Dólar: sigue en alza la brecha y el BCRA volvió a resignar reservas
La nociva dinámica que volvió a tomar el mercado cambiario en las últimas semanas se repitió ayer: la brecha abierta entre el dólar oficial y el resto de sus precios dio otro paso hacia adelante (se acerca al 75%), al mismo tiempo que la oferta de divisas en la plaza oficial dio otro para atrás.
Esto obligó al Banco Central (BCRA) -aun con el cepo extremo en vigencia- a sacrificar reservas por décima rueda consecutiva, según se estima (el último dato oficial confirma esta tendencia hasta el jueves 23), para mantener bajo control la evolución del tipo de cambio oficial.
De este modo, la entidad que conduce Miguel Pesce se encamina a cerrar el segundo año de la década con un abril deficitario por pérdida de reservas por intervenciones cambiarias, pero el primero con resultado negativo aún con cepo cambiario. Todo un dato.
Al BCRA ya le venía costando mucho comprar reservas (llevaba adquiridos apenas US$254 millones hasta mediados de abril) pese al avance de un mes en que comienza el pico de liquidaciones de la cosecha gruesa. Además, el número de camiones arribados a puerto se venían mostrando (pese a la pandemia) "en niveles similares a los del año pasado, mostrando la gran resiliencia del agro mientras se levanta la cosecha", apunta el economista y consultor Fernando Marrul.
Pero apenas los precios libres del dólar cruzaron la barrera de los tres dígitos, lo que se le hacía difícil se tornó imposible: tuvo que desprenderse de US$361 millones en seis ruedas hasta el pasado jueves, lo que lo llevó a tener una pérdida de reservas de US$107 millones por esta vía en un mes en que se suponía que debía sumar para no tener que abandonar su apuesta por las microdevaluaciones sostenidas pero sin sorpresas del peso.
El otro año de la década con un abril con saldo en rojo en la materia fue el traumático 2018, cuando el BCRA, entonces conducido por Federico Sturzenegger, vendió la friolera de US$4732 millones, liquidación que marcó el inicio de una corrida que no se detendría por año y medio hasta derivar en un nuevo cepo cambiario y aún más restrictivo que el vigente hasta fines de 2015.
Todos lo demás abriles de la década cerraron con ganancias de reservas por compras en el mercado local, que fueron desde un piso de US$600 millones (en años magros) a un techo de unos US$2000 millones (en 2014) con cepos en vigencia o, neutros, con mercado libre (2017 y 2019)
Los analistas no dudan de que la capacidad perdida de sumar reservas deriva del sostenido aumento que muestra la brecha cambiaria, pese a los intentos oficiales en las últimas semanas por acotarla.
Ayer siguió en alza al trepar otro 4% el dólar "fuga" o contado con liquidación, que cerró otra vez cerquita de su récord de $120 (quedó a $119,64 en promedio) y 3,6% el dólar MEP o "Bolsa", que cerró a $177 (nuevo máximo), lo que la estiró al 79,6% y 75,5% respectivamente respecto de estos valores no regulados del tipo de cambio que surgen de operaciones bursátiles legales.
El economista Matías Rajnerman, que dirige la consultora Ecolatina, explicó días atrás que una brecha cambiaria en crecimiento "implica más incentivos para subfacturar exportaciones o sobrefacturar importaciones, es decir, para liquidar la menor cantidad de dólares y, a la vez, para comprar la mayor cantidad posible".
Su colega Jorge Vasconcelos, referente del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), explica que eso ya pasa. "Con la soja cayendo 6% en el mes, el dólar real para los sojeros en $45 y la brecha cambiaria en vuelo lo que pasa es que los chacareros se sientan sobre la cosecha mientras, en paralelo, las importaciones de insumos y bienes tienden a aumentar por temor a una suba del oficial. Este 'efecto pinzas' pasa a presionar sobre las reservas" advierte.
Mariela Díaz Romero, economista de EconViews, coincide. "Es cierto que los exportadores tienen obligación de liquidar pero también que, en este contexto, tienen muchos incentivos para retrasar al máximo posible esas ventas. Con los precios no regulados del dólar rumbo a $120 no les cierra para liquidar a $66 menos retenciones, por eso no están liquidando en los niveles esperables para abril, un mes de elevado flujo de divisas en el mercado".
Díaz Romero recuerda que el mercado oficial quedó muy acotado tras la reimplantación de las restricciones para operar. "Trabaja con los flujos comerciales más que nada y el BCRA comprando o vendiendo para mantener acotadas las variaciones del tipo de cambio oficial que es, junto al congelamiento de tarifas, una de las pocas anclas antiinflacionarias que quedaron. Por eso prefiere vender reservas y mostrar que lo controla pero ese precio comienza a ser muy alto por lo que, tal vez, debería plantearse depreciar el peso más rápido", sugiere.
Rajnerman alerta que el aporte antiinflacionario de un dólar estable se diluye con una brecha cambiaria en sostenida alza porque eso "alimenta las expectativas de devaluación, y con ella la postergación de exportaciones". Y recuerda una regla general que indica que "a más brecha menos dólares netos en el mercado oficial" para señalar algo que vuelve a suceder y deja al BCRA frente a un brete: "o convalida subas del oficial, con impacto directo en la inflación, o pierde reservas netas, algo poco aconsejable en cualquier momento y menos en este de negociación de deuda", señala.
Por lo tanto, es probable que la inflación se acelere en el corto plazo, especialmente cuando la economía se normalice y la velocidad de circulación del dinero se acerque a niveles "lógicos".