Janet Yellen, dijo el jueves que la entidad podría actuar “relativamente pronto”.
El índice ICE US Dollar, que sigue la evolución de la divisa contra otras seis monedas, alcanzó el viernes su mayor nivel en más de 13 años. Desde las elecciones del 8 de noviembre acumula un alza de 3,4%, un lapso en que ha revertido sus pérdidas frente al euro, el yen y el franco suizo. La semana pasada el dólar avanzó 2,5% frente al euro y 4% ante el yen.
La velocidad del repunte ha motivado la reacción de las autoridades monetarias. El banco central de Indonesia intervino varias veces la semana pasada vendiendo dólares y comprando bonos del gobierno con el fin de frenar la depreciación de la rupia. China redujo el valor del yuan frente al dólar durante varios días, pero usó a los bancos estatales para prevenir una depreciación excesiva, dijeron operadores del mercado.
El Banco de México elevó el jueves las tasas de interés de corto plazo, en momentos en que el país lucha contra una caída del peso y la incertidumbre sobre el futuro de la relación con EE.UU., su principal socio comercial. Trump ha prometido renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés).
A pesar de las medidas, economistas dijeron que el poder de los bancos centrales para frenar los movimientos de los mercados es limitado. “Hay poco que los bancos centrales puedan hacer individualmente para detener el descenso de sus monedas mientras el dinero va hacia el dólar estadounidense”, dijo Greg McKenna, estratega jefe de mercado de la corredora de divisas AxiTrader. “Algunas veces en los mercados, no se puede interponer en el camino de un camión Mack que va a toda velocidad por la autopista”.
Un dólar más fuerte puede perjudicar la demanda de productos estadounidenses en otros países, porque se vuelven más costosos, y reduce el valor de las ventas internacionales cuando se convierten a dólares. Eso puede poner en riesgo la tibia recuperación de las utilidades de las empresas de EE.UU.
En una conferencia telefónica donde habló de sus resultados, Cisco Systems Inc. dijo que había detectado una demanda más débil de clientes del exterior, en parte debido a los “increíbles vientos en contra de las divisas”. Chuck Robbins, el presidente ejecutivo de la compañía, señaló que algunos clientes han aplazado su gasto de capital “hasta que tengan mayor claridad sobre la situación cambiaria”.
Coca-Cola Co. proyecta que las oscilaciones del tipo de cambio reducirán en hasta 9% las ganancias antes de impuestos previstas para este año.
Los inversionistas ya apuestan a compañías que generan la mayoría de sus ingresos en EE.UU. y están menos expuestas a las fluctuaciones cambiarias.
Un alza de la divisa estadounidense también impulsa el poder adquisitivo de los estadounidenses, lo que abarata los trajes italianos y el vino de Nueva Zelanda. Esta tendencia ayuda a las economías en problemas de Europa y a Japón a ser más competitivas, lo que podría aliviar las tensiones deflacionarias que agobian a la economía global.
De todas formas, un dólar más fuerte restringe las condiciones financieras porque encarece el endeudamiento en la moneda verde fuera de EE.UU. y deja a las empresas menos dinero para gastar al reducir sus ganancias.
Los mercados emergentes han emitido este año un récord de US$409.000 millones en deuda denominada en dólares, según el proveedor de datos Dealogic. Para muchos, esa deuda es cada vez más cara de pagar. Al mismo tiempo, las materias primas con precios en dólares como el oro y el petróleo que muchos países en desarrollo exportan han estado bajo presión a medida que la divisa estadounidense se fortalece.
Numerosos inversionistas ya se están desprendiendo de activos de las economías en desarrollo. Desde las elecciones estadounidenses, cerca de US$11.000 millones en inversiones extranjeras han sido retirados de los mercados emergentes de acciones y bonos, según el Instituto de Finanzas Internacionales.
—Ira Iosebashvili y Julie Wernau contribuyeron a este artículo.
Ben Eisen, Chelsey Dulaney y Yantoultra Ngui