Deuda. Para los economistas, el nuevo frente a despejar es el problema cambiario
El anuncio de la alta adhesión que recibió la propuesta de reestructuración de la deuda tendrá un impacto más político que económico, coinciden los economistas, ya que la noticia había sido descontada por el mercado el 4 de agosto pasado, cuando los tres principales grupos de acreedores anunciaron su aceptación al canje. Ahora, con la reestructuración formalmente cerrada, la preocupación entre los analistas pasa por el frente cambiario, que tiene su repercusión en la pérdida de reservas del Banco Central y en la brecha entre el valor del dólar oficial y los paralelos.
En pos de generar confianza y reducir el impulso creciente a dolarizar los ahorros, el ministro de Economía, Martín Guzmán adelantó un número clave para los analistas: el déficit fiscal al que apunta el Gobierno para el año próximo es de 4,5% del PBI. Sin embargo, las dudas son cómo se financiará ese déficit y cuánto será cubierto por la emisión monetaria, que genera excedente de pesos y presiona sobre la compra de dólares. Este ciclo es el que los economistas recomiendan cerrar generando certidumbre y credibilidad.
"Es importante salir del default, es la condición necesaria para poder pensar en cualquier programa económico y es el punto de partida para que las provincias puedan reestructurar su deuda y que las empresas puedan pedir financiamiento", indicó María Castiglioni Cotter, directora de C&T Asesores.
La economista además hizo referencia a la conferencia que dio el Gobierno, en la cual el Presidente dijo que el Estado será "el motor de la recuperación económica". "¿Qué implica eso? ¿Que el Estado aumentará el gasto con más impuestos? ¿Cómo harán para aumentar las exportaciones, que son la fuente de divisas? Hablaron de hacer un país más federal, cuando cada vez más la recaudación está concentrada en el Estado nacional y no en las provincias. Lo que se hizo con la reestructuración fue alivianar el panorama financiero, pero no elimina el hecho de que no alcanzan los ingresos para cubrir los gastos. Para que la deuda sea sustentable, tiene que ir de acuerdo con la idea de un equilibrio fiscal", agregó la economista.
Esteban Domecq, director de la consultora Invecq, coincidió con ese planteo e indicó que "recién se podrá hablar de la sostenibilidad de la deuda cuando se despeje la incógnita de cómo crecerá la economía y cómo se financiará el déficit fiscal. Hoy se financia solo con emisión de pesos, que genera presión sobre el frente cambiario. Puede haber unos días de un poco de menor presión sobre el tipo de cambio tras cerrar el acuerdo; no obstante, el problema cambiario obedece a un desorden monetario, que es que hay excedente de pesos y escasez de dólares", comentó.
Asimismo, indicó que el Gobierno tenía tres grandes condicionantes: el coronavirus, la deuda y el frente fiscal y monetario. "El coronavirus queda atrás a medida que se flexibiliza la cuarentena. Con el tema de la deuda, ya se cerró con los bonistas, pero todavía falta un partido por jugar que es con el FMI. Y el tercer condicionante tiene cinco componentes: falta resolver el déficit fiscal; la fuente de financiamiento, porque la única variable es la emisión, ya que no hay acceso al mercado, ni reservas, ni fondo anticíclico; la inflación, en una economía que ya tenía un proceso muy elevado; un contexto de escasez de reservas, y de tipos de cambios múltiples con brechas haciéndose cargo de los desequilibrios", describió, y agregó: "Si la Argentina no resuelve su problema de crecimiento y de déficit fiscal crónico, con estos niveles, entre 2025 y 2030, tendremos el décimo default".
Federico Furiase, director del estudio EcoGo, por su parte, comentó que el déficit de 4,5% al que apunta el Gobierno generará dudas en el mercado. "Habrá que estar atentos a las señales mes a mes y a lo que se negocie con el Fondo. La política no convalidará un ajuste brusco en el año electoral después de tal depresión económica, con lo cual la clave es mostrar un camino de consolidación fiscal en los próximos años. Al mercado le hubiera gustado un número más bajo, pero lo importante es que se marque un rumbo consistente y que se empiece a financiar más en el mercado local de capitales, para aflojar la emisión monetaria y el crecimiento de los pasivos remunerados que hoy presionan sobre la brecha y las reservas del Banco Central", explicó.
Finalmente, Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora Ecolatina, hizo hincapié en las reservas del Banco Central, que cayeron US$1100 millones en el mes, aun ya habiéndose descontado el cierre de la reestructuración. "Si el cierre del canje, que es una buena noticia, no se lo acompaña con más cosas, el problema es que el riesgo de crisis cambiaria está. Un déficit de 4,5% es alto, salvo que sea parte de la negociación con el FMI y después cierren un poco menos, pero exigirá una emisión todavía de dos o tres puntos del PBI", indicó.
"El mayor desafío que hay hoy es evitar una crisis cambiaria. Y vemos que el Gobierno políticamente se están radicalizando más, lo que genera menos consenso. El problema es que en la Argentina hay una grieta y eso ensancha la brecha cambiaria. Los que no confían en este gobierno se dolarizan más. Quizá sea políticamente rentable hoy la grieta, pero no ayuda a evitar la dolarización", concluyó Sigaut Gravina.
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