Riesgo país. Se desplomó más de 1000 puntos esta mañana
Tal como se esperaba luego de la reestructuración de la deuda, el riesgo país se desplomó esta mañana casi un 50% hasta los 1083 puntos básicos. Sucedió tras la reconfiguración del índice medido por JP Morgan, que incorporó los bonos nuevos del canje de la deuda soberana.
Desde febrero de este año el riesgo país se mantenía por arriba de los 2000 puntos. Llegó a tocar máximos que superaban los 4000 en marzo. En este momento, con la caída de más de la mitad de las unidades, volvió a los niveles antes de las elecciones primarias (PASO) de 2019, cuando se ubicaba por debajo de los 1000.
Los nuevos bonos comenzaron a cotizar este lunes en el mercado local y en pesos y este martes, luego del feriado en Estados Unidos, en dólares. El riesgo país es un índice creado por el banco JP Morgan calculado con base en el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes o EMBI, por sus siglas en inglés.
Ese EMBI no baja automáticamente, sino que varía según una canasta de bonos. En palabras de especialistas, el riesgo país es el promedio del spread de los bonos argentinos que están en ese índice. De ese modo, la canasta de bonos que son parte del EMBI cambió esta mañana como consecuencia del canje.
El riesgo país en torno a los 1100 puntos básicos es un número coincidente con la exit yield o la tasa que mostraron los bonos cuando comenzaron a cotizar en el mercado: cerca del 11,5%.
Cómo sigue la trayectoria del riesgo país
Hay espacio para que el riesgo país siga bajando, coinciden los analistas, siempre y cuando se dé una serie de condiciones. Desde un punto de vista objetivo, señala Martín Vauthier, director de la consultora Eco Go, la renegociación de la deuda dejó un perfil de vencimientos en moneda extranjera totalmente despejado hasta 2024. Solamente por eso, habría margen.
Sucede que para que baje el riesgo país tampoco hay soluciones mágicas y la Argentina deberá trabajar en reducir la incertidumbre, apunta Vauthier. Por un lado, la que hay en torno a la política fiscal: la emisión y cómo se financiará. Por el otro, la relacionada con la política monetaria: cómo va a hacer el Banco Central para que el aumento de los pasivos en pesos no termine filtrándose al dólar o a la inflación.
"Por ahora no hubo señales explícitas, pero con la presentación del presupuesto y las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional va a haber mayor certidumbre", señala el economista.
Desde el punto de vista de los mercados internacionales, en este momento comenzó a haber un viento de cola para los activos latinoamericanos que la Argentina podría eventualmente aprovechar, señala Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment.
Desde finales de mayo hubo un rebote global que la Argentina y sus países vecinos podrían haber capturado, pero el avance del coronavirus en la región le puso trabas a esa oportunidad. Pero hace unos cinco días comenzó a notarse un cambio de tendencia en los activos regionales, dice Chialva. "Si el mundo se sostiene como está hoy y se empieza a ver que la pandemia cede en la región al igual que sucedió en Asia, podríamos empezar a ver que nuestros activos acompañan", apunta. Si esos activos acompañan y suben, el riesgo país podría bajar más.
A corto plazo, proyecta Fernando Marull, de la consultora FMyA, es probable que el riesgo país baje, pero que no perfore hacia abajo el piso de los 900 puntos básicos. Suma algunos motivos a favor de esa baja: una alta liquidez internacional con capitales ingresando a mercados emergentes como el argentino, un resolución favorable de la deuda y un atractivo especial por parte de los inversores locales porque, al estar exentos de Bienes Personales, terminan rindiendo más que papeles del exterior, para los que hay una alícuota del 2,25%. Sin embargo, hará falta un plan fiscal sustentable, señala, y que frene el drenaje de reservas del Banco Central.
Dentro o fuera del mercado
En tiempos de riesgo país por las nubes, se mencionaba que el indicador daba cuenta de que la Argentina estaba "fuera del mercado", es decir, que era imposible para el país salir a tomar deuda en el extranjero. Si bien acaba de salir de una reestructuración, Vauthier señala que a este nivel tampoco es recomendable buscar financiamiento: "A una tasa cercana al 12%, es una mala señal, y tampoco se necesita", sostiene.
La caída abrupta del riesgo país también se vio después del arreglo de deuda de 2005: pasó de 6600 puntos a 795. ¿Por qué esta vez la caída no fue tan abrupta? Así lo explica Santiago Bulat, economista jefe de la consultora Invecq: "En 2005 teníamos una economía que venía en crecimiento hacía tres años, superávit fiscal y comercial y baja inflación, componentes que hacían que la Argentina fuera un país con buenas perspectivas: hoy todavía no se sabe qué va a hacer el país para eventualmente poder pagar a futuro".
Para que el riesgo país de la Argentina acompañe el nivel de sus países vecinos, como Brasil (en torno a los 300 puntos) hace falta construir un historial, señala Vauthier. Más allá de que el país quiera salir o no a buscar financiamiento, suma el economista, es importante que el indicador siga bajando porque le pone un piso al financiamiento del sector privado y, al ser un componente para descontar proyectos de inversión, los convierte en poco rentables, explica.
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