Dólar: el Banco Central cerró sus intervenciones sobre el mercado de cambio con saldo neutro por primera vez en la era Milei

El Banco Central (BCRA) cerró hoy sus intervenciones sobre la plaza cambiaria oficial con saldo neutro por primera vez en la era Milei. Es decir, aunque presumiblemente compró y vendió reservas, el saldo neto de la rueda le dio cero, o muy cerca de cero, en una jornada en la que se notó un aumento de la demanda (posiblemente vinculado al pago de deudas privadas) y en la que acabó validando una suba de $1,50 del dólar mayorista (la mayor nominal de los últimos cuatro meses) que cerró a $ 868,50/871,50 por unidad para compra y venta, respectivamente.

De este modo, en la semana que acaba de finalizar el tipo de cambio mayorista comercial subió $5, lo que supone “el mayor ajuste semanal desde diciembre 2023″, hizo notar el operador y analista Gustavo Quintana, de PR Cambios.

“Es cierto: lo ajustó después de mucho tiempo $1,5 durante la jornada, aunque, por lo que se vio en el mercado, pareció responder a algo puntual y no da la sensación de que implique el anticipo de un cambio en la velocidad del crawling peg o en la estrategia del Gobierno” observó su colega Francisco Díaz Mayer, de ABC Cambios, tal vez tomando en cuenta la férrea defensa que el presidente Milei volvió a hacer de ese manejo cambiario en el encuentro empresario que lo tuvo como invitado en Llao Llao, Bariloche.

“Atento a lo que venían demandado los importadores (en torno a los US$200 millones), entendemos que debe haber habido una operación puntual en el día de la fecha que debería normalizarse la semana que viene”, coincidió Nicolás Cappella, de Invertir en Bolsa (IEB).

Tanto el mayor deslizamiento como la leve demora que tuvo la entidad al reportar el dato (como saludablemente lo hace a diario desde el cambio de autoridades), no pasaron desapercibido, dado que, mal que le pese a las autoridades, la política cambiaria ya está en la mira del mercado por el efecto que la fuerte apreciación del peso tiene sobre los precios locales (medidos en dólares) y los datos que que confirman que, a poco de iniciarse el presente mes, la Argentina recayó en zona de atraso cambiario.

El indicador más relevante al respecto es el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), que elabora el propio BCRA comparando “el precio relativo de los bienes y servicios de nuestra economía con respecto a la de un grupo de países con los cuales se realizan transacciones comerciales”, explica la propia entidad desde su página.

Ese número, que se obtiene a partir de un promedio geométrico ponderado de los tipos de cambio reales bilaterales de los principales socios comerciales del país (Brasil, China, la Zona del Euro y el Nafta son las más relevantes), cerró ayer en 94,4 puntos, alejándose cada vez de su valor teórico de equilibrio en los 100 puntos, y se ubicó 67,7 puntos por debajo del “pico” de 162,2 puntos que alcanzara el 14 de diciembre pasado, luego de la devaluación del 54% del peso dispuesta por el Gobierno para asegurar un ”colchón” de competitividad que facilitara su decisión de usarlo como ancla antiinflacionaria en la primera etapa de gestión.

“La tasa mensual de devaluación del 2% fue rápidamente erosionada por registros inflacionarios que en los últimos meses se han situado muy por encima de ella. Un ajuste del tipo de cambio tan bajo se ha podidos sostener junto con recortes a la tasa de interés en pesos gracias a la permanencia del cepo cambiario”, observaron desde la consultora MAP.

El problema es que a ese esmeril se sumó en las últimas semana el cambio de clima financiero global, que, junto a la menor expectativa de una pronta baja de tasas en Estados Unidos, tendió a fortalecer el dólar y provocó ajustes devaluatorios generalizados entre las monedas emergentes, en especial la de Brasil. De allí las dudas que persisten en el mercado.

Por lo pronto, el cierre sin compra ni venta de reservas, que interrumpe una racha de 18 ruedas con saldos favorables -algunos muy altos-, llegó en una jornada en la que el volumen operado de contado cayó 26,5% en relación a ayer (llegó hasta los US$321,1 millones), lo que ayudó a generar las condiciones para que el BCRA cierre sus intervenciones hoy así.

El saldo neutro es algo inusual en la “era Milei” (al cabo de 87 ruedas había comprado en 84 de ellas y vendido sólo en las tres restantes y ante circunstancias extraordinarias), pero era muy habitual en la segunda parte de la “era Fernández”, en especial desde que el BCRA decidiera atar la suerte de la demanda al tamaño que sabía tendría la oferta (dada la normativa vigente para reportar previamente las operaciones mayores a US$50.000) para evitar mostrar saldos vendedores.

Pese a eso, el ente monetario cerró la semana sumando mediante este tipo de intervenciones otros US$601 millones a sus reservas netas, que para algunas mediciones ya dejaron de ser negativas, sobre todo por los US$13.800 millones comprados en estos cuatro meses, aún cuando buena parte de esas adquisiciones tiene como contracara una deuda nueva y otra vez en alza de importadores, por los plazos laxos que se diagramaron para acceder al mercado precisamente para facilitar la imprescindible recomposición de esa tenencia.

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