Dólar: cuándo habría una devaluación más acelerada en la Argentina, según Morgan Stanley
El banco internacional proyecta que el Gobierno podría aplicar la estrategia de 2014 de hacer que el tipo de cambio pegue un pequeño salto a comienzo del año próximo
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En todo el arco económico hay bastante consenso en que el tipo de cambio no sufrirá grandes variaciones hasta las elecciones, gracias a que el Banco Central tiene reservas para controlar el dólar oficial, a través de pequeñas devaluaciones, y los financieros, con venta de bonos. De esta forma, en los primeros cinco meses, el tipo de cambio aumentó 12,5%, mientras que la inflación fue 21,5%. Sin embargo, la gran incertidumbre es cómo ajustará el valor del dólar después del 14 de noviembre.
El banco internacional Morgan Stanley publicó un informe este lunes en el cual proyecta que el Gobierno podría llevar a cabo una estrategia similar a la que hizo Cristina Kirchner cuando era presidenta, en 2014. En ese entonces, el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, devaluó el peso 15% y lo llevó de $6,50 a $8 en sólo tres días.
“Con las elecciones aplazadas hasta mediados de noviembre, ya no vemos un ajuste único del tipo de cambio oficial este año. Sospechamos que es una decisión política difícil de tomar, ya que un movimiento único del tipo de cambio en noviembre o diciembre se traduciría en un pico de inflación antes de las vacaciones de fin de año, generalmente un período sensible desde una perspectiva social. Nuevamente, es el buen desempeño en la primera mitad del año lo que nos lleva a pensar que la estrategia de rebalanceo de las variables macro podría extenderse hasta principios de 2022, sin una gran sorpresa negativa en la dinámica de Covid-19 o una reversión considerable en las condiciones de liquidez global. Al igual que en 2014, bajo el mismo gobierno, esperamos que cualquier movimiento único del tipo de cambio oficial se produzca a principios de 2022, antes de un eventual programa del FMI. La magnitud del movimiento es difícil de predecir, pero es razonable esperar algo similar al de 2014″, dicen los economistas Fernando Sedano y Lucas Almeida.
Esta devaluación creen que será necesaria antes de comenzar la renegociación de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que estiman que pedirá una brecha cambiaria menor a la actual de 75%.
“Continuamos viendo un programa con el FMI (en algún momento entre fines del primer trimestre o comienzo del segundo de 2022), que aborde algunos problemas macro y ataque los problemas estructurales. Sospechamos que al FMI le gustaría ver una brecha cambiaria más pequeña para cuando entre en vigor un nuevo programa. Además, que aumenten las reservas y que haya una reducción gradual de los controles al capital y a las importaciones deberían ser características clave del eventual programa de facilidades extendidas (EFF, por su sigas en inglés)”, dice el banco.
Sin embargo, tiene “menos confianza” en que el programa condicione reformas estructurales, “ya que las opiniones de los responsables de la formulación de políticas y del personal del FMI son diametralmente opuestas en este frente”.
“Esperamos que las autoridades estén de acuerdo en la necesidad de consolidar las cuentas fiscales, aunque es poco probable que esto se logre con una reducción considerable del gasto, ya que este gobierno es propenso a una mayor intervención estatal. Dada la necesidad de reducir la brecha fiscal, no esperamos una relajación de la carga fiscal del país, lo que no augura nada bueno para la inversión”, dicen los economistas.
Finalmente, el informe de Morgan Stanley indica que el nivel de reservas que tenga el Banco Central marcará la dureza de nuevo programa y, por ende, “dictará las políticas futuras”. “Sospechamos que cuanto más sólida sea la posición de las reservas, menos apremiante será el acuerdo del FMI para las autoridades. El Gobierno cree que la confianza del mercado no se recuperará ni siquiera bajo un marco macroeconómico sellado por el FMI y, por lo tanto, una menor independencia de las políticas, bajo un programa del FMI, es de hecho una alternativa más riesgosa”, analizan.
“Si bien creemos que habrá un acuerdo y un programa blando, no podemos descartar la posibilidad de que no haya acuerdo y la Argentina entre en mora con el FMI. Este sería el escenario de autarquía, en el que el gobierno, con un colchón de reservas de divisas mayor al esperado, intenta profundizar las políticas poco ortodoxas y posponer un reequilibrio macroeconómico. Consideramos esto arriesgado, ya que las reservas de divisas han mejorado, pero no a niveles que justificarían el éxito en la autarquía”, concluyen Sedano y Almeida.