Dólar “anestesiado”: todos los precios de la economía suben a un ritmo de 23%, menos los tipos de cambios
El tipo de cambio paralelo informal o blue comenzó el año a $206; casi seis meses después, está más barato
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En una economía en la cual los precios de todos los productos y servicios aumentan de manera generalizada, hay una cotización que este año prácticamente no tuvo movimiento. Pese a que en la Argentina se suele decir que faltan dólares (o sobran pesos), el valor de los tipos de cambios paralelos aumentó menos de 5% en lo que va del año. En el mismo período, la inflación acumulada fue más de 23,1% (dato oficial hasta abril). Sin embargo, los analistas financieros creen que en el segundo semestre habrá más presión sobre los dólares paralelos, lo que podría hacer perder la relativa estabilidad cambiaria.
El tipo de cambio informal o blue −al cual las Naciones Unidas recomienda vender los dólares a los funcionarios extranjeros− comenzó el año a $206 y casi seis meses después cotiza a menos de ese valor, a $205. Es cierto que en el medio tuvo un alza que llegó a $222, el 27 de enero pasado, pero luego de que el Gobierno cerrara el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ese precio se volvió a derrumbar.
En lo que respecta a los tipos de cambios paralelos formales −a los que se accede al comprar y vender activos financieros−, el MEP (que se utiliza para comprar dólares y dejarlos en el país) aumentó de $198 a $210; es decir, un 6%. El contado con liquidación (CCL) o dólar “cable” −utilizado para girar divisas al exterior−, por su parte, subió de $202 a $211, un 4,5%.
El dólar oficial, que está regulado por el Banco Central y aumenta lentamente cada día, fue −aunque parezca contraintuitivo− el tipo de cambio que más subió, ya que pasó de $103 a $118. Esto significa un incremento de 14,5%, aún así por debajo de la inflación. Cuando se le agregan los impuestos PAIS y a cuenta de Ganancias al tipo de cambio oficial minorista (65% de presión tributaria en total), el dólar turista aumentó de $179 a $204.
¿A qué se debe este comportamiento extraño del dólar? Los economistas enumeran varias razones, pero la principal tiene que ver con una estrategia que ya se utilizó durante la gestión de Mauricio Macri, cuando el entonces presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, subió la tasa de interés para atraer dólares financieros. Se trata de la “bicicleta financiera” o el carry trade (llegan dólares, durante un tiempo van a pesos para aprovechar la tasa y, cuando cambian las expectativas, vuelven a comprar dólares). En este caso, el interés de los inversores por activos atados a la inflación fue mayor a la demanda de dólares en los últimos meses.
“Hay varias razones que explican este comportamiento del dólar. En primer lugar, hay un contexto de cepo y de restricciones cambiarias para que las empresas, compañías de seguro y fondos comunes de inversión se dolaricen al CCL de las empresas. Segundo, jugó a favor el carry trade con los activos ajustados por inflación, que está funcionando muy bien. Después dicen que hay algo de entrada de dólares genuinos, que está yendo al sector minero. La pregunta es cuán sostenible es este CCL anestesiado con una inflación piso hacia adelante de 4% mensual y con un Gobierno que no tiene anclas evidentes para bajar rápido la inflación”, dijo el economista Federico Furiase, de la consultora Anker Latinoamérica.
Con relación a las “anclas” que generalmente se utilizan para desacelerar la suba de precios, el analista advierte que “el dólar no se puede seguir atrasando tanto por la cuestión del sector externo”, ya que se necesitan acumular reservas, y que “la suba de tasas tiene un límite cuando el Banco Central tiene tanta acumulación de pasivos remunerados”. Por otro lado, señala que “los salarios van a querer recomponer poder adquisitivo y habrá reapertura de paritarias, en un contexto en el cual hay un excedente de pesos controlado por el cepo y las restricciones cambiarias”. En este sentido, concluyó que “será difícil que la situación se mantenga así”.
El economista Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, dice que “el dólar es un mercado totalmente especulativo y que no tiene nada de transaccional, no está indexado a la inflación”. Sin embargo, indica que “en los últimos meses se descomprimió la brecha cambiaria porque cambiaron las expectativas de que la economía argentina no va a explotar, porque hubo acuerdo con el Fondo y porque no se entró en atrasos en los pagos. También hay gente que hace el rulo, que antes no hacía. Con esto se mantienen anestesiados el MEP y el CCL”.
Además, el analista advierte que “el segundo semestre será otro cantar”. Y explica: “En la segunda parte del año impactarán las paritarias y habrá una recuperación del poder adquisitivo. Ahora, además, hay mucho apetito por cobertura por inflación, porque está la expectativa de que los precios le ganarán a todo, incluso a los dólares paralelos, y hay mucha oferta de activos indexados por inflación. En el segundo semestre se despertarán más los paralelos”.
El exsecretario de Finanzas Miguel Kiguel, fundador de la consultora Econviews, coincide con estas visiones y recuerda que el tipo de cambio paralelo financiero llegó a valer $230 en enero y que luego “ayudó que la Argentina no defaultera con el FMI, lo cual dio seguridad”.
“En ese programa con el Fondo hay más límites a la emisión monetaria. Tal vez no logren cumplir con la meta de financiamiento máximo de transferencias del Banco Central de 1% del PBI, pero será menor al casi 4% del producto del año pasado. Además, la entidad monetaria estuvo subiendo la tasa de interés de las Leliq, lo cual ayuda, y también vimos que el real brasileño se está apreciando. El tema con el tipo de cambio es que no se mueve de forma lineal, sino que pega unos saltos. Tal vez ahora no lo veamos porque están entrando los dólares de la cosecha, pero será más complicado en el segundo semestre”, indicó Kiguel.
Cuando el valor del dólar sube por detrás del índice general de precios al consumidor (IPC), en la jerga financiera se suele decir que el tipo de cambio “está atrasado” con respecto al resto de productos y servicios. Todos los gobiernos en la Argentina suelen usar esta herramienta de “pisar” el dólar para contener la inflación, que a veces tiene éxito en el corto plazo, pero nunca funciona en el mediano y largo plazo visto la estadística de los últimos años.
Atrasar el tipo de cambio, además, no es gratuito para la macroeconomía: cuando se cree que el dólar está “barato”, crece la demanda por este activo. Como su valor se redujo de manera artificial y no por una oferta genuina de dólares (porque hay más inversiones, por ejemplo), la manera de contener esa demanda es con una suba de precios (devaluación) o un límite al consumo (cepo cambiario).
“Mi driver principal que explica por qué el dólar casi no se movió es que ya había incorporado una suba muy fuerte en 2020. El valor de $200 de hace dos años hoy es casi $300. En 2020, ese overshooting incorporó mucho riesgo que después descomprimió porque pasó la crisis Covid y se cerró el acuerdo con el FMI. A partir de ahí, el dólar pasó a reflejar algunas mejoras en la macro, como el aumento del precio de las commodities y la suba de tasas de interés. Eso reflejó la calma del dólar”, indicó el economista Fernando Marull.
“A partir de ahora, faltan varios meses para que el Gobierno termine su mandato y pueden aparecer algunos waivers [exención del FMI], además de que se podría complicar el contexto internacional. Por lo tanto, tuvo lógica la calma del dólar, pero no tiene tanta lógica a futuro dada la expectativa sobre la Argentina; ahora hay más razones para que suba, que se mantenga estable”, concluyó el director de FMyA.
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