Dólar: el “kit de emergencia” de Massa para contener una eventual corrida cambiaria
A través de operaciones en el mercado de dólar futuro, los bonos que tienen en posesión los organismos públicos y el swap con China, el Banco Central podría frenar una nueva escalada del dólar
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A la hora de votar, el bolsillo pesa. Con una inflación del 114% interanual en mayo, los argentinos llegarán a los comicios con los ingresos más deteriorados que hace cuatro años, un factor que podría ser determinante a la hora de elegir quién asumirá como Presidente el próximo 10 de diciembre. Como candidato del oficialismo, Sergio Massa no tiene una tarea sencilla. Al frente del Ministerio de Economía, deberá desplegar todas las herramientas disponibles para que los indicadores económicos muestren algunos signos de mejora. Y, sobre todo, para que no estalle una nueva crisis.
De cara a las urnas, el mayor riesgo que enfrenta Massa es que se desate una nueva corrida cambiaria. Aunque los tipos de cambio libres se encuentran en una relativa calma desde finales de abril, cuando el dólar blue estuvo cerca de traspasar la barrera de los $500, las presiones alcistas continúan. Hay una abundancia de pesos en la economía, mientras que la dolarización de carteras típica del año electoral ya empezó.
“El escenario cambiario será mucho más complejo que el observado en la primera parte del año. La caída estacional en la oferta de dólares se potencia con la marcada debilidad sobre la demanda de pesos. La combinación de ambas variables, junto a la incertidumbre preelectoral, podría inducir una corrida cambiaria en los próximos meses”, consideró un informe de Analytica.
El “kit de emergencia”
Sin embargo, el Gobierno todavía cuenta con un “kit de emergencia” para intentar contener un eventual salto del dólar. De acuerdo con la consultora económica, el primer frente de acción se encuentra en las operaciones de dólar futuro. El Banco Central (BCRA) estaría en condiciones de intervenir con ventas de, al menos, US$6.606 millones en contratos a futuro. El número surge de la diferencia entre su posición vendida (US$2394 millones, según último dato de abril) y el límite estipulado en los mercados ROFEX y MAE (US$5000 millones y US$4000 millones, respectivamente).
“El BCRA generalmente incrementa su posición vendida de contratos a futuro previo a un salto en la cotización del dólar contado con liquidación (CCL). Teniendo en cuenta las tensiones preelectorales, la debilidad de la demanda de pesos y el hecho de que en febrero el Central aceleró esta venta de contratos, existe una chance cierta de nuevas corridas en los próximos meses”, advirtieron.
La segunda herramienta disponible son los bonos en dólares, los activos que utilizan los inversores para hacerse de los tipos de cambio financieros. Actualmente, los organismos públicos cuentan en cartera con US$6000 millones en títulos soberanos bajo legislación argentina (Bonares) a valor de mercado. El Central podría subastarlos en el mercado por cuenta y orden de los organismos y, en la misma operación, estabilizar el precio en pesos de los Bonares. Así, absorbería base monetaria a través de una operación de mercado abierto.
En tercer lugar, la consultora económica mencionó las intervenciones sobre el dólar MEP a través de la ampliación del swap con China. “Esto permite utilizar yuanes para el intercambio comercial por unos US$10.000 millones, libera dólares que podrían usarse para sostener el precio de las paridades de los bonos. En este sentido, los ‘dólares’ del swap se descuentan de las reservas brutas, lo que deja espacio para la intervención en el mercado de bonos ‘contra dólares’. Es muy difícil precisar el poder de fuego del BCRA en el mercado MEP de los Bonares y Globales, ya que las reservas netas están en terreno negativo (-US$994 millones). Hasta que no aparezcan novedades respecto del FMI y el adelanto de fondos, todo dependerá de la aceptación de yuanes por parte de los importadores locales”, agregó el informe de Analytica.
La última herramienta con la que cuenta el Ejecutivo es el balance del Banco Central en 2022. El año pasado, la entidad monetaria registró un superávit operativo de $1,1 billones, un resultado que le daría “cierto espacio contable” para, en caso de una corrida cambiaria, implementar un “fuerte tirón de tasas” para estabilizar la demanda en pesos.
No sería una maniobra nueva. Una estrategia similar se aplicó en enero de 2014, con Axel Kicillof a la cabeza del Palacio de Hacienda, tras la devaluación de $6 a $8. En ese entonces, el presidente del BCRA, Carlos Fábrega, virtualmente duplicó las tasas de las Lebac (a 3 meses pasó de 15,3% en diciembre de 2013, a 28,8% en febrero 2014).
“Un resultado contable sin déficit cuasifiscal en el balance del BCRA -que permitiría suavizar el impacto de una eventual fuerte suba de tasas sobre los pasivos remunerados-, el stock de Bonares en poder de organismos públicos y el swap ampliado con China son herramientas disponibles para enfrentar un escenario de crisis”, consideraron.
El plan de acción
Ahora, ¿cuál sería la mecánica de intervención que desplegaría el Banco Central para frenar la escalada del dólar? En principio, según la consultora económica, son tres. Por un lado, fijaría un techo al dólar contado con liqui “por arriba” (a través de las cotizaciones en pesos de los Bonares, a través de subastas) y “por debajo” (en la cotización en dólares de los Bonares, con reservas).
En paralelo, cortaría el apalancamiento en pesos y los “comportamientos especulativos” con una fuerte suba de tasas de corto plazo, afectando a las cauciones, el pase a un día y el giro en descubierto bancario. Finalmente, acompañaría la suba de tasas con una contracción de agregados monetarios, con operaciones de mercado abierto asociadas a las subastas de bonos.
“El BCRA cuenta con ciertas herramientas para impedir la espiralización del dólar financiero y el blue. Sin embargo, son herramientas que solo permiten actuar sobre el canal financiero de la economía, sin aportar nada a los problemas de la economía real. Aunque el Gobierno logre parar una nueva estampida del dólar, poco podría hacer para estabilizar la nominalidad de la economía en las actuales condiciones”, añadieron.
Mientras tanto, el equipo económico deberá centrarse en brindar certidumbres sobre las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. “Y anunciar, cuanto antes, de dónde surgirán los dólares que mantengan a flote la actividad económica que, aunque con una inflación interanual de más del 110%, todavía se resiste a entrar en recesión. Por ahora”, cerró.
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