Dólar: la continuidad del cupo será revaluada una vez cerrado el canje
El Gobierno comenzará a revaluar la continuidad o no del cupo de compra de 200 dólares por mes, permitido desde fin de octubre pasado a las personas para atesoramiento, una vez que venza el plazo concedido a los acreedores privados para que expresen su adhesión al canje de deuda externa.
Hasta ese entonces (las 5 PM de Nueva York, el próximo viernes) se decidió mantener el status quo actual dado que cualquier alteración en la política cambiaria oficial, mientras esté abierta la oferta de canje, debería ser informada a la SEC (el organismo regulador del mercado de valores de Estados Unidos), lo que podría demorar un poco más los plazos del canje -que entró en una etapa de definiciones- y afectar una tasa de adhesión que -se espera- sea elevada.
"Eso fue lo que decidió poner la cuestión bajo un paraguas", admitió a La Nación una alta fuente oficial recurriendo a un expresión diplomática.
El debate oficial sobre el destino del cupo quedó a la vista el fin de semana anterior luego de que tanto la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, como el propio presidente Alberto Fernández, admitieran en sendas entrevistas radiales que su continuidad estaba "bajo análisis" dada la endeble posición de reservas líquidas con que cuenta el Banco Central (BCRA), cifra que en el mercado estiman en torno de los US$4000 millones.
Ambos funcionarios reaccionaron tras un informe interno realizado por el presidente del BCRA, Miguel Pesce, para advertir que esa posición se había debilitado fuertemente en lo que va del mes al fracasar los intentos de distintos organismos públicos (CNV, UIF y el mismo BCRA) de reducir la brecha cambiaria para quitarle al menos ese incentivo al apetito dolarizador del mercado.
En él adelantó lo que se hizo oficial anoche: en los últimos 40 días había tenido que sacrificar algo más de US$1300 millones para tener bajo control el ritmo de actualización que quiere darle al tipo de cambio oficial, siguiendo el pedido gubernamental de mantener una polìtica cambiaria que evite los sobresaltos que llevaron a la economía a la recesión en los últimos años y dieron impulso extra a una inflación que ya era alta.
Ese dato puso en guardia al mercado e impulso esta semana una nueva escalada en los precios alternativos del dólar, que cerraron ensayando nuevos precios máximos (ver aparte)
Quien, como ya se supo, bloqueó la posibilidad de cerrar ese grifo fue el ministro de Economía, Martín Guzmán, al cabo de una acalorada reunión que tuvo lugar el sábado pasado en la Quinta presidencial de Olivos. Fue tras advertir las consecuencias que podía tener sobre el mercado (al impulsar más los tipos de cambio alternativos) y el nivel de aceptación de la oferta al mostrar la decisión de ir hacia un control de cambios más estricto y encender el temor a que afecte aún más los giros al exterior.
De allí surgió la "incómoda" desmentida del Ministerio de Economía al Presidente. "Continúa la operatoria de dólar ahorro vigente. No hay cambios. Y no sólo no se piensa en restricciones, sino que se aguarda que, luego de las operaciones de pasivos que se realizarán durante este mes, se estabilizará el frente cambiario" afirmó la nota difundida por esa dependencia.
El plazo clave para definir la continuidad del cupo, según esta mirada, sería la segunda o tercera de septiembre. La tesis de Guzmán, como quedó a la vista, es que la elevada adhesión que tendrá el canje externo (y días después el local de deuda emitida en dólares) calmará al mercado al voltear la tasa de riesgo país por la firmeza con que espera coticen además los nuevos bonos una vez emitidos. Según este círculo virtuoso, eso presionará a la baja la brecha cambiaria e iría progresivamente alivianando la demanda minorista de dólares, según esperan en el Gobierno.
A eso se sumarían la señales que entregue al mercado la presentación del proyecto de Presupuesto 2021, con pistas sobre la derrotero fiscal y la política de financiamiento público, que permitirían a la vez tener indicios sobre los desafíos a enfrentar por la política monetaria del BCRA.
En función de ese diagnóstico se apresuró una suerte de "Plan Aguantar". Alude a una estrategia según la cual al Ministerio de Desarrollo Productivo le corresponde ordenar la demanda de dólares del sector productivo, buscando acuerdos para que los sectores más deficitarios en materia cambiaria (como el automotriz) acepten manejarse temporalmente con un esquema 1 a 1 (un dólar exportado por cada uno que se use para comprar insumos o traer unidades del exterior). En tanto, al BCRA le toca sondear la posibilidad de monetizar una parte del swap cambiario con China, como ya hizo la entidad cuando estaba comandada por Federico Sturzenegger, que convirtió unos US$3000 millones para tener un refuerzo precautorio frente al levantamiento del cepo, a fines de 2015, tras haber recibido a esa entidad con una tenencia real negativa del orden de los US$300 millones.
Sin embargo, aunque se activen esos reaseguros y la demanda minorista afloje algo, la posibilidad de que el cupo se discontinúe existe en la lectura de las autoridades del BCRA y de los funcionarios con responsabilidad económica y más en relación con los sectores productivos, dijeron fuentes oficiales. Después de todo, las definiciones centrales del Gobierno pasan por "cuidar las reservas" y asegurar la provisión de dólares para el sector productivo que fabrica cosas aquí para abastecer al mercado interno o para exportar y, a la vez, multiplicar ese dólar gastado.
Al respecto, en el BCRA admiten que detectaron en las últimas semanas una recomposición de la demanda de importaciones vinculada con la progresiva normalización de la actividad productiva. De allí que la proyectan en alza, lo que enciende luces anaranjadas en momentos en que aparecen dudas sobre el impacto que el déficit hídrico con que hoy conviven amplias regiones del país tendrá en las cosechas que vienen.
Además, septiembre para a ser un mes clave para la continuidad o no del cepo porque vencen las resoluciones de la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac) que impiden a las aerolíneas operar y comercializar pasajes en el país, lo que mantuvo bajo control uno de los canales por los se van muchos dólares. "La demanda de dólares que teníamos por turismo antes de cerrar las fronteras era de US$8000 millones", recordó Pesce en el informe, en el que alertó lo debilitaba que estaba la posición líquida de reservas y los desafíos de demanda que la entidad enfrenta en una economía que deberá tender a su normalización.
De allí que esa imposibilidad evalúan prorrogarla ahora hasta que termine el "mes de prueba" para mensurar los flujos del mercado cambiario, es decir, hasta octubre.