El 75% de la economía se maneja con un dólar devaluado y hay expectativa por lo que pueda ocurrir tras las elecciones
Ante la crisis de reservas que atraviesa el Banco Central, en el último año el Gobierno endureció el cepo cambiario, implementó nuevos impuestos y estableció tipos de cambio diferenciales que hacen inhallable un dólar a valor oficial
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En los últimos meses, hubo una devaluación silenciosa. Aunque el miércoles pasado el dólar oficial mayorista retomó el crawling peg (micro devaluaciones diarias) luego de haber permanecido tres meses congelado en los $350, en la práctica se volvió un valor al que casi nadie puede acceder. Entre impuestos a las importaciones y un tipo de cambio diferencial para los exportadores, solo el 25% de la economía se rige por ese número.
Al cierre del viernes, el llamado “tipo de cambio de referencia” se ubicó en los $353,95 y acumuló un avance semanal de $3,85 (1,09%). No registraba movimientos desde el lunes 14 de agosto, el día después de las elecciones primarias, cuando Javier Milei se convirtió en el candidato más votado. En ese momento, el Banco Central (BCRA) convalidó una devaluación del 17,9% y, desde el Gobierno, explicaron oficialmente que fue una condición necesaria en el marco de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde entonces, la cotización había quedado congelada. Durante tres meses, el dólar mayorista permaneció en las pantallas a $350, incluso a pesar de que la inflación acumuló un avance del 34% y que los dólares libres alcanzaron récords nominales hasta ensanchar la brecha cambiaria a picos del 200%.
Según cálculos de Fernando Baer, economista de Quantum Finanzas, el tipo de cambio real multilateral acumuló una apreciación del 29% durante ese período. Y un 14% frente al nivel previo a ese momento.
Esos datos inquietan al mercado. Sobre todo, porque el Ministerio de Economía asegura que el crawling peg se moverá a un ritmo del 3% mensual, muy por debajo de la inflación (fue del 8,3% en octubre). Así, se prevé que la cotización siga acumulando atrasos y que en diciembre, con nuevo gobierno en la Casa Rosada, se produzcan ajustes más fuertes.
“Sin embargo, el tipo de cambio real multilateral efectivo para el sector exportador acumuló durante estos tres meses una apreciación del 8,6%, por el esquema de liquidaciones del 70% al oficial y del 30% al contado con liquidación (CCL) de las divisas de exportación. Además, actualmente se ubica un 20% por encima de la media histórica. Y como las importaciones pagan en promedio 15% de alícuota del impuesto PAIS, se ubica solo 5% debajo del promedio histórico”, agregó Lorenzo Sigaut Gravina, director de análisis macroeconómico de Equilibra.
La devaluación silenciosa
Ante la crisis de reservas que atraviesa el Banco Central, en el último año el Gobierno endureció el cepo cambiario, implementó nuevos impuestos y estableció tipos de cambio diferenciales. Es así como hoy, el dólar oficial dejó de ser referencia y el 75% de la economía utiliza otras cotizaciones que se encuentran mucho más arriba (35% promedio). Son valores que podrían convertirse en referencia frente a una eventual corrección cambiaria.
“El Gobierno maquilló una devaluación, que no salga en los diarios, a través de tipos de cambio diferenciales temporarios que se les dieron a distintos sectores. Empezó el año pasado, con el dólar agro I y II, asumiendo que el tipo de cambio tal cual como estaba no era competitivo. No hay reservas, no quieren devaluar tanto para que no se traslade a inflación, por lo que crearon diferentes medidas: aumentaron la carga impositiva a las importaciones, los exportadores pudieron liquidar parte al CCL. En promedio, la economía no se mueve a los $353 del oficial, sino a unos $480 aproximadamente”, dijo Martín Polo, estratega jefe de Cohen Aliados Financieros.
Para no convalidar un nuevo salto devaluatorio, en la actualidad los $353 aplican solo a contados sectores. En el caso de las importaciones, aplica a los medicamentos y material para combatir el fuego, autopartes, bienes e insumos relacionados con la canasta básica o la generación de energía.
También para ciertos instrumentos financieros, como los títulos dollar linked (ajustan por el oficial), duales y contratos de dólar futuro. “A esta altura, el tipo de cambio oficial A3500 tiene una naturaleza cada vez más testimonial que real, con decreciente relevancia para ordenar el comercio exterior e incidir sobre los precios internos”, agregó Baer.
Para el resto de las importaciones, rigen tres tipos de cambio de referencia. A finales de julio, en plenas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, el Ministerio de Economía anunció que las importaciones de bienes tendrían que pagar sobre el dólar mayorista una alícuota del 7,5% de impuesto PAIS (una cotización final de $380,49), del 25% para los servicios ($442,43) y del 30% para los bienes de lujo y turismo ($460,13). En este último caso, también se le suma un 45% de Ganancias y un 25% de Bienes Personales ($739).
“Solo por el cobro del impuesto PAIS, el dólar para importaciones de bienes y servicios estaría, de mínima, un 8% por encima del dólar oficial y en niveles promedio de los últimos dos años medido en términos reales. Eso sin contar que en un porcentaje nada despreciable de importaciones de bienes que deberían tributar el 7,5% (incluso algunas que están exentas del pago de impuestos) se realizan con dólares propios o al contado con liquidación ($870) al no contar con las SIRAS [permisos de importación] aprobadas, o que parte de las percepciones a cuenta de Ganancias o Bienes Personales cobradas por turismo terminan sin ser utilizadas o devueltas a los viajeros, lo que hace que el tipo de cambio efectivo sea más alto”, señaló Sigaut Gravina.
Algo similar sucedió con las exportaciones. Primero, el Gobierno creó el Programa de Incremento Exportador (PIE) para el agro (dólar soja), luego se sumó el sector hidrocarburífero (dólar Vaca Muerta) y más tarde para las pequeñas medianas empresas (dólar pyme). Finalmente, a finales de octubre, anunció que todas las exportaciones de bienes y servicios serían parte de este nuevo esquema de liquidación: un 70% de las ventas se canalizan por el dólar oficial y el 30% restante, al CCL. Como resultado, da un tipo de cambio implícito de $507, un 44% superior a la cotización mayorista.
Este dólar exportador finalizó el viernes. Desde el Ministerio de Economía niegan que se vaya a prorrogar, aunque los economistas dudan al respecto. En otras ocasiones también se negó una posible extensión y, finalmente, con el tiempo y la falta de reservas en el BCRA, volvió a implementarse: los exportadores no quieren vender al oficial; menos, cuando se espera una corrección en el horizonte. El resultado que arrojen las urnas este domingo será clave.
“El problema es que los productores le creen cada vez menos al Gobierno. Los programas exportadores cada vez duran menos y son menos efectivos. Ahora no se pierden más reservas, pero netas están negativas en US$10.000 millones, no hay margen. El martes, jugarán con las expectativas y si siguen llegando los dólares. Pero mirando en el mediano plazo, gane quien gane, creemos que el dólar a $350 no le queda mucho tiempo y habrá que hacer un ajuste. Si es con Sergio Massa, un escenario de devaluación más moderado, con controles de cambio y muchos tipos de cambio. Si es con Javier Milei, un ajuste de shock, pero con expectativas”, remarcó Polo.
Para el economista de Quantum Finanzas, la capacidad de revertir esta situación y comenzar a acumular reservas dependerá de las decisiones enmarcadas en un programa “consistente y creíble” que implemente el próximo gobierno, incluyendo la materia cambiaria y un aumento de la demanda por los pesos. “A esos efectos, puede conducir una posible simplificación del mercado que, entre otros, acomode los tipos de cambios para importaciones y exportaciones y también para los ingresos y egresos de capitales y pago de los servicios de deuda”, cerró.
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