Diciembre tendrá una inflación récord, pero la crisis comienza a ponerle ciertos límites
Las medidas de desregulación impulsadas en el DNU, el fin de programas como Precios Justos y los ajustes en naftas y alimentos repercutirían en otros aumentos para diciembre y principios de 2024; especialistas creen que la recesión podría contrarrestar las subas
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Cerró la tercera semana de diciembre y la suba de los precios se aceleró. Luego de que noviembre marcara un récord mensual —12,8%— en más de 30 años, muchas consultoras estiman que este mes llegará a números por encima del 25%, tras las primeras medidas de ajuste que tomó el Gobierno, el movimiento del dólar y las remarcaciones en rubros como alimentos.
De hecho, según muestra el último informe LCG —que releva precios de 8000 alimentos y bebidas en cinco supermercados, y cuyo corte semanal se realiza los miércoles—, el viernes anterior a Navidad, la semana cerró con una inflación de 11,5% en alimentos y bebidas, lo que da una suba promedio de 21% en las últimas cuatro semanas y un 27% acumulado en el mes. Esto marca, a su vez, un fuerte crecimiento con respecto al 6,1% de la semana anterior.
Un informe de Ecolatina, en tanto, define que la corrección de los precios relativos acelerará de corto plazo a la inflación, debido a dos cuestiones: la expectativa de devaluación y el final de los acuerdos de precios que había establecido la administración anterior.
“De cara a los próximos meses, la búsqueda por corregir precios relativos sostendrá la aceleración de la dinámica inflacionaria”, explica el documento, y agrega que, a causa de los distintos programas de control y congelamientos de precios durante los últimos cuatro años, en un contexto de aceleración inflacionaria, se produjo una distorsión de los precios relativos. Eso lleva a que haya, por ejemplo, tarifas de servicios públicos baratas y disparidad en los precios de consumo masivo y bienes durables —vehículos, indumentaria, electrodomésticos—, muy caros.
Con esta corrección, algunos precios deberán subir en la primera mitad de 2024, como ya sucedió con el 80% de aumento en combustibles en lo que va del mes, o la eliminación del congelamiento de las cuotas en la medicina prepaga, estipulada esta semana para comienzos del año próximo. Incluso la discontinuidad del programa de Precios Justos impactará fuertemente en estos.
“Esperamos que haya una fase de corrección, sobre todo al principio del mandato [de Javier Miei]. Probablemente, el Gobierno esté queriendo concentrar todos los aumentos al principio. Por un lado, porque para el caso de las tarifas tiene que llamar a audiencias públicas y no depende solo de la voluntad propia, y por otro, por la resistencia social que pueda llegar a haber ante algunas medidas”, dice Santiago Manoukian, jefe de research de Ecolatina.
Según su consultora, la inflación que se espera para diciembre rondaría el 25%, y si bien es un valor por encima de lo que muchos estimaban el mes pasado, está por debajo del 28% o 30% que proyectan otras firmas. Ese número de Ecolatina, explica el economista, se sostiene en el supuesto retroceso de algunos precios, como los de la carne, que observa en estos días: “Todos están dando 30%, hay que ver qué magnitud tienen estos potenciales retrocesos, es difícil estimar un dato certero todavía, pero los retrocesos harían que estuviera más cerca de 25% que de 30%”.
Con el afán de evitar presiones hacia delante, opinó Manoukian, es muy probable que, durante la primera parte de 2024, la inflación sea elevada, aunque también consideró que para finales de diciembre podría darse un retroceso en los ritmos de ajuste de los precios, lo que se sostendría en los “pocos aumentos que hemos tenido estas semanas”. “Por ahora no tenemos noticias de algún aumento importante adicional. Puede llegar a haber algo de combustibles, pero no lo sabemos. En los últimos días, hay una dinámica que viene lanzada desde la primera parte del mes, con la devaluación, el desarme de los acuerdos de precios. La inflación ya está más o menos jugada”, opinó.
A pesar de esto, enfatiza la posibilidad de que algunos precios recorten la suba que tuvieron, ya que muchas empresas deberán concentrarse, ahora, en analizar el comportamiento de la competencia y su curva de demanda, ya que los valores no estarán más regidos por acuerdos gubernamentales. “La erosión del salario real va a ser muy importante en estos primeros meses —continuó Manoukian—. Ahí hay un limitante para muchas estrategias también”.
Por otro lado, un informe de EcoGo estima que la inflación de diciembre podría alcanzar el 28,2%. Las proyecciones surgen tras las medidas tomadas por el Gobierno, entre las que se encontró la devaluación del tipo de cambio oficial que llevó el dólar a $800, lo que impactó en los precios de alimentos y bebidas, además de la corrección de combustibles.
Luego de que esta firma registrara una variación en alimentos de 10,4% durante la segunda semana del mes, la inflación en este rubro se dispararía al 33,2% mensual, con una variación semanal para lo que resta de diciembre de entre 4% y 5%. En ese contexto, las carnes se convirtieron en uno de los alimentos con aumentos más fuertes —tuvieron una remarcación promedio del 16,8%—, impulsadas por la suba del dólar.
Sebastián Menescaldi, director asociado de la consultora, aclaró que estos datos surgen de lo observado hasta la semana pasada y que aún no hay proyecciones para esta semana o la próxima.
Además, cree que la tendencia al alza de los alimentos se va a mantener, y que se elevarían a 33% en promedio en el mes.
En tanto, el análisis publicado por LCG muestra, respecto del rubro alimentos, que verduras y carnes fueron los componentes de la canasta básica que más aumentos tuvieron en la variación semanal, con el 18,6% y el 15,3% respectivamente, aunque la carne tuvo la mayor incidencia (4,75%). En lo que va del mes, el incremento de esta categoría fue del 32%.
Menescaldi se explayó, además, sobre un posible impacto de la corrección en el tipo de cambio en los primeros meses del año: “Como pasó en agosto, la suba del tipo de cambio deja ahora un arrastre para los promedios, previendo un alza de 22,4% para enero y de 13,5% para febrero. Si bien el tipo de cambio seguiría moviéndose de manera lenta, además del arrastre, es factible que otros precios vayan moviéndose, en particular de bienes y servicios regulados, como son el caso de las prepagas, transporte, gas y electricidad, y colegios”.
También los pasajes de avión tuvieron alzas de 90,3%, seguidos por alojamiento turístico, con el 47,3%, y medicamentos, especialmente psicofármacos, con crecidas de 44,7%.
Según el informe de Ecolatina, la reducción de la inflación va a depender de dos factores antipáticos: la recesión económica y la amenaza de un aumento del desempleo podrían contener las subas de precios, “algo que estaría influido adicionalmente por las reformas/desregulaciones anunciadas y/o cierta apertura comercial que busque generar mayor competencia en el mercado local”.
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