Deuda y dólar: las luces amarillas de la economía, según Daniel Artana y Sebastián Galiani
Los economistas participaron de la conferencia anual de FIEL; críticas al Banco Central y advertencia por la evolución de las cuentas públicas y la inflación
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Desequilibrio monetario, creciente déficit fiscal, atraso cambiario y distorsión del precio de las tarifas. Esos son algunos de los puntos clave del escenario económico, según la visión de Daniel Artana, economista jefe de FIEL, y Sebastián Galiani, exviceministro de Economía durante la gestión de Nicolás Dujovne, quienes participaron hoy en la conferencia anual de la consultora.
“Lamentablemente hablo de los mismos problemas que hable en 2015, porque son problemas recurrentes. El desafío de encauzar la Argentina es un desafío casi imposible. Tiene que salir todo muy bien y aun así dejaría un signo de pregunta”, afirmó Galiani, quien agregó que “la situación macroeconómica, social y política es extremadamente delicada”.
En ese contexto, el economista criticó la gestión del Gobierno y dijo que el país está en una situación “de pre rodrigazo”, un escenario similar a “como muchas veces que ha gobernado el peronismo”. “Tengo la impresión de que el tipo de ideas que llevan adelante los gobiernos populistas peronistas tienden a terminar así más temprano que tarde”, dijo.
Según Galiani, este escenario se da por la decisión de “atrasar las tarifas, poner un cepo, distorsionar los precios en el agro y la industria” y generan un contexto de inestabilidad que puede derivar en un shock, como el ocurrido durante la gestión del ministro Celestino Rodrigo. “Esta todo dado para que la situación macro sea explosiva. El timing de la corrección es incierto porque el tipo de crisis o la forma en que se desata es cuando aparece una corrección. Creo que para eso el Gobierno tiene que quedarse sin ninguna alternativa y todavía tiene muchos instrumentos para pegar manotazos, a costa de afectar las importaciones y el nivel de actividad”, dijo Galiani, en referencia a medidas como el endurecimiento del cepo.
En ese punto, criticó a la gestión de Alberto Fernández por ampliar el gasto público y el déficit fiscal, aunque en su mirada también fustigó a la herencia de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner: dijo que “el kirchnerismo recibió superávit”, pero luego dejó números en rojo, destacó a la gestión de Cambiemos por dejar un déficit primario de 0,5% del PBI y advirtió que “el esfuerzo se ha dilapidado”, porque el rojo primario en 2020 fue del 6,5% del PBI.
“El gasto público es el gran problema y lo que está estancando a la economía es este nivel de intervención estatal. El tamaño del Estado pasó de 22,8% del PBI en 2003 a 41,5% del PBI en 2015. En el kirchnerismo agarraron el Estado, le pusieron otro arriba y lo financiaron con impuestos distorsivos. Pero nunca se recaudó más que el 32% del PBI”, dijo el economista, en referencia a la necesidad de emitir o consumir stocks para sostener ese gasto. “No hay forma de financiar este Estado sin inflación”, agregó Galiani.
En ese sentido, proyectó que este año el rojo fiscal, sumando el déficit financiero (5,1%), los intereses del BCRA (2,8%) y el rojo de las provincias (1,1%), superará el 9% del PBI. “Es insostenible. Para financiar este déficit, un 50% de inflación no alcanza. Y es indispensable para licuar la deuda del BCRA”, proyectó.
Dado el escenario, Galiani pronosticó que en 2023 habrá un cambio de gobierno, y sostuvo quien asuma ese año deberá encarar reformas. “Si la corrección es planificada, va a necesitar mucha audacia política y pericia técnica. Son dos cuestiones que pueden fallar, han fallado reiteradamente, pero cuando se abre una ventana de oportunidad, hay que dar la corrección dentro de ese período de gobierno”, dijo.
“El gobierno en 2023 va a terminar muy débil, y el apoyo de la población a las reformas pro mercado que ayuden a reordenar la economía va a crecer, y eso es una oportunidad, que no es claro que estuvo en 2015 o al menos no con la intensidad en que era necesaria. Y si se abre, hay que estar preparados. Para volver a crecer se necesita mucho más que reordenar precios y la macroeconomía. Se necesita una revolución capitalista”, planteo Galiani, quien enfatizó en la necesidad de contar con “capacidad política”.
En ese punto, planteó que además de ajustes de tarifas y sinceramiento cambiario, hará falta un cambio en la fórmula de ajuste jubilatorio, integrarse al mundo y firmar acuerdos comerciales, porque “necesitamos crecer exportando”. También planteó que el país tiene que avanzar en reformas impositivas “en línea con la de 2017″, una reforma laboral, un cambio en los sindicatos y una reforma del Estado, porque “además de los problemas de incentivos, de no tener personal capacitado de planta que sepa de los temas, está el problema del federalismo y hay muchísima duplicación de gasto entre nación y provincias”.
Por su parte, Daniel Artana advirtió que el escenario para los próximos dos años tiene una “cantidad de incógnitas grandes”. “Hemos tenido un rebote de la actividad económica que nos llevó al punto de partida previo a la pandemia, un poco por debajo de otros países de la región, aunque hemos vuelto a una inflación por arriba del 50%, tenemos una brecha cambiaria del 100% y un Banco Central que prácticamente se ha quedado sin reservas líquidas”, dijo el economista.
En ese contexto, Artana advirtió por la evolución de los números del sector público y los riesgos para 2022. “Eso ocurrió en años donde hemos tenido circunstancias puntuales, internas y externas muy favorables para la evolución de las cuentas externas y fiscales. Nos favorecimos con ser exportadores de commodities agrícolas y la suba de precio de la soja, y eso permitió al Gobierno un aumento de las exportaciones de US$1000 millones por mes”, dijo Artana.
“La segunda fue que la Argentina se favoreció de una emisión de DEG del FMI y en términos fiscales estuvo el ingreso del aporte solidario. Ninguno de estos dos va a estar en 2022, y el panorama externo es menos favorable. La soja cayó un poco, Brasil tiene una expectativa de crecimiento peor, se depreció la moneda y aparece el riesgo de sequía”, advirtió.
En ese camino, encendió luces amarillas por la actividad del Banco Central y la emisión monetaria. “En el primer semestre, emitió $40.000 millones por mes, y ahora son $250.000 millones en el segundo semestre. El Gobierno perdió la PASO con el plan platita ya en marcha, y no hay mucho espacio para continuar financiando una parte del déficit sin emisión. Y hoy la exposición al sector público de los bancos es alta, porque el Tesoro se financia con dinero de los depositantes”, planteó Artana, en referencia a la posibilidad de que los bancos puedan integrar encajes con títulos públicos.
“Las letras y pasivos del BCRA son el 40% de los activos de los bancos, un número superior a 2019 y a lo que había en 1988. Esa estrategia de colocar deuda forzada, si el Gobierno pretende seguir con la expansión fiscal, puede tener consecuencias sobre la inflación más severas”, planteó
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