Diego Capria. El campeón de San Lorenzo que reinventó el negocio familiar
Diego Capria vistió la camiseta de Estudiantes, Racing y San Lorenzo, club con el que salió campeón de la Copa Mercosur. Su carrera deportiva estuvo marcada por equipos internacionales: Brasil, México y Suiza. En 2008, después de haber colgado los botines, se puso el guardapolvos del frigorífico familiar. Para eso, tuvo que hacer cursos de coaching empresarial.
Trabajar en el frigorífico "fue una decisión de alguna forma familiar, con mi esposa. Cuando dejás de jugar, buscás una vía de escape más humana para salir de algo que hiciste por más de 20 años. Yo me capacité para poder estar en la empresa de mi viejo: hice cursos de liderazgo, visité frigoríficos para comprender cómo funcionan. Tuve varias capacitaciones para poder trabajar acá", dice el autor del gol que le dio la Copa de la temporada 2001.
"Cuando entré al frigorífico no tenía idea de nada. Aunque por haber vivido en varios países conocía más y sabía que podía aportarle algo a la empresa", dice. Las ideas a las que hace referencia el campeón con San Lorenzo fueron una reorganización e inversión económica para habilitar el negocio a nivel nacional. "La reestructuración la propuse yo. Metimos todo un valor agregado para poder crecer en todo el país. Fue plata que salió del fútbol, sin ninguna ayuda de privados. Sólo nosotros poniendo el lomo", agrega.
Capria debutó en la Primera División con Estudiantes de La Plata, en 1993, club en el que hizo las inferiores. De 1997 a 1999 jugó con la camiseta de Racing. En 2000 se puso la del Atlético Mineiro. En 2002 salió campeón de la Copa Mercosur (hoy Sudamericana) con San Lorenzo. Entre 2002 y 2003 jugó con el Querétaro de México para volver al Cuervo, en donde le costó volver a adaptarse. En 2004 emigró al FC Zúrich con el que salió campeón de la Copa Suiza, en 2005.
El frigorífico San Antonio, que está en General Belgrano (lleva ese nombre en honor a su abuelo), distribuye cortes de cordero (pierna y paleta) lechones y asado. "Somos los pioneros de la milanesa de cordero. Hicimos pruebas de mercado con un corte, gustó y ahí empezamos a distribuirla. La milanesa es algo que siempre gusta. Ahora estamos haciendo cada vez más producción porque se comercializa bien, está gustando. Lo tenemos como un valor agregado", cuenta.
"Cuando dejé el fútbol, quise hacer una renovación en el proyecto en el que ya estaba la familia. Pasamos de vender a nivel provincial a nacional para poder llegar a muchos más mercados. El Senasa, que muchas veces define el acceso a los mercados, te da la posibilidad de abrirte, de llegar a más público", explica el exfutbolista con respecto a los trámites que tuvo que hacer para distribuir carnes a nivel nacional.
El frigorífico produce entre 25.000 y 30.000 cabezas al año. Los clientes, según remarca Capria, se acercan por la calidad de la carne que llega al mercado. "Venimos posicionados. La crisis económica no nos ha tocado. Nuestra estructura es siempre pareja porque todos los frigoríficos que hacen lo mismo que nosotros están en el sur. Hay competencia, pero por el volumen aunque cada uno tiene su mercado, no incide en nuestras ventas", explica Capria, que descarta, por el momento, abrir otra sede ya que no tendrían la suficiente producción para abastecerse.
Contar con su propia flota de logística y tener los permisos pertinentes del Senasa les ha permitido distribuir las carnes de su frigorífico en todo el país. Su principal cliente es Cencosud, que les compra 20 toneladas trimestrales, además de otras cadenas de supermercados de la región. Toledo también figura en la cartera de San Antonio.
En los días de oficina, el exjugador aún recuerda su vida deportiva: el compañerismo que surge en los planteles y cada uno de los clubes por los que pasó en los 14 años que duró su carrera en el fútbol profesional. "No hay cosa más linda que entrar a una cancha, a un vestuario en la previa de un partido. Nada me ha generado la adrenalina de un partido de fútbol. Nada", recuerda.
Sobre cómo es para un exfutbolista administrar el negocio, el "Coco" explica que, dentro de la empresa, tiene distintas responsabilidades. "En la administración, todo depende de las decisiones que uno tome. Cuando uno logra las cuatro partes de la idea, si uno las puede llevar a cabo, es realmente importante. Yo soy uno más dentro de un equipo donde hay una idea clara para trabajar", dice de sus deberes. Aunque para esta nota no quiere asumir el rol de jefe, sino de líder de un equipo, reconoce que él y su padre están a cargo.
De cómo se maneja con la exposición en un rubro distinto del que solía frecuentar, expresa: "El fútbol (en este trabajo) está muy latente. Haber jugado a la pelota te genera el compromiso de ser una persona conocida, te facilita los trámites. Sirve para tener un trato cordial con la gente, pero también puede jugar en contra", concluye.
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