Discapacitados intelectuales lograron poner en marcha un gran negocio
Un emprendedor catalán inició una compañía láctea y reclutó a 300 personas con enfermedades mentales; hoy, La Fageda factura 16 millones de euros anuales
"Este tipo está loco". Esta conclusión es la que el protagonista imaginó en la cabeza de su interlocutor, cuando presentó el pedido de financiación para su proyecto.
No era para menos. Se trataba de iniciar una empresa con personal reclutado en un manicomio, y como si fuera poco, él mismo se llamaba Cristóbal Colón. No obstante, el préstamo fue aprobado y desde 1982 fue creciendo.
Empezaron con un tambo donde las vacas están alimentadas de manera exquisita, mientras escuchan música de Bach, Vivaldi o Haendel. Cuando se fijaron cuotas lácteas para los miembros de la Unión Europea, pasaron a fabricar "el mejor yogur de la región", como suele afirmar. De hecho, hoy facturan 16 millones de euros anuales y cuentan con una dotación de 300 personas con enfermedades mentales o discapacidades intelectuales. Según describe, la idea surge luego de desempeñarse como psicólogo en tres hospitales psiquiátricos, donde concluye que el trabajo es importante para la gente y mucho más terapéutico que estar encerrado entre cuatro paredes. Por lo tanto, se decide a edificar un proyecto social, no económico.
"Normalmente las empresas se construyen para producir cosas y luego se contratan personas. Nosotros salimos de un hospital psiquiátrico en el año 82, con 14 enfermos mentales. No estamos aquí para hacer yogures, sino para dar trabajo a la gente", declara.
Los productos de La Fageda se distribuyen exclusivamente por toda Cataluña. Son los mejores y los más caros. Y la empresa es altamente rentable, donde el éxito de aquella marca agrega la cuota de reconocimiento que, según las palabras del presidente de la cooperativa, "es la mejor medicina, la mejor terapia, después de comer dormir y demás".
Sin embargo, nunca utilizó publicidad para sus productos y mucho menos difundió que los yogures eran procesados por personas con dificultades intelectuales de distinto tipo. Según su idea de gestión, "reconocemos a cada uno las capacidades que tiene. Estas personas, con dificultades como todos, cuando las colocas en un entorno donde son capaces de desarrollar esas capacidades ya no son aquellos tontos que algo tenían que hacer, sino los que sostienen la marca". Esta afirmación tiene validez universal, para los que tienen y los que no tienen problemas mentales.
Llegados a este punto de la descripción de La Fageda, es necesario respirar profundo para evitar un rubor incandescente. ¿De qué se trata esta propuesta? ¿Cuántos cuestionamientos plantea, derribando conceptos amorfos e insustanciales? Para ser más precisos: ¿qué hacer con los codiciados talentos? Este nuevo Cristóbal Colón contemporáneo descubre que es posible edificar una empresa exitosa y rentable con personas que padecen serias carencias intelectuales.
¿Y el liderazgo, tan difícil, con rasgos heroicos, dónde queda? Cristóbal da una respuesta: en el sentido común. La Fageda complementa sus actividades con planes de vivienda, programas de formación y de ocio. Se trata, además, de una economía del bien común, tal como el psicólogo-empresario lo define. En el resto de España la diferencia entre el que menos gana respecto de la mayor remuneración es, habitualmente, 20 veces. En su empresa es 1 a 6.
He aquí un verdadero maestro del management, al que es posible acceder a través de sus distintas exposiciones en YouTube acompañadas con un humor excepcional. Pertenece a esos pocos que aportan experiencias realmente novedosas. Y deja de lado estereotipos.
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