Dólar: el atraso cambiario encontró un piso en agosto
La tendencia se da desde comienzos de mes y es gracias al impacto que la baja global de la moneda estadounidense tuvo sobre las divisas del Mercosur; en el Gobierno confían en que puede mantenerse
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La marcada tendencia a la apreciación real que fue registrando el peso tras la fuerte devaluación del 13 de diciembre último, y que lo llevó a convertirse en el primer semestre del año en la moneda más revalorizada del mundo, encontró un “piso” a comienzos de este mes y amaga con haber comenzado a revertirse en las últimas semanas.
El dato surge de la evolución que exhibe el índice de tipo de cambio real multilateral (ITCRM) que elabora el Banco Central (BCRA), la medición de esta variable más abarcativa, ya que considera el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los de los 12 principales socios comerciales del país, en función del flujo de comercio de manufacturas y se obtiene a partir de un promedio ponderado de sus tipos de cambio reales bilaterales.
Este índice, que estaba en 74,5 puntos al final del Gobierno anterior y alcanzó un máximo de 162,2 puntos el día siguiente a la depreciación antes mencionada, inició agosto en 86,2 puntos es decir, un 46,83% por debajo del “pico” marcado el 14 de diciembre.
Sin embargo, desde allí comenzó una remontada que lo llevó a superar los 88 puntos este lunes, regresando a los niveles que mostraba a fin de junio, pero, esta vez, con más inclinación a sostener esa recuperación que a seguir apreciándose, básicamente por el impacto que el descontado inicio de un ciclo de bajas en Estados Unidos tiene sobre el Dollar-Index.
Los analistas coinciden en señalar que ese movimiento tiene que ver con el cambio de clima en el mercado internacional, luego del sofocón que creó la inesperada suba de tasas en Japón y, en especial, tras los datos que prácticamente allanaron el camino para que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) disponga la primera baja en su tasa de referencia -tras más de cuatro años de haberla movido sostenidamente al alza para combatir el rebrote inflacionario derivado de las restricciones por la pandemia de Covid-, algo que apreció fuerte a las monedas emergentes.
“La leve reversión en el ITCRM se debió principalmente a la fortaleza que venían mostrando las monedas de mercados emergentes y de la región frente a la debilidad del dólar. Fue lo que nos estuvo dando una mano en ese sentido, hasta hoy, que eso cambió y el dólar se fortaleció en detrimento del resto de las monedas. Así que ahora habrá que ver qué sucede con la decisión de la Fed en torno a las tasas”, apunta el analista Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras.
Esa percepción se comprueba incluso desde las versión del ITCRM con Brasil, principal socio comercial del Mercosur, que era de 79,9 puntos a comienzos de mes y de 84,4 puntos al comenzar esta semana.
A eso se suma la progresiva tendencia a la desaceleración que muestra la tasa de inflación y acortó sensiblemente en los últimos meses la brecha que se había abierto con el crawling peg al 2%.
“El contexto financiero global pasó de castigarnos a ayudarnos un poquito y la progresiva tendencia que la inflación muestra hacia un alineamiento con el crawling también aporta”, explica Nicolás Chiesa, economista, quien espera que el Gobierno no se tiente, en caso que suceda esa convergencia, con bajar más el ritmo de crawling.
En el Banco Central (BCRA) y en el Gobierno confían en que el rebote sea un inicio de cambio de tendencia, aunque sostienen que la proyección a largo plazo es que la Argentina “tenga un peso fuerte”, en relación a las limitaciones cuantitativas impuestas a su circulación.
La ilusión oficial al respecto tiene que ver con el dinamismo que tomó la agenda desburocratizadora que, básicamente, lleva adelante el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, pero más aún en la inminente rebaja de 10 puntos que, según anunció y reiteró el Gobierno, dispondrá el mes que viene en la alícuota del impuesto PAIS, que encarece el dólar para los importadores de bienes, a partir del impulso extra que le daría al proceso de desinflación de la economía.
Según cálculos de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (Eseade), la reducción del impuesto PAIS impactaría en la inflación mayorista en 0,62 puntos porcentuales de manera directa, ya que la ponderación de los productos importados en el total del índice es de 7,29%. “La ponderación en el IPC no está clara, pero podemos suponer que el efecto sería un poco menor. Esta es la razón por la que Caputo apuesta a que la inflación arranque con un “1″ en septiembre y sería un golpe contra la mesa en lo que respecta a la lucha contra la inflación, principalmente desde lo discursivo, ya que sabemos que se daría por un efecto de única vez”, explica al respecto su director del Departamento Economía, Iván Cachanosky.
“Reducir el impuesto PAIS y normalizar el comercio baja el costo argentino, porque aproximadamente el 90% de nuestras importaciones son de bienes intermedios o energía. Una baja en los costos de esos bienes nos hará más competitivos”, aseguran desde el BCRA.
Juan Manuel Truffa, de la consultora Outlier, coincide en que la tenue recuperación de competitividad cambiaria en el mes es toda “por apreciación de monedas de la región y hay que ver cómo sigue de acá en adelante eso”, y sostiene: “Probablemente continúe de la mano de baja de tasas y debilitamiento del dólar, pero no está tan claro”.
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