Brecha del 150%: una distorsión pocas veces vista en la historia argentina que impacta en la economía
Los niveles actuales son comparables a los valores que había tras la guerra de Malvinas y en el pre-Rodrigazo; qué distorsiones genera y qué hace falta para que baje
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La disparada de los dólares libres en este último mes y medio genera un efecto indeseado para la economía: la brecha cambiaria. A pesar de que en el inicio de semana el dólar blue cae $16 y se aleja de su máximo nominal histórico, un movimiento que ya venían transitando los financieros desde el viernes pasado (luego de la furiosa aceleración), la economía Argentina está funcionando con una brecha a niveles que pocas veces fue visto en la historia local.
La mayor brecha hoy surge de la diferencia entre los valores del dólar contado con liquidación (CCL) -hoy el más alto del mercado cambiario ($325)- y el oficial mayorista ($130,40). Luego de la baja que mostraron los dólares libres en las últimas dos ruedas, la misma se ubica en torno al 149%. Pero durante la semana pasada llegó a superar el 160% (entre el oficial y el blue): no se observaban esos valores desde la guerra de Malvinas (180%) y el pre “Rodrigazo” (mayo de 1975, arriba del 200%).
“Prácticamente no hay registro de un diferencial cambiario tan elevado (dado los incentivos perversos y perjuicios que genera) en la historia, por lo que la devaluación luce inevitable. El desplome del peso en el mercado oficial terminará ocurriendo de jure (salto discreto ‘clásico’) o de facto (desdoblamiento o creación de múltiples tipos de cambios que vuelvan al oficial uno meramente testimonial)”, sentenció un informe de Portfolio Personal de Inversiones.
Que un mismo bien tenga múltiples valores empieza a generar distorsiones en la economía. Sobre todo cuando las diferencias son tan grandes. Para Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, cuando la brecha se dispara a niveles tan altos empieza a presionar a la inflación. Si bien la suba de precios está relacionada con el movimiento que realice el dólar oficial, en el último mes la situación se dio vuelta y los comerciantes empezaron a reponer productos mirando a los dólares alternativos.
“Esto, que es habitual, se potenció por la decisión que tomó el Banco Central (BCRA) a finales de junio de limitar el acceso a los importadores al mercado cambiario”, agregó. Ante la salida de dólares de las arcas del Central, el Gobierno restringió el acceso a las divisas oficiales para aquellas empresas que superen el 105% del total importado durante el año anterior (en dólares). Esa decisión obligó a que muchas firmas hagan las operaciones mediante el dólar CCL.
“Esa medida en particular le metió más presión a los precios locales. Además de lo que escaló el contado con liquidación este último tiempo, tiene un doble efecto. Por eso en el mes de junio lo que más subió, y bien rápido, fueron los productos electrónicos, que es el rubro que más ligados a las importaciones”, observó.
De la mano contraria, los exportadores no se quieren deshacer de la mercadería porque obtienen un tipo de cambio de $130, cuando la expectativa en el mercado es que ocurra una devaluación. Por eso en la semana trascendió que el Gobierno podría implementar un dólar “soja” un 40% más arriba (con las retenciones del 33%, hoy en día reciben $95 por dólar) para incentivar la liquidación, algo que por el momento no ocurrió.
“Si a esa situación se le suma una tasa de interés real sumamente negativa, un bajo stock de reservas netas y una crisis de confianza agravada por inacción política, el resultado es una parálisis total de la economía. Si nadie se quiere mover de la liquidez o de la mercadería denominada en moneda extranjera, y el valor de reposición se recalcula con un tipo de cambio mayor al oficial, se da una especie de pass through a precios sin que haya un salto cambiario. El punto de llegada termina siendo uno con mayor inflación y recesión, algo que se quería evitar al postergar la devaluación”, resumió Nery Persichini, economista de GMA Capital.
En octubre de 2020, cuando el CCL se disparó y tocó los $190 (sería equivalente a $417 actuales), la brecha llegó a ser de un 133%. Son 15 puntos porcentuales menos que la diferencia de cotizaciones actual. Es más, los meses con una brecha superior a la actual se cuentan con una mano, de acuerdo a un análisis de GMA Capital.
Entre agosto y septiembre de 1972, la brecha fue del 160% y 174%, respectivamente. En abril y mayo de 1973 volvió a escalar, hasta un 150%. Luego, de febrero de 1974 hasta noviembre de de 1975, la brecha se ubicó entre un 146% y un 370%. Fue el año del “Rodrigazo”. Finalmente en julio de 1982, un mes después de haber perdido la guerra de Malvinas, llegó al 183%. De ahí en adelante, no hay más registros.
“La brecha actual es motivo de alerta, fijate los momentos de comparación. Para que baje, hacen falta anuncios del Gobierno. Toda esta situación tiene de fondo al déficit fiscal y la perspectiva de que no baja. A comienzos de este año el déficit era alto, pero el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) daba un sendero de que iba a bajar. Lo que cambió es que parece que eso no se va a cumplir y que, por el contrario, va a seguir aumentando. Si no hay financiamiento, es más emisión; más emisión, es más inflación; y más inflación, son más atrasos; todo eso deriva en una devaluación, porque no pueden mantener el tipo de cambio. La única alternativa es que se genere una perspectiva de que el déficit caerá”, advirtió Tiscornia.
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