Deuda. Para el HSBC "el acuerdo no es la solución, pero da las bases para buscarla”
Para el presidente del banco HSBC, Juan Marotta, el principio de acuerdo que el país logró con los acreedores, aunque reste materializarse, marca un "punto de inflexión" que deja al país en mejores condiciones para luchar contra la resaca que dejará la pandemia de coronavirus. "Es un paso en el camino correcto. Una condición necesaria para poder plantear un modelo de mediano plazo, lo que no es poco", interpreta.
Marotta repitió, palabras más, palabras menos, varias veces este concepto en la entrevista con LA NACION. Y calificó al acuerdo como un "paso clave para ir restableciendo la confianza". Para que ese proceso virtuoso sea posible, cree que el Gobierno deberá diseñar un plan que mezcle medidas ortodoxas con otras muy keynesianas, destinadas a dinamizar el despegue de sectores productivos con alta capacidad de derrame en otros sectores. Aquí la charla:
–¿Qué es lo que más valora del acuerdo con los acreedores?
–El acuerdo es sí fue clave. Pero lo que más aportó fue el diálogo que forzó el proceso de negociación, más allá de los cortocircuitos lógicos. Las dos partes cedieron mucho o poco, según se mire, pero preservando lo que cada una buscaba: valor de cambio unos y fuerte alivio en las cargas el otro. Es muy importante.
–¿Por qué?
–Porque muchos de esos acreedores tienen a su vez empresas u otras inversiones o intereses en el país o son a su vez acreedores de empresas que operan en el país. Para las multinacionales que operan en el país no sólo el acuerdo sino también el diálogo que hubo genera una mejora en su entorno de negocios.
–¿Aún en este contexto de una economía inmersa en problemas?
–Argentina tiene una distorsión brutal en todos los precios internos de su economía que llevará un tiempo reacomodarlos, pero sin un acuerdo por la deuda no había posibilidad alguna de esbozo de plan económico para atacar esos problemas o una estrategia, si no quieren llamarlo plan. Otra vez, el acuerdo no es una solución, pero da la base para buscar el camino de una solución.
–¿Cómo imagina ese camino?
–Bueno, haciendo algunas cosas que todos sabemos que hay que hacer: el gasto público tiene que tender a reducirse y el financiamiento monetario a terminarse a medida que el impacto de la pandemia se vaya atenuando y la economía vaya retomando actividad. A esa sintonía macro hay que anexarle una especie de plan de posguerra...
–Posguerra...
–Me refiero a un plan de shock para apuntalar la recuperación de determinados sectores con alta capacidad de derrame sobre otros.
–¿Cuáles, por ejemplo?
–Construcción, infraestructura, minería, petróleo. Me refiero a sectores que requieren mano de obra por sí, pero a la vez apuntalan otros sectores de servicios y a productores de bienes intermedios.
–Yendo al sistema financiero, ¿el acuerdo abre las puertas a los bancos para buscar financiamiento en el exterior y regenerar el crédito a los exportadores, ahora que la liquidez en divisas cayó por el retiro de depósitos?
–El acuerdo es la base para que yo pueda aspirar a presentarme en unos meses a pedir una línea de crédito afuera con buenas expectativas o para que vengan a ofrecérmela. Sin la regularización de la deuda esa posibilidad ni tendría lugar.
–¿Sería posible aun con fuertes restricciones cambiarias?
–A ver. Creo que el BCRA reaccionó en los últimos meses con más medidas de restricción cambiaria dado el default que se transitaba desde fin de abril; una cosa llevó a la otra. Pero a partir de la regularización financiera seguramente se va a replantear algunas de esas medidas. No pasará de un día para el otro, pero confío que pasará y nos permitirá retomar líneas cross border para apoyar proyectos o exportaciones de empresas en el país. Hay mucha liquidez en el mundo.
– Pasando al "mundo pesos", por decirlo de alguna manera, ¿cómo viene la demanda de crédito?
–Crédito nuevo casi no hay porque hoy la demanda no está.
–¿Y los diseñados para atender la emergencia?
–Esos marcharon muy bien: asistimos a más de 320.000 clientes por más de $18.000 millones en los últimos tres meses y medio si sumamos préstamos al 0% por tarjetas de crédito, aquellos dados al 24% para asistir a empresas en el pago de salarios o la reprogramación de vencimientos de préstamos anteriores mientras dure la cuarentena. Son valores muy elevados.
–¿Cómo se viene comportando esa cartera?
–Bien, pero hay que tener en cuenta que es algo artificial, porque a aquellos clientes que decidieron no pagar nosotros les corrimos el vencimiento al final del préstamo, como dice la norma del BCRA. Así que la calidad de cartera sigue bien, pero vamos a enfrentar un punto de estrés cuando esos créditos se tengan que empezar efectivamente a pagar. Va a haber un deterioro elevado, tanto en el sector personas como en el corporativo, aunque lógico considerando que estamos ante una de las crisis económicas más violentas que afectó al país, a la región y al mundo. Eso nos obligará a hacer una revaluación general de cartera con el panorama que emerja, porque cualquier balance 2019 o aun del primer trimestre 2020 ya es anacrónico, no dice nada.
–Tomando en cuenta esa situación, ¿están los bancos en condiciones de apalancar una recuperación sostenida de la economía?
–Creo que sí, repitiendo un mecanismo que usó el BCRA para paliar los efectos muy negativos de la pandemia redireccionando la liquidez del sistema hacia el crédito. Hoy hay espacio para incrementar los préstamos porque el sistema permanece líquido y con muy buenos niveles de capitalización, y además el Ministerio de Economía hizo un gran trabajo reconstruyendo una curva de tasas en pesos con sus colocaciones. Pero tiene que aparecer la demanda y traccionar la economía.
–Desde lo que puede ver por actividad del banco, ¿cómo describe el momento actual de la economía?
–Mejorando. Le doy dos datos: el consumo semanal de nuestros clientes con tarjeta de crédito está empezando a llegar a valores nominales similares a los días previos del inicio de la cuarentena. Y los cheques rechazados, que habían trepado al 14% del total de presentados en abril, rondan ahora el 3,3%, muy cerca del promedio previo, que era del 3%.
–¿Y que proyecciones macro manejan para el año?
–Por lo que dicen las encuestas, estamos entre los más optimistas: nuestra proyección de inflación para este año es del 35% y la de caída del PBI es del 10%, ambas por debajo de los promedios de mercado.
Adelantados en la pandemia
–¿Cómo convivieron con la pandemia?
–Estuvimos entre los adelantados, pero por ser un banco de alcance global y con mucha actividad en Asia y Europa. Esa experiencia, que conocí de primera mano al participar del board (directorio) general, nos sirvió para aplicar protocolos que instrumentamos desde finales de febrero, es decir, antes de que aquí se aplicaran las medidas.
–¿Y cómo se manejaron en lo laboral?
–En lo que hace a la red comercial, dividimos el plantel en dos: uno que trabaja 15 días en las sucursales y otro que da apoyo remoto. Luego se intercambian, momento que aprovechamos para desinfectar todas las instalaciones. Después, todos los demás trabajamos en forma remota salvo los que atienden procesos críticos del banco que necesitan ser realizados o supervisados in situ.
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