Deuda en dólares: una frase de Guzmán abrió una polémica con economistas
Según los últimos datos de la Secretaría de Finanzas, correspondientes al tercer trimestre de 2020, la deuda bruta de la administración central era de US$332.248 millones, con un incremento de US$9183 millones acumulado entre enero y septiembre de ese año.
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“No tomamos deuda en dólares”, dijo anoche el ministro de Economía, Martín Guzmán, en un pasaje de su entrevista con Carlos Pagni en Odisea Argentina, donde criticó el acuerdo de la gestión anterior con el FMI y defendió el programa económico de su gobierno. Sin embargo, su afirmación queda en entredicho al revisar las colocaciones de deuda realizadas en 2020.
Eso se debe a que el año pasado el Tesoro realizó colocaciones de bonos en dólares. Fueron casi US$5000 millones, un monto menor en relación con el plan financiero y las emisiones o refinanciaciones de deuda concretadas en lo que va de la presidencia de Alberto Fernández.
El 9 de noviembre de 2020 concretó una emisión de bonos en dólares por US$750 millones, que le permitieron a fondos de inversión que tenían bonos en pesos canjearlos por esos títulos en moneda extranjera, creados en el marco de la reestructuración de la deuda del sector privado. Fueron US$500 millones de un papel con vencimiento en 2030 (AL30) y otros US$250 millones de un bono con vencimiento en 2035 (AL35).
Un mes después, el Tesoro replicó la operación, nuevamente para facilitar a fondos del exterior el canje de títulos en pesos por otros instrumentos en dólares. La explicación oficial fue que la intención de esos fondos de desarmar sus inversiones en moneda local estaba afectando negativamente el escenario financiero y presionando sobre el dólar contado con liquidación.
Así, el 15 de diciembre volvió a licitar otros US$750 millones en bonos en dólares. En esta ocasión, fueron US$400 millones del AL30 y US$350 millones del AL35.
“El Gobierno buscó darles salida a los fondos exteriores que tenían bonos en pesos. Estas emisiones de US$750 millones se realizaron convalidando un aumento significativo de la deuda en dólares y fue el costo que se pagó para dar esa salida parcial a los fondos sin registrar una mayor presión sobre la brecha y el dólar contado con liquidación”, apunta Martín Vauthier, director del estudio EcoGo.
Otra operación en moneda extranjera fue la emisión de bonos ‘dollar linked’, un instrumento financiero que resultó atractivo para muchos inversores porque ajusta automáticamente su valor de acuerdo con la evolución del tipo de cambio oficial. Si bien estos papeles se suscriben y se pagan en pesos, las condiciones de su colocación indican textualmente que la moneda de emisión es el “dólar estadounidense”. También así lo catalogan las planillas de la Secretaría de Finanzas, que incluye a estos papeles entre las colocaciones en dólares.
El Tesoro realizó dos operaciones con bonos ‘dollar linked’ en octubre de 2020, en un contexto de fuerte presión cambiaria, suba de la brecha y alta demanda de dólares en el mercado local. El 8 de octubre, colocó unos US$1766 millones en estos bonos, con vencimiento el 30 de noviembre de 2021.
Semanas después, el 29 de octubre, realizó otra emisión de bonos ‘dollar linked’ por un valor equivalente a US$1660 millones. En esta ocasión, los instrumentos colocados fueron con vencimiento en abril de 2022.
“Según la propia planilla del Gobierno es deuda en dólares, porque su prospecto lo define así. Hay quienes pueden decir que es duda en dólares, pero la moneda de pago es el peso. Sí, se paga en pesos, pero al tipo de cambio oficial al momento del pago, que es el mismo tipo de cambio al que el Gobierno se hace de dólares, para lo cual el Banco Central emite la misma cantidad de pesos que el Gobierno debería conseguir para pagar este bono”, detalla Gabriel Caamaño, director de Consultora Ledesma.
“Decir que es deuda en pesos no es cierto, porque, si fuera así, no estaría indexada. Lo mismo pasa con la deuda CER, es otra curva, con otras tasas”, afirma el economista, en referencia a los bonos que ajustan de acuerdo con la evolución de la inflación.
Deuda: una montaña creciente
Según los últimos datos de la Secretaría de Finanzas de la Nación, correspondientes al tercer trimestre del año pasado, la deuda bruta de la administración central era de US$332.248 millones, con un incremento de US$9183 millones acumulado entre enero y septiembre de ese año. Este es el monto consolidado, medido en dólares, que incluye tanto la deuda en moneda extranjera como los instrumentos en moneda local.
A su vez, entre 2015 y 2019, la deuda bruta medida en dólares pasó de US$240.665 millones a US$323.065 millones. En otras palabras, durante los cuatro años de gestión de Mauricio Macri aumentó un 34,2% (US$82.400 millones).
Entre fin de 2019 y el tercer trimestre de 2020, el stock total se incrementó en unos US$9183 millones. De esta forma, desde 2015 hasta el tercer trimestre del año pasado, el incremento bruto total de la deuda fue de US$91.583 millones (38,1%).
Otra forma de considerar el escenario de la deuda es medirlo en relación con el PBI, el total de bienes y servicios que produce una economía a lo largo de un año.
En 2015, según los datos de la Secretaría de Finanzas, el stock total de deuda bruta representaba el 52,6% del producto.
A fines de 2019, entre el incremento del endeudamiento externo y la caída de la economía tras la corrida cambiaria que comenzó en abril de 2018, representaba el 90,2%.
Pese al canje de 2020, que reestructuró vencimientos y redujo la carga de intereses, esta medida siguió creciendo, en un contexto de caída en el nivel de actividad asociado a la crisis económica agravada por la pandemia de coronavirus. Según datos oficiales, al tercer trimestre del año pasado la deuda bruta representaba el 100,7% del PBI.
En ese escenario, y pese a que el ministro Guzmán destacó el efecto positivo del canje de la deuda, el país no disipó su escenario de tensión financiera. Luego de caer hasta los 900 puntos, el riesgo país se mantuvo en alza y hoy se ubica en 1556 puntos. “Una manera de evaluar el resultado de una reestructuración es si se logró restablecer la relación entre acreedores y deudores, y eso no se ve. El riesgo país de la Argentina sigue en niveles muy altos y el costo del financiamiento subió muchísimo. Aún hay mucha incertidumbre y es prohibitivo endeudarse en dólares”, apunta Julia Segoviano, economista de la consultora LCG.
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