Dólar agro: para los economistas, el Gobierno se endeuda para ganar tiempo a costa de más inflación
Los analistas consideran que el ministro de Economía, Sergio Massa, anticipó más “medidas parche” que no resuelven los problemas de fondo
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El ministro de Economía, Sergio Massa, anticipó que lanzará en los próximos días un nuevo esquema de dólar agro -con más alcance que solo la soja- para incentivar las exportaciones y acumular US$15.000 millones en el próximo trimestre. Además, el funcionario dijo que está negociando desembolsos adicionales de organismos multilaterales por un total de US$3000 millones. Los analistas económicos consideran que estas medidas son otra forma de ganar tiempo hasta el fin del mandato, mientras se evita corregir los problemas de fondo de la economía, que es el déficit fiscal y su falta de financiamiento.
“El Gobierno le está pidiendo a los organismos multilaterales dinero extra. Está tomando deuda para sostener el desequilibrio de la balanza de pagos, sin ajustar el tipo de cambio y sin hacer correcciones de fondo. Está comprando tiempo con más deuda”, opinó Gabriel Caamaño, analista de la consultora Ledesma.
El economista explicó que, con los antecedentes del dólar soja, la expectativa de lo que puede cambiar después de las elecciones y al ver “lo desesperado que está el Gobierno”, los incentivos de los productores para liquidar son bajísimos. “Todos están esperando a ver qué está dispuesto a dar Economía para liquidar. Se caía de maduro que iban a tener que ofrecer algo, el tema es que implica más emisión, por lo cual, desde el punto de vista nominal [inflación], complica más el año. Además, cuando le subís el precio al producto de exportación, también sube el precio local y genera muchos problemas hacia adentro de las cadenas productivas”, dijo Caamaño.
El analista económico también explicó que el efecto de un dólar agro para el trigo o el maíz -si es que el Ministerio de Economía avanza con un tipo de cambio diferencial para estos cultivos- tendrá un efecto mayor en los precios locales y presionará más la inflación. “El desdoblamiento ad hoc más amplio tiene costos por el lado nominal y vuelve a profundizar la inconsistencia temporal, que es lo que trajo al Gobierno hasta acá, porque los dólares faltaron en el primer trimestre no por la seca, sino porque se adelantaron liquidaciones con el dólar soja I y II. Si la medida sale bien, van a faltar dólares después de las PASO”, dijo.
El economista Juan Pablo Albornoz, de la consultora Invecq, dijo que “es una buena noticia que consigan financiamiento adicional”, ya que el pedido deja en evidencia que “no hay magia en la restricción de presupuesto del Gobierno”.
“El año 2022 no le dejó al Gobierno un colchón de divisas considerable y se sumó una sequía peor de lo que se preveía cuando recién empezaban a conocerse algunas estimaciones. Con una oferta de divisas muy afectada, no conseguir financiamiento adicional implica necesariamente ajustar las importaciones, con su correlato en la actividad. Este endeudamiento adicional al esperado con organismos internacionales alivia mínimamente el panorama cambiario de cortísimo plazo (asumiendo que los desembolsos no se demoran, supuesto no menor), pero no resuelve lo delicado que está el frente cambiario”, dijo Albornoz.
“Este nuevo dólar agro vuelve a confirmar dos cuestiones que ya se habían dicho con los anteriores programas de incremento exportador (dólares soja). En primer lugar, que el dólar soja no crea dólares, puede acelerar una liquidación de divisas rezagada por la expectativa de un mejor tipo de cambio futuro, pero al mismo tiempo adelanta liquidaciones futuras. En segundo lugar, con el dólar soja, el Gobierno ya ancló la expectativa de que a futuro, si el panorama cambiario se complica, ofrecerá un tipo de cambio diferencial. En la medida en que el giro del negocio se lo permita, el oferente de divisas tiene todos los incentivos para no liquidarlas en el corto plazo, especulando justamente con un dólar agro o afines”, agregó el economista.
En el plano netamente financiero, Albornoz dijo que la implementación de un dólar agro generalizado y no un tipo de cambio diferencial sectorial “muy posiblemente sea una mala noticia para los activos dollar linked”. Y explicó: “Todo bono soberano y casi todos los corporativos (obligaciones negociables, ON) que tienen el capital atado al dólar oficial buscan que el inversor esté protegido frente a una devaluación. El dólar agro es una devaluación encubierta, porque el cambio diferencial es para todos los sectores mientras se sigue subsidiando al importador. Otra vez salen por la tangente para evitar lo impostergable: una devaluación o un desdoblamiento formal”.
En tanto, el economista Santiago Rossetti, de Arriazu Macroanalistas, dijo que, en el año, probablemente el nuevo dólar soja “tenga un efecto neutro”, ya que los exportadores anticipan liquidaciones durante el mes que está vigente y después liquidan menos.
“Se aumenta momentáneamente las reservas a costa de pagar más por los dólares, lo que tiene su efecto en el mercado de pesos. Por otro lado, los US$3000 millones adicionales de organismos multinacionales siempre suman, pero comparado a los US$15.000 millones que vamos a dejar de exportar por la sequía sigue estando complicado el año. En conclusión, puede ayudar a estirar un poco más la situación, pero, como siempre, es un parche. Hay pocas medidas de fondo”, dijo.
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