Dólar: la táctica del BCRA para operar sin reservas líquidas y que no se note
La alarma se encendió hace unos meses y obligó a un cambio operativo que fue gradual. Fue cuando el Banco Central (BCRA) se quedó sin reservas líquidas y debió hacer malabares normativos y operativos para que no se note. Hoy, según concluyen operadores y analistas de mercado, el nuevo mecanismo de intervenciones se aplica a pleno. ¿En qué consiste?
Puede resumirse diciendo que el Central "pisa" fuerte la venta de divisas durante las primeras ruedas de cada mes y las va dosificando -por lo general- durante la segunda parte del mes según la "caja" que haya logrado asegurarse en las semanas previas.
Incluso, si la cosecha compradora fue buena en la primera quincena, como ocurrió durante enero, cuando se alzó con US$502 millones en las primeras 10 ruedas del mes (más del 25% del volumen operado), puede llegar a volverse casi "dispendioso" en algunas ruedas de la última semana, cuando vende hasta el 40% del total operado, como era usual en los tiempos en que la demanda de divisas por parte de empresas aún no estaba tan cuotificada para pagos de importaciones o giros relacionados con obligaciones financieras.
Todo sea para administrar la escasez, mientras aguarda con ansias la llegada de la "temporada alta" de liquidaciones del agro, período que suele iniciarse en abril y extenderse hasta julio.
"Parece haber una regla, que vinculo al ritmo de liquidaciones del agro: cuando los exportadores de ese rubro (los más regulares y en cierta forma previsibles) venden, el BCRA aprovecha para recomprar dólares. Días después, ya con una posición asegurada, pareciera 'aflojar un poco'. Entonces deja cursar más pedidos y termina con saldo vendedor", sostiene el economista Fernando Marull, titular de la consultora (FMyA).
Andrés Borenstein, asociado de Econviews y docente de la Universidad Torcuato Di Tella, también cree que las intervenciones del BCRA básicamente se adecuan a cómo vengan las liquidaciones de exportaciones.
"Lo que sí parece haber es una estrategia de autorización de importaciones en función de la 'caja' que vayan armando, algo que no veo ligado a los períodos del mes", señala.
Entre los operadores prima el criterio que el sentido de las intervenciones suele ser claro: primero se compra y, en todo caso, luego venden.
"En general los días que más compra son los lunes. Pero eso refleja que los exportadores quisieran aprovechar el 'saltito' que aplican al tipo de cambio tras el finde semana o los feriados. Pero a su vez se nota que suele ser más comprador en la primera parte del mes y a aflojar algo en la segunda parte: pareciera que la idea con la que se maneja es la de asegurarse los dólares antes de dar curso a los pedidos de compra, en especial, de los importadores", coincide Sebastián Centurión de la operadora ABC Cambios.
Importadores
De la existencia de ese criterio, o algo muy parecido, dan cuenta las empresas que regularmente ingresan pedidos para cumplir con el pago de importaciones. "Más de una vez nos piden postergar. Luego, en general cumplen, pero en los hechos esas dilaciones en ocasiones nos obligan a reprogramar turnos de producción", admitieron bajo pedido estricto de anonimato en una automotriz.
"Muchos de mis clientes me dicen que tienen que aprovechar algunas 'ventanas de oportunidad' para cursar pagos, en especial en semanas en que parece haber prioridades como el pago de intereses al FMI de la semana pasada o los dólares comprometidos para que YPF cierre su reestructuración esta semana", coincide un consultor de empresas.
"En general los importadores ya saben que se tienen que acomodar a la disponibilidad. Y de a poco parecen estar acomodándose a eso: cursan más pedidos en la segunda parte del mes o luego de haberse anoticiado de que el BCRA tuvo una rachita compradora", explica un experimentado operador.
La caja acumulada se usará hoy
Por lo pronto, los pasos que la entidad viene dando en febrero parecen confirmar ese "modus operandi".
En las ocho primeras ruedas del mes se alzó con US$287 millones, racha que se cortará hoy cuando deban usar el grueso de la caja acumulada para que YPF se haga del efectivo para pagar en los próximos días el canje de su deuda, para que el Gobierno haga otra transferencia por la compra de vacunas contra el Covid-19 (no relacionados con la Sputnik V) y para que la ciudad de Buenos Aires honre el pago de un bono por unos US$180 millones, razón por la que le venían habilitando esta semana compras a un ritmo de US$40 millones por día.
De hecho, las pacientes compras de los primeros días del mes, que llegaron a representar 30% de lo operado en algunas ruedas, apuntaron a hacer "caja" para hacer frente a estos compromisos.
Los números sugieren que esa táctica se adoptó tras un diciembre en que la entidad logró alzarse con más de US$600 millones mediante compras, lo que le permitió recomponer su tenencia de reservas netas (básicamente constituida por su tenencia de oro) de US$4044 millones a US$4826 millones tras largo meses en retroceso.
Con ese plafón se definieron los pasos para tratar de equilibrar o hasta volver levemente positiva la posición líquida que, confían, se engrosará durante el segundo trimestre del año con la temporada alta de los ingresos de la denominada cosecha gruesa, como ya fue apuntado.
El método para que el BCRA pueda mantener el control del mercado aún sin reservas líquidas se puso en marcha de un modo casi brutal a fin de septiembre, cuando su titular, Miguel Pesce, aplicó una poda fuerte al dólar ahorro (cuotificándolo más y encareciéndolo a la vez al recargarle la alícuota de ganancias) y obligó a las empresas que habían tomado financiamiento del exterior a reestructurar sus deudas, tras avisarle que solo les podría vender el 40% de las divisas necesarias para que afronten esos pagos.
Pero se pulió luego con las normas, como la Comunicación "A" 7138, que restringieron el acceso al mercado de cambios para efectuar pagos anticipados de importación e importaciones que aún no hayan completado la nacionalización, o las que ampliaron el régimen informativo llamado "Anticipo de Operaciones Cambiarias", aquel que obligaba a informar con dos días hábiles de anticipación las operaciones cambiarias superiores a US$ 500.000, al bajar ese monto a apenas US$50.000.
Con esa información el BCRA logró establecer un ordenamiento de la demanda autorizada, la cual parece administrar según las disponibilidades con el patrón mencionado, aunque se cuidan de admitirlo porque, en definitiva, significa conceder que operan con una existencia casi nula de reservas líquidas.
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