Dólar Qatar: se demora la implementación de una herramienta clave para cuidar las reservas
El Ministerio de Economía encareció el tipo de cambio para administrar las reservas, pero el Banco Central sigue perdiendo divisas; los agentes económicos se preguntan hasta cuándo durarán los US$6000 millones de tenencia neta de la entidad
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Transcurrieron más de 10 días desde que el Gobierno anunció la creación del dólar Qatar y, sin embargo, los bancos todavía no saben cómo implementarlo. Se trata de una de las principales herramientas que el Ministerio de Economía ideó para cuidar las escasas reservas del Banco Central (BCRA), junto con las mayores restricciones para importar y el encarecimiento del tipo de cambio destinado a shows internacionales y a la compra de bienes de lujo.
“Estamos bien, lo vamos a poder implementar en estos días. Seguimos conversando con Prisma y Fiserv [las procesadoras de pago] para el cruzamiento de datos”, dicen en la AFIP, el ente encargado de controlar que se cumpla la aplicación de la nueva percepción del 25% a cuenta de Bienes Personales que estableció el Gobierno para la compra de bienes y servicios en moneda extranjera que superen los US$300 en el mes.
La AFIP está buscando la forma de que los bancos puedan conocer cuáles son los consumos en dólares que hacen sus clientes con otras entidades bancarias, sin violar el secreto fiscal, para aplicar o no la nueva percepción. Mientras el ente estudia la manera de conciliar toda esa información, los bancos propusieron que el cupo de US$300 sea por cuenta bancaria en vez de por CUIL. En la AFIP indicaron que se podría analizar esa opción, pero en la práctica no ayudaría a lograr el objetivo final del ministro de Economía, Sergio Massa: restringir los dólares del Banco Central, ya que los ciudadanos argentinos buscarían la forma de evitar pagar la percepción con la apertura de distintas cuentas bancarias.
“El problema con el Plan Massa es la implementación: es fácil lanzar una medida, pero es difícil implementarla. Hubiera sido mejor si hacían las consultas al sistema financiero porque la credibilidad está en juego. Se supone que el dólar Qatar lo establecen para evitar que los dólares salgan del país y haya más disponibilidad para los pagos de deuda”, indicó en reserva un economista del sector financiero.
Una situación similar ocurrió con la implementación de la segmentación tarifaria, que todavía está en análisis. Si bien en la Secretaría de Energía dicen que “no hubo una demora”, lo cierto es que el aumento del servicio estaba planificado para que ocurriera a partir del consumo de gas y electricidad de septiembre. Sin embargo, debido a que hay una gran proporción de la población que no se anotó en el registro para pedir que se le mantengan los subsidios, el Ministerio de Economía pospuso su implementación un mes (también se habían atrasado otras reglamentaciones técnicas necesarias).
En el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), todavía un 31% de los usuarios figura como de “altos ingresos” (nivel uno), que implica que le quitarán los subsidios. Se trata de una proporción de hogares mayor al “10% de mayor poder adquisitivo” que había proyectado el exministro Martín Guzmán, o al 20% al que aspiran a bajar en el Gobierno. Para ello, hace unas semanas comenzaron las campañas en la calle para incentivar que las personas completen el formulario (al los que no lo hacen se los considera automáticamente como de “altos ingresos”). En el interior, la cantidad de usuarios en el nivel uno supera el 40%.
Así como la implementación del dólar Qatar es una de las soluciones que encontró el Gobierno para cuidar las reservas del Banco Central, la segmentación de tarifas es el corazón del ajuste fiscal que se deberá llevar a cabo el año próximo para reducir el déficit del Estado.
Con la mira en las tensiones
Más allá de las cuestiones técnicas que demoran la concreción de las medidas anunciadas, en el mercado siguen con atención el humor de la coalición gobernante y la viabilidad de que Massa pueda seguir ajustando el gasto corriente.
“La pregunta que nos hacemos seguido es qué hará Massa si las tensiones recrudecen. Julio fue un mes complicado y había una sensación de que la Argentina desbarrancaba; nadie quería ser parte del equipo económico. La sensación de que nos caíamos en un precipicio no desapareció, se corrió, con los anuncios de medidas aisladas que postergaron los problemas que tiene la Argentina. Pero todavía no se resolvieron los problemas de fondo y la volatilidad seguirá estando a lo largo del año que viene. Todo dependerá de que se siga manteniendo el reacomodamiento fiscal y por eso estamos observando el humor de la coalición. Porque si Massa no la puede seguir llevando, el riesgo por delante es otro y vamos a querer tener menos papeles del Gobierno”, analizó un banquero en off the record.
La opinión del mercado cobra mayor importancia cuando hay un Estado que gasta más de lo que le ingresa y tiene una inflación superior al 80% interanual, que limita el financiamiento a través de emisión monetaria del Banco Central. De hecho, una de las primeras medidas que anunció Massa cuando asumió fue que no recurriría a más transferencias del ente monetario.
Para ello, el Tesoro necesita tener buenas colocaciones de deuda pública que le permitan no solo renovar las obligaciones que vencen, sino que generen un excedente para financiar los gastos corrientes. En este sentido, la licitación de deuda de esta semana no cumplió las expectativas de Economía, ya que logró obtener solamente $17.000 millones de financiamiento neto (cuando se le restan los vencimientos que había que cubrir), a una tasa efectiva anual de casi 114%, bastante por arriba del 104% de inflación que espera el mercado para el próximo año.
La semana también terminó con otra señal negativa: luego de cuatro días de “casi feriado” comercial, el Banco Central retomó la dinámica de octubre de perder reservas para abastecer el mercado cambiario. El viernes vendió US$45 millones luego de haber podido comprar US$49 millones en los días previos, mientras se implementaba el nuevo sistema para que las empresas pidan autorizaciones para importar. De esta manera, en el mes acumula un saldo negativo de US$292 millones y las proyecciones indican que esta tendencia no cambiará. La pregunta que se hacen los agentes económicos es: ¿hasta cuándo durarán los US$6000 millones de reservas netas del Banco Central?
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