Dólar: los productos que no llegan a la Argentina por falta de divisas
La falta de dólares comenzó a pesar sobre el comercio exterior de manera sutil pero creciente. Es un inconveniente con grises y aristas, pero los importadores reclaman al Ministerio de Producción por 900 licencias no automáticas (LNA) no otorgadas desde marzo hasta la fecha. Entre los productos no autorizados hay monopatines, césped sintético, pochocleras, soquetes y pelotas de pádel.
De acuerdo con la Cámara de Importadores (CIRA), que lleva un registro de las licencias no autorizadas de sus 1300 socios -en su mayoría pymes que se dedican al comercio exterior, sobre un total de 4000 importadores que hay en el país-, este año se empezaron a detectar "retrasos anómalos que no existieron en 2018 ni 2019", años de complicaciones cambiarias, pero sin un problema tan grave en las reservas del Banco Central.
La entidad asegura que eleva reclamos, pero que la Dirección Nacional de Gestión Comercial, a cargo de la respuesta, "no atiende ni por teléfono ni por mail, y que el sistema de Trámites a Distancia (TAD) funciona intermitentemente".
Los productos de bazar y los neumáticos fueron los rubros más complicados este año según la CIRA, pero en los datos se comprueba que los artículos para la construcción y refacción, los tejidos, los repuestos de autos y las luminarias LED también engrosan las filas de las SIMI sin aprobar.
Esas licencias generalmente quedan en estado observación con el rótulo "otros motivos" al momento de especificar la razón por la que están trabadas, lo que hace que no haya una forma simple o rápida de destrabar el trámite, simplemente porque no se conocen las causas que lo frenaron en primer lugar, explican los importadores.
Del otro lado, el Ministerio de Producción alega que desde el 11 de noviembre hasta el 8 de diciembre se aprobaron 223.000 licencias no automáticasy un total de 709.000 SIMI (la diferencia entre ambos números son las licencias automáticas). Se trata de las gestiones a través del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones que cada importador debe realizar antes de traer productos al país.
Según voceros de la cartera, "alrededor del 92% de las solicitudes de importación se autorizan en menos de 48/72 horas hábiles desde su presentación" y únicamente "un saldo aproximado del 6%" de las SIMI queda pendiente por "errores de carga, inconsistencias y faltantes de información solicitada o por no superar los controles específicos que existen para garantizar previsibilidad y seguridad en el mercado".
El objetivo del control sobre las importaciones, según Producción, es asegurar que el bien que se está importando resulte seguro para el medio ambiente y las personas, que se cumplan los reglamentos técnicos que establece la legislación nacional y que no existan indicios de actitudes desleales, tales como desviaciones de comercio o subfacturación de importaciones.
Sucede que 2020 fue un año particular. Con una brecha entre el dólar oficial y el paralelo que llegó al 150%, se activaron comportamientos de cobertura, como el adelantamiento de importaciones y el retraso de las exportaciones, a la espera de una supuesta devaluación del dólar mayorista que llegaría por presión de lo que sucedía en los tipos de cambio libres.
Por caso, y según datos oficiales, en noviembre hubo una baja del 25,6% de las exportaciones (US$1508 millones menos) en su comparación interanual y un incremento del 20,7% de las importaciones (US$705 millones): las cantidades aumentaron 24,9% y los precios disminuyeron 3,3%. De todos modos, las importaciones serán un 15% menos que el año pasado, estima Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales.
De hecho, las LNA son un mecanismo de organización del comercio exterior que se suele utilizar en distintos formatos en otros países del mundo. Son autorizaciones que requieren ciertos productos porque hace falta revisarlos antes de que ingresen al país, por ejemplo, por temas fitosanitarios, o por razones de protección a industrias sensibles. "En la Argentina, el problema no son las licencias en sí, sino cómo se utilizan", dicen los especialistas.
A los datos que surgen de LNA en observación se suman formas más sutiles de cerrar el grifo de los dólares para importar. Generalmente, los grandes importadores, como las plantas industriales de gran tamaño, hablan directamente con representantes del Gobierno antes de ingresar sus SIMI, y según el mes, hay reportes por lo bajo de ciertos retrasos por cuestiones cambiarias.
Las reservas, el dato clave
Si bien en 2019 comenzaron algunos problemas, en 2020 la situación se agravó, según Elizondo, simplemente porque también se complejizó la situación de las reservas: de acuerdo con la consultora que las calcule, las netas, las que el Central tiene disponibles, se ubican entre los US$4000 y los US$2000 millones.
"Las importaciones no se detienen por proteccionismo, sino porque no hay dólares", detalla el especialista. Reconoce que en un año de brecha grande se vieron "algunos comportamientos oportunistas" como el adelantamiento de importaciones.
El Central tomó medidas para empezar a cerrar el grifo. Emitió las comunicaciones A7030 y A7138 en mayo y de octubre respectivamente. Ambas apuntan a tener más control sobre el uso de divisas para importar: piden más autorizaciones, licencias y limitan los pagos anticipados. La segunda es una comunicación de la autoridad monetaria que limita la obtención de divisas a quienes tengan autorización expresa por parte del Ministerio de Producción.
Las trabas para importar no son una novedad en la Argentina. El país estuvo siempre en el top 10 de las naciones del mundo con un menor ratio importaciones/PBI, explica Elizondo. "En el mundo, las importaciones equivalen al 30% del producto, mientras que acá equivalen al 14%: importamos poco, tenemos aranceles muy altos y también trabas paraarancelarias", apunta.
Además, dice, la Argentina terminará importando unos US$43.000 millones este año, cuando, en sus mejores momentos, hace aproximadamente una década, ingresaba US$70.000. Si la actividad se quiere recuperar tras las complicaciones por la pandemia, entonces se deberá abrir el grifo, apunta Elizondo.
¿Un 2021 con un grifo más cerrado?
El punto que hoy preocupa a consultores y abogados cambiarios no es tanto lo que pasó en 2020, sino lo que puede venir en 2021. Luciano Cativa, socio de FB Tax Legal, explica que en las últimas semanas del año recibió llamados recurrentes de clientes preocupados por la incertidumbre de lo que viene.
Las consultas tienen que ver con medidas legales anticipadas, como para asegurarse que el marco será más previsible, pero son acciones inviables a nivel judicial. El abogado divide a "los preocupados" en dos grandes grupos. Por un lado, las multinacionales o compañías regionales que pueden focalizar sus ventas de importados en mercados que no tienen restricciones cambiarias como la Argentina. Por el otro, firmas locales o pymes que corren el riesgo de forjarse una mala reputación con sus socios comerciales por una SIMI en observación o no autorizada.
El largo camino hacia la importación
Hay al menos cuatro niveles de "requisitos" que una empresa tiene que cumplir hoy para poder pagar una importación con dólar oficial, señala Jimena Vega Olmos. En primer lugar, no debe tener fondos disponibles afuera, es decir, en cuentas en el exterior (por la A7030). Tampoco debe haber realizado operaciones de compra de dólar MEP o contado con liquidación en los 90 días anteriores.
Por el punto 2 de la A7030 (modificada por varias normas), salvo algunas excepciones, la empresa importadora solo va a tener acceso por un monto igual a la diferencia positiva entre el valor de los bienes ingresados en 2020 y el valor de los pagos de importaciones y deudas por importaciones efectuados en 2020. Si el monto de pagos es mayor al de bienes ingresados, necesita autorización del Central. "Los requisitos y restricciones de este punto se prorrogaron hasta fines de este año", añade la abogada.
Si el importador logró pasar todas las barreras anteriores, para poder pagar con dólar oficial deberá cumplir los requisitos "generales" aplicables al pago de importaciones y que varían según se trate de pagos anticipados (efectuado antes del embarque de los bienes en el país de origen), pagos a la vista (contra documentación de embarque en el país de origen) o pagos diferidos (efectuados después de la nacionalización de los bienes), añade Vega Olmos. Por ejemplo, la necesidad de que la declaración efectuada a través del SIMI esté en estado de "salida" para poder acceder a las divisas. Y es en este último punto en el que se empezaron a notar las fricciones en 2020.
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