Los argentinos optan por regularizar la tenencia de dólares digitales, seguido por el bitcoin; alguna documentación que exigen las billeteras alejó a los usuarios
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El blanqueo de capitales no solo llenó de gente las sucursales bancarias, sino que las consultas (y los depósitos) también llegaron hasta las billeteras digitales cripto. Desde el sector afirman que la demanda de contribuyentes que buscan adherirse al Régimen de Regularización de Activos superó las estimaciones iniciales, luego de que el Gobierno decidiera incluir por primera vez en la historia argentina un procedimiento específico para ingresar al sistema financiero formal bitcoins, ethers y dólares digitales.
“El blanqueo cripto superó, a hoy, nuestras expectativas. En estos últimos días, antes del anuncio de la prórroga, había muchas consultas; quizás ahora con más tiempo deciden entrar. Por lo que pasó en estos últimos días, creemos que sí podría impulsar más presentaciones”, consideró Carlos Peralta, líder de Asuntos Públicos de Bitso Argentina. Este miércoles por la tarde, el Gobierno prorrogó la primera etapa del blanqueo hasta el 31 de octubre próximo.
En este caso, en vez de las Cuentas Especiales de Regularización de Activos (CERA) que se abren a través del banco, las monedas digitales deberán quedar custodiadas bajo algunas de las plataformas locales adheridas al registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV). La lista de operadores habilitados, que se creó este año, se puede encontrar en la página web de la Comisión Nacional de Valores (CNV).
“El efecto del blanqueo es notable. Si bien no sabemos cuántos usuarios se adhirieron efectivamente, porque es una información que solo tiene la AFIP, sí podemos afirmar que septiembre fue el mes con mayor volumen de depósitos cripto en la historia de Lemon, superando por un 23% el volumen de julio, aun faltando unos días para el cierre de la primera etapa, la cual se anunció una prórroga por un mes más”, señaló Juan Pablo Fridenberg, director de Asuntos Públicos de Lemon.
Según datos que compartieron desde la billetera cripto, el 80% de los depósitos que se hicieron fue en monedas estables, como USDC o USDT (tienen paridad uno a uno con el dólar). En los últimos años, ante el endurecimiento del cepo cambiario, los argentinos buscaron otras alternativas para dolarizarse y las criptomonedas fueron una vía para canalizar ese ahorro. En tanto, los depósitos en bitcoin representan el 10% del total, pero es 2,6 veces más grande que el promedio del año.
La “letra chica” del blanqueo
Si bien es la primera vez que un blanqueo de capitales menciona específicamente a las criptomonedas y bienes digitales, tributaristas y especialistas del sector cuentan que en algunos casos la normativa empujó a los usuarios a vender sus tenencias a través de una cueva y regularizar sus activos en el banco. ¿La razón? La documentación que se solicita.
En primer lugar, únicamente se pueden blanquear criptomonedas que se hayan obtenido antes del 31 de diciembre de 2023. En caso de no tenerlas en algunas de las billeteras digitales registradas en la CNV, se deberá elegir una de estas compañías y transferir esos mismos activos. Pero desde el sector cripto explican que se trata de un mercado volátil, y que en muchos casos los usuarios hoy no tienen las mismas monedas digitales que tenían nueve meses atrás.
“Tiene sus complejidades el blanqueo cripto. Alguien que se dedique a hacer trading, por ejemplo, probablemente no tenga los mismos activos y entonces no lo puede regularizar. La reglamentación no dice que pueden traer el valor equivalente si operó con estas cripto, por lo que hay que ver casos particulares. Quizás, hoy al que le resulta más simple blanquear es aquel que tiene la billetera fría, que no tocó los dólares digitales o sus bitcoins desde diciembre hasta acá y puede mostrar el valor de costo de mercado. El problema es que la PSAV son sujetos obligados a detectar posibles maniobras de lavado de dinero, por esa razón toda la documentación que se solicita”, explicó Sebastián Domínguez, CEO de SDC Asesores Tributarios.
Además, en el caso de las criptomonedas, que se caracterizan por tener mucha volatilidad en su precio, la ley indica que para la valuación de las criptomonedas y activos virtuales deberá tenerse en cuenta el valor más alto entre su precio al 31 de diciembre del 2023 o el valor de adquisición. Por ejemplo, a finales del año pasado el bitcoin cotizaba alrededor de US$44.000, por lo que deberá declararse esta cotización si el precio de adquisición fue igual o más bajo.
La lista de requisitos que se piden continúa. También se tiene que presentar una declaración jurada, se exige documentación respaldatoria de ingresos (como los últimos tres recibos de sueldo, DDJJ de Ganancias o Bienes Personales, constancia de monotributo, o manifestación de patrimonio emitida por contador público y certificada ante el Consejo Profesional correspondiente), además del formulario de adhesión al Régimen de Regularización de Activos.
“Es muy confusa la reglamentación y no da seguridad. Te piden justificación de ingresos, una locura para un blanqueo. Los escribanos no están en tema, pero se exige una certificación. Por eso no creo que los que tienen el dinero en exchanges de afuera o cold wallets (sin conexión a internet) blanqueen y manden a una PSAV, es muy difícil demostrar el costo, sobre todo si tuviste muchas operaciones. También es complicado si compraste P2P (sistema pear to pear, una compra pactada entre personas). Se tendría que haber hecho un blanqueo cripto como si fuese efectivo, porque se piden un montón de cosas técnicas que no tienen que ver con la identificación. No es normal que en un blanqueo te pidan todas estas justificaciones, la idea es permitir que entre un montón de gente”, dijo Diego Fraga, profesor de la Maestría en Derecho Tributario de la Universidad Austral y socio de Expansion Business.
Como con cualquier otro activo, se podrán blanquear hasta US$100.000 sin tener que pagar impuestos. Sobre el excedente, el contribuyente tendrá que enfrentar una alícuota, dependiendo de la fecha en la cual se adhirió a la iniciativa del Gobierno: hasta el 31 de octubre de este año, será del 5% sobre el excedente; hasta el 31 de enero, la alícuota sube al 10%; y hasta el 30 de abril de 2025, la misma asciende al 15%.
“Los blanqueos son regímenes excepcionales, con generosos beneficios, pero en contrapartida se establecen algunos requisitos y exigencias. Si a eso le sumamos que las regulaciones en materia de criptoactivos son relativamente recientes, es lógico que existan algunas tensiones y dificultades a la hora de interpretar regímenes que suelen ser complejos, incluso para los especialistas. Dicho esto, vemos que es una gran oportunidad para regularizar activos virtuales. Se trata de un mecanismo muy atractivo en términos de seguridad jurídica para los tenedores de activos virtuales”, cerró Fridenberg.
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