Deuda. Oferta a bonistas y G-20: el combo de Guzmán esta semana
El Gobierno se apresta a presentar esta semana, según confirmaron fuentes oficiales a LA NACION esta noche, la oferta de canje a los bonistas que tienen títulos de deuda emitidos bajo legislación extranjera. No lo hará en cualquier momento, sino en medio de la reunión de ministros de Finanzas del G-20 que se hará virtualmente, desde el miércoles, como consecuencia de la pandemia.
En ese sentido, el ministro de Economía, Martín Guzmán, aprovechará el impacto que el coronavirus tiene en la economía y en el contexto político globales para dar a conocer los detalles de la propuesta con un menú que incluirá quita de capital, intereses rebajados y un período de gracia para empezar a pagar. Ya lo dijeron a fines de marzo el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que en un comunicado conjunto escribieron: "Es imperativo en este momento dar un sentido global de alivio a los países en desarrollo así como una fuerte señal a los mercados financieros".
En las próximas horas (algunas versiones indican que podría ser el miércoles), Guzmán presentará formalmente su oferta ante la Comisión de Valores de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés). El movimiento irá en sincronía con el lanzamiento de la oferta a los acreedores, con los que el ministro mantuvo contactos directos en los últimos quince días, según supo LA NACION. El saldo de deuda elegible para reestructurar asciende a US$83.000 millones, según indica el último informe de Economía presentado por Guzmán, pese a que el decreto 250/20, por el que se estableció la operación de canje, estimó que alcanzaría los US$68.842.528.826.
En el mercado se especula con que el Gobierno presentará una oferta hostil, dado que ya dijo que buscaba una "contribución apreciable" de parte de los acreedores privados en sintonía con los escenarios propuestos por el FMI, otro importante acreedor de la Argentina. El organismo que conduce Kristalina Georgieva, que buscará acordar un nuevo programa con el país que le asegure la restitución de los US$44.000 desembolsados durante el gobierno de Mauricio Macri, calculó que el alivio implicaría una reducción de los pagos que iba de US$55.000 millones a US$85.000 millones en diez años. Además, incluía un período de gracia de cinco años para el comienzo de los pagos.
El 6 de abril pasado, el Ministerio de Economía decidió unilateralmente la postergación del pago de los bonos en dólares emitidos bajo legislación local hasta el año próximo. Fueron US$10.000 millones. Los precios de esos bonos se derrumbaron en los mercados, pero el riesgo país cayó, por el oxígeno fiscal que provocará ese movimiento para hacer frente a los vencimientos de deuda bajo legislación de Nueva York, Tokio y Londres. "Esta decisión es parte del plan que trazamos para restaurar la sostenibilidad de la deuda. Un plan para sentar condiciones para una Argentina que se desarrolle con inclusión social cuando dejemos atrás estas durísimas circunstancias del Covid-19", escribió entonces el ministro de Economía en su cuenta de Twitter.
Unas horas antes, le dijo a Télam que el Gobierno apunta "a un tratamiento equitativo para la deuda pública en dólares bajo la ley argentina y bajo las leyes extranjeras".
"El siguiente paso para el gobierno argentino será la interrupción de los pagos de intereses de los bonos globales", que vencen el próximo 22 de abril, analizó entonces Emmanuel Alvarez Agis, economista cercano al Gobierno, esa misma mañana a la agencia Bloomberg. Tanto Guzmán como Alberto Fernández habían anticipado semanas atrás que no podían seguir pagando intereses con reservas, lo que se había interpretado entre los operadores del mercado como una forma de presionar a los bonistas para sentarse en la mesa de negociación.
En su último encuentro con la prensa, Guzmán alegó que podría haber "múltiples combinaciones" entre períodos de gracia, reducción de cupones, extensiones de vencimiento, entre otras opciones en las que sumó, por ejemplo, ofrecer bonos atados a la variación del PBI del país "si los bonistas lo valoran". No aseguró ni descartó que hubiera o no quitas en el capital adeudado.
Entonces, el ministro aseguró que están "mirando la información del mercado" con relación al exit yieldpara saber "cuánto le va a costar a la Argentina acceder al mercado de crédito a tasas sostenibles y converger a tasas más bajas rápidamente". En un documento publicado esa noche se explayó: "Cualquier exit yield de referencia excesivamente alto sugiere la necesidad de una combinación más fuerte de cupones más bajos, períodos de gracia más largos, mayores extensiones de vencimiento o reducciones en los valores nominales más importantes".
Más adelante, en ese texto los técnicos incluyeron supuestos de deuda de corto plazo en pesos (se refinancia anualmente a una tasa de entre 1,2% y 1,5% en términos reales), nuevos mix de financiamiento a mediano y largo plazo (desde 2027, 40% en pesos y 60% en moneda extranjera) y supuestos de financiamiento de deuda denominada en moneda extranjera a mediano y largo plazo (a tasa promedio de 5% en términos reales a 2034 y de 4,5% a partir de 2035, en instrumentos con vencimientos en 5, 10 y 15 años que se amortizan en tres cuotas).
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